Cortejado por todos los candidatos a las primarias, Juan Lobato, alcalde de Soto del Real (Madrid), representa a una nueva generación del PSOE que rompe tópicos y conecta con la cualificación de los primeros equipos de Felipe González. Treinteañeros, concejales, diputados, eurodiputados y altos cargos con experiencia profesional exitosa piden paso para vincular al PSOE con la realidad de su generación. No se decanta por ningún candidato, pero cuando habla de integración de sectores en la nueva dirección federal da por hecha la victoria de Susana Díaz. ¿Un lapsus? No lo parece.
Pregunta.- En el documento para debate que ha publicado en su blog habla de que el verdadero problema del PSOE no es orgánico, sino político: la desconexión con ciertas capas de la sociedad.
Respuesta.- Hemos dejado de tener una conexión fluida y del sentir con muchísimos ciudadanos progresistas que se identificaban con el PSOE. Es un problema de los últimos cinco o diez años, fruto de numerosos errores que hemos cometido en diferentes procesos.
P.- ¿Qué errores?
R.- No ser coherentes con nuestras ideas y valores. Tanto en la toma de decisiones desde el Gobierno que fueron muy duras -y seguramente necesarias e inevitables- como una vez abandonado el Gobierno, en diferentes procesos orgánicos y parlamentarios. Hemos tenido posiciones que no son las que la ciudadanía esperaba del PSOE.
P.- Ahora que ya se conocen los tres candidatos a secretario general. ¿Cree que la solución vendrá con alguno de ellos?
R.- Creo que los tres tienen importantes virtudes y que tienen que hacer un esfuerzo para recuperar esa credibilidad. Una palabra clave que valoran muchísimo los ciudadanos progresistas es 'honestidad'. Y honestidad no es sólo hacer lo que se dice y decir lo que se hace -algo muy manido-, honestidad es tener posiciones claras. La gente puede estar de acuerdo contigo o no, pero hay que tener una posición. Desgraciadamente, el PSOE ha tenido últimamente más eslóganes vacíos que posiciones claras y concretas.
P.- Usted fue ponente de Carmen Chacón en las primarias de 2012 y miembro del equipo de Eduardo Madina en 2014. ¿Ahora tiene un candidato?
R.- Cuando se convoque formalmente el congreso veremos qué ideas y planteamientos concretos ofrece cada uno. Esperamos que sea un proceso propositivo y veremos cuáles son las propuestas más serias y con más opciones de reconectar con los progresistas. Entonces decidiremos nuestra posición.
P.- Susana Díaz fue a visitarle. ¿Qué quería de usted?
R.- Tenemos muchas reuniones con muchas personas en estos procesos, no sólo con Susana, sino con dirigentes de toda España. Son encuentros normales, de análisis, y para compartir ideas y propuestas sobre la evolución del partido y del país.
P.- ¿Le ha pedido su apoyo en las primarias?
R.- No. Ningún candidato me ha pedido un apoyo explícito todavía.
P.- ¿Hay un sentimiento 'antisusanista' en el cinturón socialista de Madrid? Se han producido hasta burlas sobre el acento andaluz en el Comité Regional del partido.
R.- Eso fue un incidente puntual bastante desafortunado pero no tiene más relevancia. Sí que es verdad que el proceso del pasado mes de octubre y la virulencia con la que el PSOE vivió ese cambio en la dirección ha hecho aparecer a ciertos protagonistas de la vida orgánica con una imagen negativa. Es fruto del disgusto que supuso para todos los socialistas un proceso tan duro como éste. También es verdad que en ocasiones es bastante injusta la imagen de algunos dirigentes porque ese proceso fue muy complicado. Sí que ha supuesto un desgaste muy importante para mucha gente, incluida a Susana.
P.- También se le achaca a la candidatura de Díaz que representa a un voto de clases populares y poco formadas. ¿Eso es un handicap en territorios como Madrid?
R.- El PSOE es un partido de mayorías e históricamente ha tenido la capacidad de conectar con una amplísima mayoría de la sociedad, que es la progresista y moderna. Y el PSOE ha tenido esta ventaja porque tiene en sus filas a gente de diferentes perfiles: algunos con capacidad de conexión con perfiles más rurales, con personas mayores, y otros más urbanos, más modernos, de gente más joven. Ésa es la grandeza del PSOE. Y el reto es elegir un liderazgo que tenga la capacidad de reunir un equipo con la capacidad de conexión con ese amplio espectro de socialistas, progresistas y gente moderna de este país.
