Acaba de llegar de Irlanda del Norte y ya le esperan en Francia. Hace unos días participó en varios encuentros de la OMS y en su agenda se incluye el asesoramiento a la presidenta de Médicos sin Fronteras. Todos le llaman para escuchar sus propuestas, sus planteamientos para reformar los modelos sanitarios y hacerlos sostenibles y eficientes. También lo hizo la Administración Obama, en la que Rafael Bengoa participó para asesorar en la reforma sanitaria que ahora amenaza el presidente electo Donald Trump. Él es contundente, “con este tema ha comenzado a cavar su tumba”, asegura antes de añadir que con su política antivacunal ha activado “una guerra científica”.
Quien estaba llamado ser el ministro de Sanidad en el equipo que presentó Pedro Sánchez ha vuelto a alejarse de la batalla política. En realidad nunca le motivó de modo especial. Él es un técnico, un analista y estudioso de los modelos de gestión aplicados a la sanidad, con planteamientos innovadores y que desmontan las teorías que enfocar los esfuerzos sólo en incrementos presupuestarios. La clave está en el modelo, en el cómo se debe organizar el sistema y el papel que se otorga al paciente y el profesional sanitario en él. Por eso no comprende planteamientos como los hechos por la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat para mantener el copago pero repensando las cuotas, “no es la solución, hay otras fórmulas para ahorrar”: “No podemos avanzar con pequeños parches, necesitamos un plan a diez años vista que nos permita avanzar”. Y le insta a comenzar pidiendo un informe externo e independiente, “algo así como un nuevo informe Abril” para definir el modelo sanitario del futuro.
Pregunta.- Cuando escuchó a la ministra Dolors Montserrat anunciar una revisión al alza del copago en determinados tramos, ¿lo entendió como un ‘patinazo’ fruto de la inexperiencia o como un ‘globo sonda’ del Gobierno?
Respuesta.- Esta cuestión del copago la he visto como una improvisación. Quizá ella al empezar su legislatura está viendo que parte de su función es el control del gasto y se ha dicho: '¿qué puedo controlar yo? Pues esto, las medicinas, porque lo demás está controlado por las Comunidades Autónomas'. Siempre se van al terreno de la Farmacia para ver si pueden recortar por ahí, un campo que Hacienda y Sanidad creen que se está disparando. Creo que deberían estudiar antes las propuestas y luego lanzarlas y no al revés. Su problema, y el de los consejeros y consejeras, es que necesitan hacer que el sistema sea sostenible pero además pagar la deuda del país, que es muy alta, y hacerlo además en un contexto en el que cada vez hay más demanda por la cronicidad y la demografía.
P.- El copago lleva cuatro años implantado. ¿Diría que ha contribuido a mejorar la sostenibilidad del sistema o a avanzar en el consumo responsable de medicamentos?
La ministra debería estudiar las propuestas y luego lanzarlas, no al revés”
R.- Sólo se ha confirmado que el copago no es una forma de financiación del sistema y que además es un mecanismo que puede conseguir el efecto contrario que se está buscando. Por ejemplo, si lo que queremos es que los pensionistas tomen su medicación y les metes un copago adicional, quizá algunos no la tomen y acaben en urgencias, la parte más cara del sistema sanitario, y ocupen una cama en un hospital, la segunda parte más cara del sistema. Por tanto, creo que es contraproducente seguir esa línea de razonamiento único. Yo no digo que no se tenga que trabajar sobre el gasto farmacéutico, pero hay que hacerlo de una forma en la que se busquen los ahorros y eficiencias de otro modo, por ejemplo gestionando de otra manera a los pacientes crónicos. Si tratamos más a los enfermos en casa, se liberan camas y a la vez tendremos mejor controlados a los pacientes y así tomarán mejor su medicación. No es el copago la gran solución, aunque siempre se busca como la alternativa en el sector. Hace falta algo mucho más amplio. Claro que hay que racionalizar a veces pero hay que hacerlo con un plan a siete o diez años que nos permita avanzar a todos para que el sistema público sobreviva pero no con pequeños parches.
P.- ¿Qué porcentaje de pacientes puede haber dejado de consumir sus medicamentos a consecuencia del copago?
R.- Hay estudios de la OCDE que concluyen que los pacientes no saben discriminar bien entre una cosa seria y otra que no lo es tanto. Es decir, si un paciente sacrifica un fármaco para la hipertensión y en lugar de cada día lo toma cada tres días empezamos a tener un problema todos, especialmente él o ella. Eso es mucho peor para cualquier sistema de salud.
P.- ¿Por qué vías recomendaría a la ministra de Sanidad que busque la sostenibilidad y eficiencia del sistema sanitario público? ¿Debería abandonar fórmulas como el copago?
