Matteo Renzi asegura que dimitirá si pierde el referéndum de este domingo. Una promesa que ha “transformado la votación en un plebiscito, donde el sí y el no tienen que ver más con el destino del primer ministro que con la Constitución”. Lo dice Roberto Saviano, periodista símbolo de la lucha contra las mafias y amenazado de muerte, en un post de Facebook .
Entre las razones que han llevado Renzi a atar el resultado del referéndum a su permanencia en el gobierno, “sin duda está la voluntad de legitimación frente a los italianos”, afirma Piero Ignazi, politólogo de la Universidad de Bolonia, recordando que en 2014 fue nombrado sin presentarse a las elecciones.
Nadie me ha elegido, el presidente de la República me ha llamado para gobernar en un momento de grave emergencia"
El mismo Renzi ha admitido en una reciente entrevista radiofónica: “Nadie me ha elegido, el presidente de la República me ha llamado para gobernar en un momento de grave emergencia política y económica”. Una situación de emergencia que parece prorrogarse desde la renuncia de Silvio Berlusconi en noviembre 2011, aplastado por los escándalos y con el país al borde de la quiebra económica.
Con Renzi ya son tres - después de Mario Monti y Enrico Letta - los presidentes que no han pasado por las urnas. El Cavaliere fue el último jefe de gobierno nombrado después de haberse presentado a unas elecciones en mayo 2008.
“Desde 2011 la Presidencia de la República - y no el cuerpo electoral - se ha encargado de la gestión de la política italiana", explica Marco Tarchi, catedrático de la Universidad de Florencia, la ciudad donde Renzi ha sido alcalde de 2009 a 2014.
'Rey Giorgio I', árbitro y actor para evitar el rescate
Fue Giorgio Napolitano, tildado como Rey Giorgio I por los medios, el presidente que decidió convertirse en árbitro y actor. Después de la caída de Berlusconi y sin que hubiera de nuevo elecciones, consiguió "el blindaje del gobierno técnico de Mario Monti con una coalición transversal en el Parlamento”, según interpreta Tarchi. Una gran coalición que permitió a Monti llevar a cabo los ajustes impulsados por Bruselas para evitar el rescate de Italia.
En las elecciones de 2013 le correspondió de nuevo al Rey Giorgio desbloquear el atasco político después de la insuficiente victoria electoral del Partido Democrático (PD), sin mayoría parlamentaria suficiente para formar un gobierno. Logró un acuerdo sobre el nombre de Enrico Letta, un político de segunda fila del Partido Democrático que reunía las características necesarias para liderar un gobierno inestable: sobrino de Gianni Letta, el hombre que fue el brazo derecho de Berlusconi, y próximo al catolicismo social del ex primer ministro Romano Rodi.
El 'plan renove' de la política italiana
El gobierno de Letta, apoyado por la izquierda y un puñado de tránsfugas del grupo parlamentario de Berlusconi, duró menos de un año. Dimitió cuando su propio partido empezó a acusarle de "inmovilista". La última decisión del Rey Giorgio antes de dejar el Palacio del Quirinal a Sergio Mattarella fue dar alas a las aspiraciones del entonces alcalde de Florencia, Matteo Renzi. A pesar de no ser ni siquiera diputado, Renzi llevaba años liderando el “plan renove de la vieja política” en el Partido Democrático.
Renovar un país tan complicado como Italia no es tarea simple, dice desde Bolonia Piero Ignazi: “Renzi ha prometido mucho en muy poco tiempo, pero ha hecho poco; ha tardado más de lo previsto y todavía no se ven los resultados”. Ahora, con la victoria del sí querría “manos libres para el próximo gobierno, del que espera seguir a la cabeza”, concluye Marco Tarchi.
No siempre el líder más votado acaba como presidente
Desde 1948 hasta ahora Italia ha tenido 17 legislaturas y 59 gobiernos, un récord que no encuentra parangón en ningún país europeo. “Los mandatarios que no han pasado por las urnas son moneda común en Italia”, explica Simona Piattoni, de la Universidad de Trento y presidente de la Sociedad Italiana de Ciencias Políticas. Aunque exista una relación entre el resultado electoral y la formación del gobierno, "es el presidente de la República quien se encarga de interpretar este resultado”, explica Piattoni. Reconoce que el líder del partido que obtiene más votos no siempre es llamado al timón del Ejecutivo. “Esta tradición no existe en Italia y es justo la novedad que Renzi quiere introducir con la reforma constitucional y electoral”.
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