P.- Ha dado mucho que hablar en el PSOE el documento que usted ha lanzado. ¿Por qué y para qué lo ha hecho?
R.- Este proceso merece ser sobre ideas y propuestas concretas, algo que han dicho algunos candidatos como la propia Susana, que ha reiterado que primero debía haber un debate sobre las ideas. Es nuestra responsabilidad, y especialmente de mi generación, poner sobre la mesa aquellos debates que creemos que van a ser absolutamente trascendentales en el futuro de este país. Se trata de hablar de propuestas concretas en vez de escondernos detrás de eslóganes vacíos. Que la sociedad vea que en el PSOE hay mucha gente preocupada e interesada por plantear salidas serias a los problemas de este país.
P.- ¿Se está abusando de los eslóganes vacíos en esta precampaña?
R.- Bueno, las campañas electorales tienen sus ritmos y aún no hemos llegado a la fase de propuestas más desarrolladas. No tengo dudas de que llegarán. Otro de los objetivos del documento era obligar a los candidatos a bajar al suelo y tratar esas propuestas concretas. Estoy seguro de que llegará el momento en las tres candidaturas.
P.- ¿Se plantean presentar candidatura?
R.- No, eso no está sobre la mesa. En este partido hay grandes referentes y tenemos tres precandidatos con una fuerza orgánica y política enorme, que cubren casi todo el espectro ideológico y de perfiles del PSOE.
P.- ¿Podría definir a los tres candidatos?
R.- Pedro Sánchez es un líder que tiene una capacidad de resistencia, fuerza y valentía prácticamente insuperable, virtudes excepcionales en los tiempos que corren. Susana Díaz tiene una capacidad de liderazgo y de conexión con muchísima gente. Genera una empatía y proximidad también prácticamente insuperable. Y Patxi López está aportando moderación y sensatez a un proceso que podía haber sido muy complicado por las rivalidades internas. Su tono moderado, sereno y sensato está ayudando.
P.- ¿Le preocupa el día después de las primarias?
R.- Sí, por supuesto.
P.- ¿Por qué?
R.- Me preocupa mucho. En un proceso polarizado como éste, una de las grandes exigencias a los candidatos es que nos expliquen cuál es el plan para el día después. Qué idea tienen sobre cómo reconstruir el partido. Estamos en una situación complicadísima y tienen que exponer cuál será la estrategia interna para trabajar con todos los sectores que hay en el PSOE y plantear una unidad de acción y una unidad política seria para luchar contra el PP.
P.- ¿Qué quiere decir?
R.- Si hacemos un debate de ideas, ganará el PSOE. Si hacemos una pelea de nombres, perderá el PSOE. Eso tenemos que tenerlo muy claro. No debe ser un proceso entre Pedro, Susana o Patxi, ni siquiera entre el aparato y las bases. El debate debe centrarse entre quedarnos en el pasado o mirar con fuerza al futuro. Si entendemos que ésa es la clave, el PSOE saldrá muy reforzado.
P.- ¿Y qué se puede hacer para garantizar esa unidad? Porque el que gane tendrá en su mano la formación de la Ejecutiva.
R.- Se pueden hacer muchas cosas y se pueden hacer ya. El propio proceso es una forma de trabajar la integración y la buena relación entre compañeros. Si tú haces un proceso en el que eres capaz de reconocer las virtudes de tu oponente, que es interesante que se abran debates que tú no habías abierto, que hay buenas ideas en todos los equipos, que hay gente valiosa en todas las candidaturas... Ése es un paso fundamental. Debemos tener la capacidad de reconocer lo bueno en los demás para poder trabajar todos juntos. Y en segundo lugar: después de las votaciones, hay que tener generosidad para contar con los mejores de los otros equipos. Eso ayudará a tener una mejor Ejecutiva federal y mejores discursos para el futuro. Los candidatos y sus equipos deben tener la capacidad de hacerlo.
P.- ¿Usted ve a Susana Díaz y Pedro Sánchez sentados en una misma Ejecutiva?
R.- Los dos tienen un liderazgo tan fuerte que sería complicado. Pero sí gente de sus equipos que tenga capacidad de integración. En uno y otro caso. Cuando ganó Zapatero, Bono no entró en la Ejecutiva, pero sí Barreda y hubo una integración absoluta del sector del partido que apoyó a Pepe. No es necesario que entre Pedro en la Ejecutiva de Susana para que el pedrismo trabaje conjuntamente con Susana.
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