El copago no es la solución. Necesitamos un plan a siete o 10 años, con parches no vamos a ningún sitio”
R.- Sí. No es esa la fuente de financiación que debería buscar. Además, tampoco está haciendo cambiar los comportamientos de la gente. Yo empezaría atacando todas esas cosas que se hacen y que no añaden valor clínico. Por ejemplo, todos los días se hacen intervenciones en la medicina que no lo aportan. Según los estudios, el 25% de las cosas que se hacen en Primaria y en Atención Hospitalaria en realidad no añaden valor clínico. Hemos hecho estudios con la OCDE y vemos que hay mucho ahorro si se trabaja esa línea. Me refiero a cosas como el exceso de utilización de cesáreas, el exceso de utilización de antibióticos, el exceso de resonancias magnéticas, etc. Cuestan dinero, molestan al paciente, que cree que le va a servir para algo pero en realidad no le va a servirá para nada. Ahí hay un ahorro mucho mayor que por el lado de la entrada posible del copago. Luego también está el ámbito de los enfermos crónicos, que ya empezamos a trabajar en Euskadi. Retener a los pacientes en su domicilio con controles telemáticos hace que los pacientes no lleguen tanto al hospital.
P.- El modelo sanitario español actual, en una sociedad que envejece a un ritmo importante, ¿es insostenible? ¿Los recortes, la contención del gasto es necesario?
El 25% de las cosas que se hacen en Primaria y Hospitalaria no aportan valor clínico”
R.- Yo siempre digo que es mejor reformar que racionar. Es bastante más productivo para conseguir que sea sostenible otros 30 o 40 años. Con la demanda que hay y con las tecnologías que vienen, que son muy caras, es cierto, se debe analizar qué modelo queremos. Hay que mirar la foto global y decidir qué vamos a hacer con todo ese panorama. Es importante buscar un nuevo modelo asistencial. Hay países que ya lo están haciendo. Yo me pregunto, ¿por qué en España no se desencadena ese movimiento? La ministra debería pedir un informe externo e independiente que elabore recomendaciones, algo así como un nuevo informe Abril, para entre todos analizar y decidir qué hacer. Es importante que sea un informe independiente. En cuatro meses se podría tener. Es más sensato para poder tener un relato y un plan para los próximos cuatro años que estar improvisando entre unos y otros cómo contener el gasto.
P.- ¿Por qué habitualmente en España se analiza la sanidad y su sostenibilidad en términos cuantitativos, de recortes y presupuestos, y no en clave cualitativa, de modelo?
R.- Porque estamos más obsesionados con el corto plazo que con el medio o largo plazo. La solución va a venir de un trabajo sostenido en el medio plazo y no de reacciones exageradas en ciertos momentos. Creo que los políticos, tanto a nivel autonómico como nacional, están influidos por los responsables de Hacienda, en el plano de resolver cosas mensualmente. Un problema de este nivel de complejidad, como el modelo sanitario de un país, necesita un enfoque plurianual. Los países que han hecho cosas a tres o cuatro años vista se ha visto que van por el buen camino, ahí están Escocia, Suecia o incluso EEUU. Tienen una idea, un plan, no están reaccionando a las crisis que se dan en cada momento.
P.- ¿En España se invierten Sanidad poco, se invierte mal o las dos cosas?
R.- En España se debe invertir más pero no se arreglará nada sólo invirtiendo más fondos, que es lo que siempre están diciendo los sindicatos. Decir siempre más, más, más es plantear una solución demasiado fácil y que no funciona. Hace falta poner más fondos en sanidad, sí, pero es muy importante lanzar también una transformación. Poner sólo dinero es lo que venimos haciendo desde hace mucho tiempo, excepto en estos años de crisis. Históricamente hemos estado metiendo dinero y eso no ha hecho cambiar el modelo. Lo que hace falta es cambiarlo, es lo más importante.
P.- Y los ciudadanos, ¿debemos modificar también el uso que hacemos de la sanidad?
Es mejor reformar que racionar. La ministra debería pedir un nuevo informe Abril”
R.- La enfermedad es del enfermo. Las instituciones pueden ayudarle a gestionarla pero es suya. Los pacientes deben ser más activos y no pasivos. En España aún hay pocos pacientes ‘activados’, que son entre un 8% y un 21% más baratos ya que usan mejor los servicios y se adhieren mejor a la medicación. Si consiguiéramos tener 300.000 o 400.000 pacientes ‘activados’ en España sería fantástico. Parte de la respuesta necesitamos que venga de la población pero debemos ayudarles a gestionar su enfermedad. Sabemos que se pueden educar, activar, a un paciente diabético, hipertenso o un enfermo crónico respiratorio o de otro tipo. Ayudarles a ellos y a sus cuidadores para manejar mejor su enfermedad y utilizar mejor el sistema. Parte de la respuesta debe venir de la sociedad que tiene que responsabilizarse de su salud y de su comportamiento pero con la ayuda del sistema.
P.- ¿Por qué una epidemia como la gripe común satura los hospitales españoles casi todos los años? ¿No debería haber mayor previsión y planes de reacción? ¡ocurre todos los inviernos!
