Es la semana clave. En plena tormenta de corrupción, el PP afronta estos días otra batalla paralela que debe cerrar con éxito si no quiere profundizar la crisis por la que atraviesa. El plazo para la presentación de enmiendas a la totalidad a los presupuestos finaliza este viernes y los populares intentará hasta entonces convencer al PNV para que le facilite la aprobación de sus cuentas. Por el momento, los nacionalistas ya han dado la voz de alarma para tensar más la negociación y exprimir al máximo las posibilidades para cerrar un pacto que le permita dar un salto cualitativo en algunas de sus principales reivindicaciones. Fuentes del PNV insisten en que las desavenencias son por ahora significativas y que no se puede dar por cerrado ningún acuerdo que permita facilitar las cuentas a Mariano Rajoy.
Más aún, desde Sabin Etxea recuerdan que trabajan ya en la redacción de la enmienda a la totalidad, cuyo plazo de presentación concluye el próximo viernes y que sólo si se alcanzase un acuerdo accederían a retirar antes de su votación el 3 de mayo próximo. Aseguran que la distancia fundamental pasa por la cuestión de Cupo pero que no es ésta la única, ya que también está sin cerrar ningún pacto en otra materia importante para el PNV como la relativa a la tarifa eléctrica que los nacionalistas piden rebajar a las empresas vascas.
Sin duda el nudo gordiano para dar luz verde a los presupuestos pasa ahora por la negociación del Cupo, el pago que Euskadi asume por las competencias no transferidas que el Estado presta en el País Vasco y que arrastra una década de discrepancias. Los negociadores vascos reclaman al Estado el pago de hasta 1.600 millones de euros que creen que se les han requerido de más.
Sin embargo, actualmente la discrepancia principal no radican en la liquidación de esas desavenencias, separadas en dos periodos, 2007-2011 y 2012-2016, sino en la definición del marco de cara a los próximos años. Este se debe fijar en una nueva Ley Quinquenal del Cupo, prorrogada desde 2011, y que determina las condiciones por las que el País Vasco asumirá el coste de las competencias que ejerce el Estado en Euskadi. El propio lehendakari Urkullu ha reconocido que la dificultad para facilitar los presupuestos actualmente está en definir bien los términos de la “bilateralidad” en la relación de las dos administraciones. Una cuestión fundamental y que el Ejecutivo del PNV siempre sitúa como referente para asegurar una relación bilateral, con garantías y “de tú a tú” y que desea aplicar a otros ámbitos políticos dentro de su apuesta por un nuevo estatus político-jurídico para Euskadi.
Ni prisiones ni Seguridad Social
La dirección del PNV, el Euzkadi Buru Batzar (EBB) está reunido esta mañana para evaluar el desarrollo de la negociación de las cuentas que pese a que ha logrado grandes avances en materias como el Tren de Alta Velocidad o políticas de empleo público o retirada de determinados recursos, aún tiene pendientes cuestiones que deben resolverse en los próximos días. Aunque formalmente el plazo concluye el próximo día 28, desde el PNV recuerdan que la negociación se puede exprimir hasta el 3 mayo, cuando se procederá a la votación.
Al referido del Cupo, también se suma otra vieja demanda del PNV que había incluido en su llamada ‘Agenda vasca’ y que hoy el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, ha insinuado que podría anunciarse próximamente: la política energética. Las instituciones vascas y el PNV vienen reclamando desde hace años una nueva tarifa eléctrica para las empresas vascas para que ésta no lastre la competitividad de las compañías por su elevado coste. Hoy Alonso ha asegurado que próximamente se conocerá una decisión que acarreará un importante beneficio para las empresas vascas y que les permitirá ser más competitivas. Fuentes del PNV aseguran desconocer cuál es el anuncio y la medida que hoy ha insinuado el presidente del PNV.
Alonso también se ha mostrado partidario de no frustrar la negociación de los presupuestos por no poder desbloquear completamente la cuestión del Cupo y de la aprobación de una nueva Ley Quinquenal. Así, ha señalado que se trata de una materia que incluso se podría separar del conjunto de la negociación ya que se trata de una cuestión que se deberá hacer de todos modos “y se tiene que hacer bien”. En el caso de la nueva ley incluso ha apuntado que requeriría de un tiempo mayor para poder cerrar un acuerdo amplio más allá de PNV y PP. El líder de los populares vascos también ha negado que se esté hablando en la negociación de los presupuestos de la política penitenciaria y del régimen económico de la Seguridad Social.
Por último ha afirmado que para no acordar no se debería poner como “pretexto” la corrupción sino que en el PNV debería primar la responsabilidad, “nosotros también podíamos haber puesto muchas excusas para no apoyar los presupuestos en el País Vasco pero no lo hicimos”, ha recordado.
El PP facilitó recientemente las cuentas al Gobierno de Iñigo Urkullu lo que en las filas nacionalistas se reconoció que suponía un paso a valorar positivamente y que allanaba el camino para poder entenderse a nivel nacional.
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