El retraso del Congreso Federal del PSOE que debe elegir a su nuevo líder tiene varias consecuencias. Una de ellas es la depuración del censo, una caída del número de militantes que, en principio, beneficia a Susana Díaz, ya que serían los partidarios de Pedro Sánchez y los afiliados del PSC quienes salgan del partido. Con su marcha, la presidenta andaluza podría librarse de hasta 20.000 votantes en las primarias que, de inicio, no serían favorables a su candidatura.
Para empezar, la Gestora, dirigida por el PSOE andaluz, está decidida a revisar las relaciones con el Partido Socialista Catalán (PSC), para acabar con una situación que consideran desigual: el PSC participa en los órganos de decisión del PSOE, como el Comité Federal o el Congreso, pero no ocurre lo contrario. Es decir, el PSC funciona como partido autónomo para tomar sus propias decisiones y elegir a sus líderes. Además, el partido hermano decidió por su cuenta desobedecer el mandato del Comité Federal del PSOE y sus siete diputados votaron no a en vez de abstención en la investidura de Mariano Rajoy.
La salida del PSC de los órganos de dirección dejará al PSOE andaluz toda la hegemonía
Estas actuaciones ofrecen el argumento perfecto a Susana Díaz para acabar con un acuerdo firmado en 1978, que le da al PSC una fuerza en los órganos internos del PSOE que la aspirante a secretaria general quiere liquidar. Caído el PSC dentro del PSOE, la federación andaluza será la hegemónica en el partido.
Borrell y Chacón, también fuera
Los 17.000 militantes del PSC y los 90/100 delegados que votarían en el Congreso Federal quedarían así fuera del partido, aunque mantuvieran su coalición electoral en Cataluña. Como efecto colateral, los referentes del PSC como Josep Borrell o Carmen Chacón sí podrían aspirar a ser candidatos a la Presidencia del Gobierno en primarias, pero no secretarios generales del partido.
A su salida se sumaría un 5% del censo, según cálculos del sector crítico, que establecen en esa cifra la media de abandono de los militantes que se está produciendo en sus agrupaciones. Teniendo en cuenta que presentar la baja en la agrupación supone un esfuerzo, en el partido se da por hecho que el grueso de las marchas se producirá por impago en las cuotas, una vía que podrían utilizar unos 3.000 ó 4.000 afiliados indignados con la situación.
20.000 bajas de militantes
La cifra de bajas se elevaría así hasta 20.000, aunque sólo la Gestora conocería el dato real. El censo de militantes se cierra en diciembre y ése será el oficial para el próximo congreso federal. No obstante, tras la emisión de la próxima cuota, en la segunda quincena de enero, la Gestora contará con dos meses, hasta marzo, para conocer cuántos afiliados se dan de baja efectivamente del partido antes de la celebración de unas primarias decisivas.
Por este motivo, tanto Pedro Sánchez como quien fuera su lugarteniente, César Luena, insisten en pedir a los militantes que no se den de baja y se mantengan dentro del PSOE para poder dar la batalla por el liderazgo.
De momento, el ex secretario general Pedro Sánchez mantiene su intención de presentarse frente a Susana Díaz, la principal impulsora de su derribo. Dado lo cruento de este enfrentamiento, algunos referentes del partido, como Alfredo Pérez Rubalcaba, estudian una tercera vía que evite la ruptura de la formación por la mitad entre partidarios de Díaz y de Sánchez.
El PSOE ha perdido 40.952 militantes desde 2012, pasando de casi 216.952 a 176.000 en sólo cuatro años.
Sin dirección política
Por otro lado, el PSOE sigue sin dirección política en momentos vitales para el país. La Gestora sólo se ha reunido en tres ocasiones: el 3 de octubre, para su constitución, el 10 y el 23, y en ninguno de los encuentros ha tomado decisiones de calado político. De hecho, las directrices que se comunican anónima o formalmente en los medios de comunicación, como la celebración de un Comité Federal en diciembre o la revisión de las relaciones con el PSC, no responden a ningún acuerdo del órgano de dirección del partido. Se confirma así que quienes mueven los hilos de la Gestora están fuera de ella.
Un llamativo ejemplo fue la propuesta de reforma de la ley electoral que hizo el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, en su discurso de investidura. Al contrario que el resto de sus propuestas, que procedían de la legislatura anterior, ésa fue la única iniciativa totalmente nueva del PSOE, y nadie sabe de dónde partió ni con quién consultó Hernando esa oferta de acuerdo a Mariano Rajoy. Lo único claro es a quién beneficia en el caso de que saliera adelante un acuerdo entre los dos grandes partidos para evitar un nuevo bloqueo de investidura como el sufrido, primero, por Susana Díaz, y luego por Mariano Rajoy.
Ese manejo oculto de la Gestora contrasta con su silencio en asuntos de tanta relevancia como el barómetro del CIS que confirma el hundimiento del PSOE y el sorpasso de Podemos. La dirección socialista no ha convocado reunión para analizar esos datos, como tampoco lo ha hecho tras la formación de un nuevo Gobierno en España.
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