La relación de Prisa con su filial Santillana ha sido llamativamente turbulenta desde hace años. El grupo entonces presidido por José Luis Cebrián, que había vendido ya un 25% de la compañía en 2010, fío su suerte hace apenas dos años a la venta del 75% restante de la célebre enseña editorial y el fracaso de la operación estuvo cerca de hacer caer el emporio.
Dos años después de aquello,y una vez aliviada aquella acuciante situación -tras una serie de desinversiones, ampliaciones de capital y relevos en la cúpula del grupo-, Prisa ha dado un nuevo giro a su relación con Santillana al anunciar la recompra del 25% que, hasta ahora, controlaba Victoria Capital.
La adquisición, acordada por un total de 312,5 millones de euros, ha recibido este miércoles un aplauso casi unánime por parte de los analistas que siguen al grupo editor del diario El País. No en vano, mientras la empresa trataba la venta de Santillana, no fueron pocas las voces que advirtieron de que, para salvarse a corto plazo, la empresa estaba desprendiéndose de su mejor activo. Las cifras son suficientemente elocuentes: durante 2018, la filial de educación fue responsable de cerca del 64% del Ebitda ajustado de Prisa.
La adquisición del 25% de Santillana permite a Prisa cancelar la fuga de dividendos que abonaba a Victoria Capital
Teniendo esto en cuenta no es de extrañar que desde Bankinter recalcaran hoy que se trata de "buenas noticias para Prisa". Desde Alantra consideran que la compra tiene sentido para Prisa por tres razones: "Le permite a la compañía tomar el control total de su mejor y más valioso activo, eliminando la fuga de dividendos minoritarios (25,8 millones de dólares por año) y racionalizando la estructura del grupo; aumenta el flujo de caja recurrente y la flexibilidad financiera, no sólo debido a la eliminación de la fuga de dividendos, sino también porque la medida debería permitir refinanciar la deuda y reducir el coste promedio; y, a más largo plazo, abre nuevas opciones estratégicas para Santillana, desde un listing [sacar a cotizar la firma] hasta la venta de un negocio o región".
A esto habría que añadir que la valoración a la que se ha cerrado la compra (7,1 veces EV/Ebitda) "es muy atractiva (muy por debajo de nuestra valoración del activo y de comparables, que cotizan cerca de 10 veces EV/Ebitda)", defienden en Banco Sabadell.
Esta favorable visión del movimiento de la empresa que preside Javier Monzón contrasta, sin embargo, con la acogida brindada por el mercado: las acciones de Prisa se movieron toda la sesión de este miércoles en terreno negativo y, aunque logró reducir sus caídas iniciales -que llegaron a superar el 3%-, el descenso del 1,17% registrado al cierre eleva sus pérdidas en el año al 4,32%.
Es cierto que, en paralelo al anuncio de la compra la compañía presentó sus cuentas anuales, con unas pérdidas netas de 269 millones de euros, provocadas por un deterioro contable de 281 millones de euros. Pero estas cuentas, en buena medida ajustadas a las expectativas, quedaron muy eclipsadas por la adquisición de Santillana, según defienden los analistas.
La cuestión es que, en torno a esta, también hay motivos para la cautela. Por un lado se produciría un incremento de la deuda de Prisa que en Sabadell cifran en el 12,1%, llevando los niveles de apalancamiento a 3,8 veces, frente a las 3,4 veces actuales.
Los expertos insisten en que el atractivo de la operación varía mucho en función del precio al que Prisa ejecute su ampliación de capital
Y más relevante que esto a la hora de juzgar la operación es la decisión de la compañía de sufragarla, en parte, mediante una ampliación de capital por un valor de 200 millones de euros. Este nuevo desembolso, que estaría asegurado por Banco Santander y contaría ya con el respaldo del 42% del capital, supondría ampliar de forma significativa -más de un 20%, como mínimo- el número de acciones de la compañía. "Ahora será importante conocer también el precio al que se va a realizar la ampliación", observan en Intermoney.
A este respecto, los analistas de Sabadell calculaban este miércoles, antes de la apertura de la sesión que, si la ampliación se ejecutara sin descuento arrojaría un precio objetivo de las acciones de Prisa de 2 euros, lo que supone un 18,7% por encima del cierre de la sesión. Con un descuento del 25%, el precio objetivo sería de 1,89 euros (un potencial del 12,2%), mientras que un descuento del 50% dejaría una valoración de 1,7 euros, sin apenas potencial sobre el precio actual. Como referencia queda que la última ampliación de Prisa se ejecutó con un descuento del 54%.
Así, la adquisición del 25% de Santillana se presenta como una operación que, casi de forma ineludible, provocará un crecimiento de las cuentas de Prisa que a buen seguro reforzará su posición a largo plazo. Queda por ver, sin embargo, si el coste que asumirán para ello sus actuales accionistas les vale la pena.
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