"Tenemos todo preparado, todos los escenarios previstos”, afirman en Moncloa ante la posibilidad de que la llamada “operación diálogo” que ha inaugurado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con el plácet de Mariano Rajoy, no llegue a buen puerto. Los intentos por reconducir el órdago independentista de convergentes, republicanos y antisistema no están discutidos con la previsión de que, finalmente, haya que poner en marcha todos los mecanismos que permite la Constitución. Y entre esos mecanismos destaca la aplicación del artículo 155, que faculta al gobierno central a arrebatar temporalmente algunas competencias autonómicas.
Desde el Gobierno admiten no descartar “que se convoque el referéndum” independentista anunciado para el mes de septiembre del próximo año. Existe “un movimiento muy de fondo” entre el separatismo que no se debe minimizar, aunque la única ventaja de ese escenario, por ver alguna, radica en que “cuanto más oficial sea, más fácil es pararlo” con la abogacía del Estado, el Tribunal Constitucional y los instrumentos de los que faculta la Carta Magna .
La aplicación del 155 está sobre la mesa traducida en la toma del control de los Mossos
El “plan b” pasaría por despojar a la Generalitat de sus competencias en seguridad, esto es, tomar el control de la policía autonómica, de los Mossos, fundamentales en el diseño del plan secesionista. Los funcionarios también están en el punto de mira, así como el mando sobre sectores estratégicos, comunicaciones e infraestructuras.
Entrevistas secretas de Santamaría
En todo caso, Moncloa está volcada en su “plan a”, en esa “operación diálogo” traducida en incrementar la presencia en Cataluña así como en implementar actuaciones concretas, lo que podría tener su primera traducción en atender las reivindicaciones en torno a la red de Cercanías barcelonesa. Para ello tiene previsto participar en un foro tripartito que incluirá a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Sáenz de Santamaría ya ha estado en la capital Condal en tres ocasiones en apenas dos meses y, además de las entrevistas públicas, conocidas, como las que ha mantenido con los líderes de Ciudadanos y del PSC, Inés Arrimadas y Miquel Iceta, respectivamente, “se ha reunido con representantes de la sociedad civil catalana como empresarios o gente del mundo del arte”, revelan fuentes próximas a la vicepresidenta.
Todo ello sin olvidar el frente parlamentario, esto es, la exigencia de socialistas y de Ciudadanos de crear un grupo de trabajo o subcomisión para abordar la reforma de la Carta Magna. Los populares están dispuestos a abrir ese debate, otra cosa es la inmediatez o si por el contrario se dilatará en el tiempo.
Junqueras quiere elecciones para hacer el definitivo sorpasso a la antigua Convergencia
Las primeras impresiones que ha cosechado la "número dos" del Gobierno, le llevan a pensar que ERC está ahora mismo más en clave electoral que volcada en el referéndum a pesar de las declaraciones públicas de su líder, Oriol Junqueras. Junqueras, con el que mantiene una fluida interlocución, quiere fajarse la imagen de líder con capacidad de gobierno, serio, en un proceso de distanciamiento con el presidente de la Generalitat, el convergente Carles Puigdemont. “ERC mira a su izquierda para competir sobre la base de disputar ese electorado, con un perfil más progresista que independentista” , aseguran las fuentes consultadas.
Lo cierto es que los sondeos le acompañan. El crecimiento de ERC, en detrimento de los convergentes, en franca retirada, puede convertir a los republicanos en la fuerza hegemónica catalana. El último sondeo publicado, de El Periódico de Cataluña, avanza que ERC podría conseguir entre 48 y 50 escaños, frente a los 15-17 de los antiguos convergentes, el Partido Democrático de Cataluña (PDECat). Mientras los “cuperos” pasarían de 10 a 6.
La coalición Junts pel Sí con la CUP puede entrar en barrena tras la aprobación de los presupuestos catalanes
Todo un varapalo para el que fue durante cerca de treinta años el primer partido catalán, hoy prácticamente hundido. Pero lo más llamativo de este sondeo es que, si bien ERC-PDECat y la CUP conseguirían otra vez la mayoría absoluta del Parlament, esta no sería la única fórmula posible. El sondeo de Gesop arroja el dato de que existirían dos fórmulas de tripartito de izquierdas, una con el partido de Ada Colau y los antisistema, o con el PSC y los “comunes”, lo que permitiría a Junqueras además eliminar el chantaje continuo que supone la formación de Anna Gabriel.
Fin de Convergencia
Todo depende, en muy buena medida, de cómo se desarrollen las cosas tras la aprobación de los presupuestos catalanes. JuntsPel Sí necesita de la CUP aunque está harto de sus reiteradas exigencias, la última, la dimisión del consejero de Interior, Jordi Jané, por detener a sus activistas tras la quema de fotos del Rey. La paciencia de Puigdemont y Junqueras está llegando a su fin, aunque el primero tiene más motivos para intentar aguantar en la que va a ser, sin duda, la última legislatura de gobiernos convergentes que ha conocido Cataluña.
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