Pedro Sánchez sigue midiendo sus fuerzas para presentar candidatura al congreso federal del PSOE. El ex secretario general ha decidido guardar silencio hasta que se conozcan "las reglas del juego" de las primarias, especialmente el censo de votantes. La cuestión fundamental en este sentido es si podrán votar los militantes del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), unos 18.000 afiliados que se muestran más favorables a las tesis federalistas de Sánchez que a la postura conservadora de Susana Díaz. Sólo si el ex diputado madrileño cuenta con esos apoyos podrá plantar cara a la presidenta andaluza en las primarias, según admite el entorno de Sánchez.
Los 10.000 votos a favor de Sánchez del PSC compensarían la ventaja de Díaz en Andalucía
Mientras la Gestora depura el censo de militantes desencantados por el derribo del secretario general, ambos bandos hacen sus cuentas. Tantos los críticos como el PSOE-A consideran determinante el voto del PSC para decantar las primarias. Los 10.000 afiliados catalanes que suelen participar en los procesos internos compensarían la ventaja que tiene Díaz sobre Sánchez en su propia federación, la andaluza. Por ese motivo, el futuro de las relaciones entre ambos partidos -que se analiza en una comisión bilateral- resulta decisivo para que haya competición entre los dos principales aspirantes.
Los críticos cuentan con un 30% de apoyo para Sánchez en Andalucía
Andalucía cuenta con 45.655 militantes y registró mayor participación que en el resto de España durante las últimas primarias, en julio de 2014, cuando Susana Díaz movilizó su federación a favor de Pedro Sánchez. Entonces votó el 69,44% de los afiliados andaluces frente al 66% de la media nacional. Sánchez se impuso con el 60,95% de los sufragios (18.850 militantes). Los otros dos candidatos, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, sumaron un 29% de votos a pesar de remar en contra del aparato andaluz (12.046 votos).
Ese 30% de masa crítica andaluza se volvió a poner de manifiesto cuando la militancia votó el acuerdo de Pedro Sánchez con Ciudadanos para intentar formar gobierno. A pesar de que el PSOE-A favoreció la abstención, en Andalucía participó el 49,96% de los militantes y el candidato obtuvo el respaldo del 75,99% de los votantes.
Pendientes del resto de federaciones
Ese porcentaje crítico podría calcularse -grosso modo- en unos 12.000 votos a favor de Sánchez en Andalucía frente a los 20.000 que obtendría Susana Díaz. La ventaja de 8.000 votos de la presidenta andaluza se compensarían con los militantes del PSC, que equilibrarían la balanza entre ambos candidatos. El resultado dependería, de esta manera, del resto de federaciones, haciendo muy incierto cualquier pronóstico.
En las primarias de 2014 votaron 9.868 militantes del PSC, un 47,97 % de su censo. Ganó Eduardo Madina con el 40,36% de los votos frente al 37,39% de los apoyos que logró Sánchez y el 22% obtenido por Pérez Tapias. En octubre de este año participaron en las primarias internas 9.031 militantes catalanes.
Ese equilibrio de fuerzas haría que las primarias se libraran realmente en el resto de territorios de España, de cuyos barones desconfía el PSOE andaluz. Una adhesión inquebrantable de sus dirigentes hacia uno de los candidatos les dejaría en el bando perdedor en el caso de que triunfara el adversario y todos ellos temen las consecuencias en sus federaciones de esas derrotas, especialmente en algunas muy divididas como la valenciana.
En las primarias de 2014, el censo constituido se fijaba en 165.472 afiliados, un 83,60% del total de los 197.939 militantes que tenía el partido. En la actualidad, el número de militantes es una de las principales incógnitas dada la oleada de bajas sufrida tras el derribo de Sánchez y la abstención en la investidura de Rajoy. El cierre del censo se producirá el día que se convoque el congreso federal y de él dependerán cuestiones fundamentales para las primarias como el número de avales necesarios para presentarse.
Divorcio del PSC
Por este motivo, Pedro Sánchez aplaza su decisión hasta que se conozca el destino del PSC mientras Susana Díaz aplaza el cónclave. La secretaria general andaluza hizo una seria advertencia al PSC para que abandonara su apoyo a Pedro Sánchez bajo la amenaza de que ser expulsado de los órganos de decisión del PSOE: el congreso y el Comité Federal. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, respondió buscando la reconciliación. El 24 de noviembre viajó a Sevilla para reunirse con Díaz y garantizarle la neutralidad del aparato catalán, aunque en privado le admitió que no podría decretar el fin del sanchismo en Cataluña.
La determinación del PSOE-A por acelerar el divorcio con el PSC se ha encontrado con las reticencias del presidente de la Gestora, Javier Fernández, que rechaza una solución tan drástica.
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