La madrugada del jueves noche unos desconocidos realizaron pintadas en dos de sus Casas del Pueblo de Bilbao reclamando la excarcelación de los presos de ETA enfermos. Horas después, ya de día y en Pamplona, varios miembros del Partido Socialista de Navarra comparecían junto con miembros de Sortu, EH Bildu y Geroa Bai para arropar la presentación pública de la plataforma de apoyo a presos, Sare, dirigida fundamentalmente a exigir el final de la dispersión de los presos de ETA y la excarcelación de los reclusos enfermos.
La paradoja se vivió ayer en lo que se convierte en un claro reflejo de la situación en la que se encuentran el socialismo vasco y navarro en torno a esta cuestión. El PSN salió poco después a desmarcarse de la decisión de un ex parlamentario navarro, Fernando Viedma, el miembro de las juventudes socialistas Kevin Lucena y el miembro del PSN Félix Jiménez de arropar con su presencia la creación de Sare junto al resto de formaciones nacionalistas. Junto a ellos, entre los firmantes del manifiesto figuraban la representante de EH Bildu, Miren Aranoa y la miembro de Sortu, Amaia Izko, abogada de algunos de los encausados en la agresión de Alsasua a dos guardias civiles y sus parejas.
La dirección del PSN afirma que el apoyo a Sare es "a título individual" y no respaldada por el partido
En un comunicado el PSN insiste en que se trataba de una comparecencia “a título individual” y que en ningún caso lo hacían en representación del socialismo navarro ni de la formación que dirige María Chivite. Añaden que el partido no forma parte de la citada plataforma ni suscribe el manifiesto con el que se presentó ayer en la capital navarra. Más aún, insta a Sare a que en futuros manifiestos se abstenga de hacer referencias a las adscripciones políticas de los tres militantes del PSN. En el citado escrito firmado por estos miembros del PSN se apela a la necesidad de terminar con la “conculcación de derechos” de los presos, como el mantenerles privados de libertad a “cientos o miles de kilómetros de sus familias” por la aplicación de una “legislación excepcional”. También denuncian que se niegue la libertad a presos gravemente enfermos, “una situación que se debe resolver con urgencia”.
Dos Casas del Pueblo atacadas en Bilbao
Casi a la misma hora, la formación en la vecina Euskadi emitía otro comunicado en este caso para condenar los ataques sufridos en dos de sus Casas del Pueblo en Bilbao, en los barrios de La Peña y Deusto. Ambos locales del PSE amanecieron con pintadas de apoyo a los presos de ETA solicitando la excarcelación de los reos enfermos. La formación de dirige Idoia Mendia condenaba los hechos y recordaba que este tipo de agresiones no hacían sino reforzar el compromiso del socialismo vasco en su “lucha por la democracia, la pluralidad de ideas y la libertad”. También ayer su socio en el Gobierno vasco, el PNV, sufrió un ataque similar en uno de sus locales sociales o batzokis, que amaneció con pintadas similares.
La fractura interna tanto en el socialismo vasco como en el navarro en torno a la posición que deben mantener sobre la situación de los presos de la banda y la política penitenciaria se ha repetido en los últimos años. Si ahora se ha visualizado en Navarra, no hace muchos sucedió algo similar en Euskadi en torno a la manifestación que a comienzos de año convocan varios colectivos cercanos a la izquierda abertzale en apoyo a los presos de ETA y en la que en las últimas ediciones participan algunos miembros del PSE. El rostro más conocido es el de Gema Zabaleta, ex consejera de Asuntos Sociales con Patxi López y que no ha dudado en desmarcarse de la directriz marcada por el PSE y manifestarse junto a la izquierda abertzale y el PNV para reclamar una solución a la situación de los miembros de ETA encarcelados y un cambio en la política penitenciaria del Ministerio del Interior.
El PSE defiende en su pacto con el PNV el fin de la dispersión si se reconoce al daño causado
La rigidez en torno a esta cuestión que hasta no hace mucho mantenía la dirección socialista en Euskadi y Navarra se ha ido relajando. Muestra de ello es el compromiso adquirido por los socialistas vascos, ahora en el Ejecutivo de Iñigo Urkullu, y que en su acuerdo de Gobierno asumen varios compromisos en torno a la política penitenciaria dirigida a los militantes de ETA. Así, el documento firmado por el PSE defiende la aplicación de medidas individualizadas a los reclusos una vez estos hayan reconocido el daño causado. En aras a su reinserción se defiende, como “consecuencia” de ello “el traslado de los reclusos a cárceles cercanas a su entorno familiar”.
En la comunidad vecina, en Navarra en cambio, en cuanto el Partido Socialista ha tenido que pronunciarse se ha mostrado reacio a apoyar de modo expreso el fin de la dispersión. A comienzos de este año el PSN votó en contra de una declaración institucional en el Parlamento Navarro en el que se instaba a terminar con la política de dispersión. Chivite ha recordado en varias ocasiones que esta cuestión “no es una prioridad” para la formación que lidera.
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