Es una factura elevada con un resultado paupérrimo. Se abona todos los años. Cada ejercicio cientos de profesionales sanitarios vascos se suman a la larga lista de personal liberado, total o parcialmente, con el fin de dedicarse a estudiar euskera y lograr acreditar el perfil lingüístico asignado a su plaza en la red pública. Los cursos de formación de euskera que reciben se financian con fondos públicos. Estas liberaciones, que se pueden prolongar varios años, conllevan la necesidad de cubrir sus puestos con la contratación de personal complementario para cubrir su ausencia. Sólo en los últimos cuatro años el Gobierno Vasco ha invertido 9,7 millones de euros a este fin en el Servicio Vasco de Salud. Y lo más llamativo es que los resultados han sido malos, con niveles de suspenso en los exámenes de acreditación que oscilan entre el 75% y 80%.
Los últimos datos de euskaldunización de médicos y enfermeras de Osakidetza, además del personal administrativo, referidos al año 2016, reflejan que las arcas públicas destinaron 2,5 millones de euros sólo el pasado ejercicio a liberar personal sanitario y a contratar a sus sustitutos. Un coste que ha ido incrementándose a niveles mucho más elevados que lo que lo ha hecho el presupuesto de la sanidad pública vasca. En 2016 la consejería que dirige Jon Darpón elevó un 7% este coste lingüístico respecto al ejercicio anterior, que a su vez ya se había incrementado un 8% en comparación con 2014.
Academia pagada a 2.500 trabajadores
En total, cerca de un millar de personas han sido liberadas en el último cuatrienio, a los que se suman cientos de trabajadores que, sin estar liberados sí reciben algún tipo de financiación para formarse en el conocimiento de euskera. En total de este tipo de financiación se benefician alrededor de 2.500 empleados públicos del sistema de salud. Entre ellos, el propio consejero de Salud, quien desde que asumió la máxima responsabilidad de la sanidad en Euskadi recibe clases particulares de euskera a cargo de los fondos del departamento.
El personal al que se ha autorizado liberarse para dedicarse a estudiar euskera se rige por el calendario escolar, de modo que se incorpora a su puesto en el sistema sanitario en los periodos no lectivos como la Navidad, la Semana Santa, los puentes y festivos y el periodo estival.
El personal liberado para estudiar euskera apenas alcanca un 25% de aprobados
Esta política de liberaciones y sustituciones por razones idiomáticas se lleva a cabo desde hace años. Su justificación se basa en la implantación de los Planes de Normalización del Euskera en Osakidetza puestos en marcha desde 2007. Con ellos, la Administración vasca quiere garantizar el derecho de los ciudadanos a poder comunicarse y ser asistidos íntegramente en euskera. Para ello, el bilingüismo se ha extendido a todos los ámbitos del Ente público. Sin embargo, el bajo nivel de acreditación idiomática de los profesionales plantea serias dificultades a la consejería para habilitar circuitos asistenciales íntegramente en euskera. A ello se suma la desigual distribución de su personal bilingüe, muchos más demandado en Guipúzcoa que en Vizcaya o Álava.
Sólo un 30% de perfiles acreditados
El actual Plan de Normalización del Euskera, el segundo, aspira a remontar antes de 2019 l(os bajos índices de implantación de los objetivos alcanzados hasta el momento y que han sido reconocidos por la propia consejería que no ocultó que casi la mitad de los retos marcados en el primer plan no se cumplieron. Sin duda el objetivo principal que se ha propuesto el departamento de Salud es elevar los índices de acreditación de perfiles de conocimiento a los que están obligados los más de 25.000 trabajadores del sistema vasco de salud. Por el momento el número de trabajadores que han logrado superar las pruebas de conocimiento establecido para su plaza ronda el 30%. En muchos casos están exentos de hacerlo, bien por cuestiones de edad o bien por tratarse de una de las pocas plazas que no requiere conocimiento alguno de euskera.
El Plan de impulso lingüístico puesto en marcha contempla medidas como la incentivación a las organizaciones internas que demuestran un mayor uso del euskera en sus comunicaciones, la identificación de profesionales bilingües y el registro de las preferencias idiomáticas de trabajadores y usuarios a la hora de ser asistidos. Este punto se modificó tras la polémica suscitada por el planteamiento inicial de la consejería que pasaba por registrar de modo obligatorio, y dejar constancia de ello en la base de datos de Osakidetza, de la prioridad lingüística expresada por los usuarios. Hasta mediados del año pasado apenas el 5% de la población había expresado su preferencia de ser atendido en euskera.
El conocimiento de euskera se equipara al de un master o doctorado en una OPE
La alta exigencia de conocimiento solicitada en las diferentes convocatorias públicas de la Sanidad siempre ha suscitado un profundo rechazo en algunos sectores sanitarios. El conocimiento de euskera se puntúa al mismo nivel que un doctorado o un máster en un concurso de méritos de una OPE, lo que puede suponer un elemento clave en la pugna por una plaza. Un peso como mérito que pese a las peticiones para reevaluarlo hechas desde el PSE y el PP el Gobierno vasco mantiene inamovible. Recientemente el consejero de Salud aseguró que en ningún caso los conocimientos de euskera son “una barrera” para el acceso al sistema público vasco.
Rebajar la exigencia para elevar los aprobados
Sin embargo, la dificultad para poder superar los niveles exigidos en la red pública, no sólo en el ámbito sanitarios sino en el conjunto de la Administración pública ha llevado al Ejecutivo vasco a reconsiderar el modo en el que se evalúa estos conocimientos de euskera y rebajar el nivel de exigencia. En los últimos años entre siete y ocho de cada diez aspirantes a acreditar un perfil lingüístico de euskera que se presentaba a un examen no lograba aprobarlo. Por ello, a partir de este año se quieren modificar los indicadores a tener en cuenta y primar la expresión oral y rebajar el conocimiento gramatical de la lengua, el verdadero caballo de batalla del euskera. Además, en el caso de la Administración se pretende adecuar mejor las exigencias de conocimiento al uso real que se pudiera hacer en cada puesto.
El impulso del bilingüismo en el sistema educativo ha mejorado el conocimiento de la lengua
Para las generaciones más jóvenes el problema es menor. La implantación del modelo educativo en el País Vasco, en el que la presencia del euskera se ha elevado de modo muy importante en los últimos años, con el modelo D –íntegramente en euskera con el castellano como asignatura- hace que este tipo de conocimientos no sean determinantes en el proceso de selección. Entre los nuevos trabajadores que acceden ahora al Servicio Vasco de Salud el 73% lo hace con el nivel de conocimiento de euskera ya acreditado.
La inquietud pro euskaldunizar la sanidad ha llevado al Gobierno de Iñigo Urkullu a promover incluso la edición de una revista científica, íntegramente en euskera, pensada para los profesionales sanitarios con el propósito de que deje de ser una lengua “ajena” a los usos sanitarios.
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