El balance de los dos primeros años de Gestamp sobre el parqué no es positivo. Los números no mienten: el fabricante de componentes para el sector de la automoción cerró este lunes a un precio casi un 7% por debajo del nivel al que se estrenó en bolsa, en abril de 2017.
Sin duda, en este periodo, el grupo que preside Francisco Riberas ha tenido que enfrentarse a un escenario especialmente convulso, en el que a la desaceleración del crecimiento mundial se han unido la amenaza sobre el negocio de la automoción que representa la guerra comercial o las incertidumbres derivadas de la transición hacia el coche eléctrico, que ha supuesto un freno al comercio de automóviles a nivel global.
Y en su favor hay que decir que la compañía española ha capeado esta situación con un desempeño superior al del conjunto del sector. Frente a un mercado global que experimentó un retroceso del 5,8% durante los tres primeros meses de 2019, Gestamp fue capaz de reportar un crecimiento de sus ingresos -a tipos de cambio constantes- del 6,8%.
Estas cifras no han valido, no obstante, a la compañía para enderezar su rumbo en bolsa, donde se ha mostrado muy errático en los últimos tiempos. Es cierto que en el año acumula una ganancia sobre el parqué del 6,24%, pero no lo es menos que desde que alcanzó sus máximos anuales hace menos de un mes, ha sufrido recortes que superan el 11%. En un escenario plagado de desafíos, los inversores parecen demandar del grupo algo más de visibilidad sobre su crecimiento futuro para concederle valoraciones claramente superiores a los 3.000 millones que actualmente capitaliza.
Las acciones de Gestamp acumulan una caída en bolsa superior al 11% desde mediados de abril
Y los responsables de Gestamp parecen tener claro que ese crecimiento debe venir de una mayor apuesta internacional. No en vano, la compañía ha justificado la caída del 35% que experimentó su beneficio en el primer trimestre por los costes asociados a su expansión internacional. Una expansión que tiene en China su foco principal.
El fabricante de componentes para el automóvil generó en 2018 en el gigante asiático, el mayor mercado de automóviles del mundo (con unas ventas que rondan los 30 millones de unidades al año) tan solo un 9% de sus ingresos y sus aspiraciones son de elevar esa cifra a al menos el 15%. Para ello el grupo ya ha puesto en marcha, desde el último trimestre del ejercicio anterior, una alianza con el grupo chino BHAP y planea alcanzar acuerdos similares con socios locales para mejorar su acceso a este mercado, según explicaron recientemente en un encuentro con analistas de Banco Santander.
"China debería ofrecer oportunidades vigorosas para Gestamp, que ya tiene un pie en este mercado de crecimiento relativamente alto (espera un crecimiento del 3% al 5% a medio y largo plazo)", explican los analistas del banco en una nota para sus clientes.
La apuesta parece lógica no ya solo por el tamaño del mercado chino sino por el importante desarrollo que tiene ya en el país el vehículo eléctrico: de hecho, en China se venden seis de cada diez vehículos eléctricos que se matriculan en el mundo, según resaltó el propio Riberas el pasado abril, antes de su primera participación en el Salón del Automóvil de Shanghai.
Precisamente, cuando se cuestiona la preparación de Europa para dar respuesta a los desafíos de producción del vehículo del futuro, China aparece a la vanguardia en este terreno y Gestamp confía en poder sacar rédito de su colaboración con empresas del país. "Gestamp también está buscando desarrollar centros de I+D con joint ventures para compartir estas inversiones, por ejemplo, para centrarse en los vehículos eléctricos y su caja de batería, lo que también podría ofrecer la oportunidad de convertirse en un actor relevante en este importante producto a nivel mundial", corroboran en Santander.
La apuesta por China podría facilitar a Gestamp una posición destacada en la incipiente industria del coche eléctrico
Para los analistas del banco estas cuestiones ofrecen suficientes garantías para confiar en el potencial de la compañía pese a los desafíos actuales. "Gestamp está bien posicionada para continuar beneficiándose de los desafíos estructurales en el sector automotriz global, y la acción selectiva de la administración para fortalecer su posición como proveedor preferido de estampación en caliente para los jugadores asiáticos , y especialmente los chinos, que tienen las tasas de crecimiento más altas, también deberían apoyar el crecimiento a largo plazo", indican en una entidad en la que le otorgan un precio objetivo de 7,21 euros, un 38% superior a su cotización actual.
Sin embargo, no todos los analistas son tan optimistas sobre los planes de Gestamp. Es cierto que sobre el papel, los números de la apuesta china parecen respaldar la intención de Riberas y su equipo. Pero si el sector de la automoción se enfrenta a retos a corto plazo, la economía china tampoco está exenta de incertidumbres.
Por eso, es previsible que los inversores aguarden a que esas promesas de crecimiento en el gigante asiático empiecen a cobrar forma antes de asumirlas como la garantía de que Gestamp será uno de los vencedores de la transición hacia el coche del futuro. Al fabricante español le queda aún mucho camino por recorrer.
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