El Ministerio del Interior abrirá una investigación interna para aclarar la actuación policial en el operativo desplegado en vísperas de la pasada Nochevieja en Madrid y que se saldó con la detención de dos supuestos yihadistas, a los que la Audiencia Nacional ha dejado en libertad sin cargos tras 26 días de permanencia en prisión al no acreditarse la existencia de un delito de terrorismo. La decisión del juez Santiago Pedraz cuestiona abiertamente el trabajo de la Brigada de Información de la Policía Nacional de Madrid, la unidad que ha capitaneado la investigación.
El Independiente ya publicó el pasado lunes que el departamento que dirige Juan Ignacio Zoido estaba a la espera de que el magistrado del Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional terminara de practicar diligencias para depurar responsabilidades por el desarrollo de una operación policial que se engrandeció y que avivó la alarma social en un momento de máxima sensibilidad ciudadana como consecuencia de la masacre de Berlín.
Interior no descarta que la propia Audiencia Nacional abra diligencias contra los responsables de la operación policial
Las fuentes consultadas por este diario dan por segura la apertura como primer paso de una información reservada, y no descartan que Pedraz deduzca testimonio y abra diligencias contra el instructor policial de la investigación y el agente encubierto que se hizo pasar por traficante de armas y que le vendió un cargador de fusil AK-47 al confidente Lolo. Los dos funcionarios prestaron declaración ante el magistrado el pasado 19 de enero en calidad de testigos.
La BPI, señalada
La unidad señalada por la bautizada como operación Serkan es la Brigada de Información de la Policía Nacional de Madrid, que en julio pasado puso en marcha una investigación tras conocer que un ciudadano marroquí había intermediado ante una organización que compraba armas en Portugal para suministrárselas a un compatriota, vinculado a un grupo que estaba radicalizándose en el barrio madrileño de Valdebernardo.
Sobre este dispositivo planean varias dudas que aún no han sido resueltas después de meses de instrucción. La solicitud de detenciones y registros en los domicilios de los dos detenidos, Edrissa Ceesay Sanuwo y Samir Sennouni Mouh, estaba avalada por la aparición de éstos en vídeos donde difundían proclamas en favor de la yihad y en los que aparecía un kalashnikov supuestamente auténtico. "No se ha podido determinar que el [fusil de asalto] AK-47 utilizado en los vídeos sea real", expone Santiago Pedraz en el auto dictado este miércoles por el que decreta la libertad provisional de Ceesay y Sennouni.
Pedraz pone abiertamente en duda el rigor de los investigadores de la Brigada de Información
El instructor pone en duda abiertamente el rigor de los investigadores policiales cuando rebate la afirmación de que los supuestos yihadistas portaban armas "bajo la ropa y exhibiéndolas sin ningún tipo de reparo", como expuso la Brigada de Información. A este respecto, Pedraz recuerda que el agente encubierto "manifestó que bajo la ropa parecía que tenían armas (según su experiencia), pero no que las viera o las exhibiera". Las pesquisas tan sólo han permitido hasta el momento hallar cinco cargadores y diversa munición en la parcela que frecuentaban los jóvenes detenidos, pero no el arma supuestamente real que hizo a la policía creer en la peligrosidad de unos jóvenes que eran meros delincuentes.
No es la única incógnita que queda por despejar y arroja sombras sobre la actuación policial. Tampoco se han podido localizar en las redes sociales los vídeos realizados por la supuesta célula yihadista, establecida en una cabaña del parque de Valdebernardo, pese a que "se informó de que se habían colgado", añade Pedraz. También se descarta que los presuntos terroristas respondan a la tipología yihadista, sin que haya ningún indicio de que "profesen aquella ideología".
Lolo: una 'personalidad perturbadora'
Sí se ha avanzado en el papel desempeñado por Manuel Mohamed Rodríguez Mniri, un antiguo confidente de la Policía Nacional apodado José y Lolo y al que se presenta como el cerebro de la trama. Fue éste quien entró en contacto con el agente infiltrado para solicitarle un cargador de AK-47, que el policía camuflado le entregó "a cambio de 65 euros", y a quien los detenidos Ceesay y Sennouni acusan de haberles inducido para que grabaran los vídeos en los que gritan en árabe 'Alah es grande' y 'Vais a morir todos'. Se le señala también como el "artífice" de la adquisición y posesión de las armas.
El juez Pedraz llama la atención sobre el hecho de que Lolo acudiera a la Guardia Civil "el mismo día" en que se practicó el registro de la vivienda -el pasado 29 de enero- tras incriminarlo ante la policía tres personas que lo presentaron como el artífice de todo el montaje. El confidente se presentó en dependencias de este cuerpo para contar que los dos detenidos se habían radicalizado en una escuela coránica del barrio de Valdebernardo dirigida "por un tal Mousin, que les arengó a cometer un atentado en Madrid".
En el auto, el magistrado explica que la Guardia Civil emitió un informe el pasado 5 de enero en el que describía a Lolo como una persona "inteligente y manipuladora" con una "personalidad perturbadora" que indicó la existencia de unos zulos en los que se hallaron elementos de un arma automática. La Guardia Civil cree que "podrían haber sido colocados por el propio 'Lolo' y que los elementos incriminatorios habían sido aportados intencionadamente para incriminar a terceras personas y que en todo caso son carentes de verosimilitud de amenaza terrorista".
El juez no pasa por alto que la Policía no incluyese a 'Lolo' en su petición de entradas y registros
Éste fue el mensaje que llegó a la cúpula del Ministerio del Interior, lo que ya llevó el pasado 9 de enero a su titular a descartar que hubiera existido riesgo ni "inminente" ni "remoto" de la eventual perpetración de esa acción terrorista por parte del supuesto grupo yihadista que tenía su base en una caseta del parque madrileño de Valdebernardo.
Tampoco pasa por alto Pedraz que, en el oficio presentado el pasado 27 de diciembre por el que pidió autorización judicial para llevar a cabo entradas y registros en diversos domicilios de los investigados ante el riesgo de que pudieran atentar por tener supuestamente armas reales, la Brigada Provincial de Información de Madrid "no hacía constar participación alguna de Manuel Mohamed Rodríguez Mniri (Lolo)" ni que "se hablara de José, que luego resultó ser 'Lolo'", a pesar de los contactos personales y a través de Whatsaap que éste mantenía con agentes de dicha unidad desde el 23 de septiembre.
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