Carles Mundó, el ex conseller de Justicia de ERC, ha pedido algo inaudito a las filas independentistas: "Ser realistas". Lo ha dicho en Girona durante un acto de campaña para las elecciones del 21-D ante unas 300 personas. El mismo partido que aseguraba que Cataluña estaba lista para tener un estado propio, DUI mediante , y que acusó sin pruebas al Gobierno de Rajoy de amenazar a los catalanes con un baño de sangre, pide ahora nada menos que realismo.
Claro, que el realismo al que se refiere Mundó no tiene que ver con un giro hacia la moderación del independentismo, sino a que "hoy Puigdemont pueda volver a Cataluña para ejercer su cargo es poco más que un deseo". Es decir, que a medida que avanza la campaña electoral del 21-D para ERC el ex president es cada vez más ex. También Raül Romeva ha arremetido ya contra JxCat dejando claro que si no evitó la cárcel fue porque él es un independentista "comprometido" con el procés y no así los que optaron por quedarse en Bruselas. Y, como Gila cuando decía aquello de "alguien a matado a alguien", no cita a nadie pero todos le entendemos.
Si no restaurar el antiguo Govern con Puigdemont al frente equivale a avalar el artículo 155, hasta Junqueras corre el riesgo de convertirse en facha
Que ERC haya empezado a sembrar dudas de la viabilidad de que Puigdemont pueda ejercer de president ilustra la grieta que se está abriendo entre las filas independentistas ahora que las encuestas dan un empate a ambos partidos en intención de voto. ¿Quién debe estar entonces al frente del futuro de la Generalitat? La mejor opción del independentismo para los republicanos es Oriol Junqueras. Y para convencer al electorado del lazo amarillo, Mundó viene a argumentar que mejor un candidato ya enchironado que otro por enchironar: "Es imprescindible tener un Govern fuerte en Cataluña y hoy quien tiene la máxima legitimidad para encabezarlo es Oriol Junqueras, y por esto hace falta un gran resultado el 21-D, lo que ayudará a hacerlo salir de la cárcel".
De seguir ERC por esta línea argumental, se arriesga Junqueras a llevarse un disgusto cuando vea a Puigdemont en un plasma de Estremera metiéndolo en el mismo saco que a Arrimadas e Iceta. En los doce días de campaña que quedan le da tiempo de sobra al ex president a quitarle el carné de demócratas a los de Esquerra como se atrevan a llevarle la contraria.
Se arriesga Junqueras a llevarse un disgusto cuando vea a Puigdemont en un plasma de Estremera metiéndolo en el mismo saco que a Arrimadas e Iceta
La estrategia electoral de los independentistas empezó siendo presentar el 21-D como un plebiscito sobre el 155, no sobre la secesión, para desmovilizar a los catalanes que no quieren independencia. Pero el argumentario del PDeCAT va más allá en su línea roja del bien y el mal y para recuperar la Generalitat defiende ahora que apoyar a cualquier otro candidato que no sea Puigdemont es legitimar el artículo 155 y el ataque a la democracia. No en vano para el partido heredero de CIU, las del 21-D "no son unas elecciones para elegir presidente. Ya lo tenemos", recuerda a ERC Montserrat Candini, la alcaldesa de Calella y miembro de la dirección ejecutiva del PDeCAT.
Así que si no restaurar el antiguo Govern con Puigdemont al frente equivale a avalar el artículo 155, hasta Junqueras corre el riesgo de convertirse en facha.
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