R.- Las crisis que se producen todos los años deberíamos aprender a ver que ya no son crisis. Una cosa es el ébola, que nos puede pillar por sorpresa, y otra cosa es algo que ocurre todos los años y que se convierte en una crisis. Lo que ocurre es que hay factores epidémicos que han podido adelantar la gripe y pillado el sistema fuera de juego, pero creo que lo más importante es que hemos recortado personal. Hemos quitado la crema del sistema y tocamos hueso. Por eso en cuanto aparece una crisis así el sistema está bajo mínimos. Lo que más me asusta de estas cosas es que un año de estos vamos a tener una gripe, que no será de este tipo, sino una gripe más mutada. Todos los expertos dicen que va a ocurrir y no estamos preparados.
P.- ¿Se refiere a una gripe como la aviar o la gripe A, por ejemplo? ¿Nos espera otra similar?
R.- Sí. Los expertos de la OMS dicen, en dos reuniones a las que he asistido, que va a ocurrir porque los virus llevan mutando toda la vida y este tipo de gripes, que se contagian de modo fácil y con una alta mortalidad, se repetirán. Es evidente que no estamos preparados. No sólo debemos saber manejar una gripe normal, son las que nos tiene que ayudar a comprender que no estamos listos para la grande, la gripe grande.
P.- Usted ha colaborado con la Administración Obama para su reforma sanitaria. Ahora Donald Trump dice que una de sus primeras decisiones será acabar con ella. ¿Qué consecuencias puede acarrear una decisión de esta envergadura en EEUU, eliminar esta Ley sanitaria?
Un año de estos vamos a tener una gripe mutada y no estaremos preparados”
R.- Ya se habla del Trumpcare, en lugar del Obamacare. Con esta cuestión creo que Trump está empezando a cavar su propia tumba. Quiere cargarse una ley que está teniendo unos resultados muy buenos en cobertura sanitaria y en reforma del sistema y que no está haciendo el sistema insostenible. Lo plantea además sin presentar una alternativa, es un error. Hay una bronca en el partido republicano porque se preguntan cómo lo van a rechazar si no tiene con qué reemplazarla. Algunos en el partido republicano se están poniendo muy nerviosos con esta cuestión. A Trump parece que le da igual y dice que en unos meses dirá cuál es su alternativa, ¡cuando cuesta años montar una ley así! Se está metiendo en un callejón sin salida. Va a meter la pata.
P.- En términos de salud, ¿qué se traducirá dejar a millones de ciudadanos sin la protección de esta ley?
R.- Habrá peores datos de salud, que ya no eran buenos. EEUU, pese a ser de los países que más gasta en sanidad está en el puesto 18 entre los países desarrollados. Con el Obamacare se había empezado a corregir. Ahora va a haber 22 millones de personas que tenían cobertura que se pueden ver sin ella. Al mismo tiempo está ocurriendo algo muy importante. Hay una parte del equipo de Trump al que no les va mucho el mundo de la ciencia. Por ejemplo, ha nombrado a Robert Kennedy junior, al frente de la Comisión de Vacunas. Kennedy es un anti vacunación visceral, sigue diciendo que crean autismo, cuando hay 300 estudios que dicen que no hay ninguna relación entre la vacunación y el autismo. Si Trump, que tampoco cree en las vacunas, ha nombrado responsable de la vacunación del país a un antivacunas, se está preparando una guerra con el mundo científico enorme.
P.- ¿Este tipo de decisiones nos pueden afectar en España?
Trump está cavando su propia tumba. Quiere eliminar el ‘Obamacare’ sin una alternativa”
R.- Sí, sin duda. Aquí tenemos personas a las que les va a ir el rollo este de ser antivacunas, incluidos algunos médicos, y que van a hacer mucho daño a la credibilidad de la vacunación. El salto espectacular de equidad de las sociedades modernas ha sido gracias a la vacunación y el control de las aguas, casi más que a la medicina en sí. Las vacunas han sido la medida que ha hecho que la mitad de nosotros estemos sobre la tierra ahora. En estos momentos en EEUU se mueven por pura ideología, no por ciencia. Por eso creo que aquí hay que preparar una respuesta. Sabiendo lo que sabemos, si yo estuviera en las autoridades españolas ya estaría lanzando un programa provacunación. Hay que adelantarse a los mensajes que llegarán de EEUU dentro de unos meses. Para eso hace falta tener capacidad estratégica y de anticipación, que no es nuestro fuerte precisamente.
P.- Una disminución del nivel de vacunación, ¿conlleva el riesgo de que aparezcan enfermedades que creíamos erradicadas o controladas?
R.- Eso seguro. Estamos a punto de hacer desaparecer la poliomilitis de la tierra. La viruela ya lo hicimos. Ahora si en un año y medio no aparece ningún caso de poliomilitis en el mundo, habrá desaparecido la enfermedad, según la OMS. Ahora imagínese la situación en los colegios americanos con las vacunas. No puedes tener un colegio vacunado, el de al lado a mediovacunar y otro sin vacunar. Se van a estar transmitiendo enfermedades que teníamos controladas con los calendarios vacunales, como la rubeola.
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