"Amamos la muerte como vosotros amáis la vida”. Es el lema que mueve a los soldados del califato, que como Salman Ramadan Abedi, luchan contra los “cruzados” como Saffie Rose Roussos, de ocho años, la víctima más joven de su atentado suicida en el Manchester Arena. Saffie, y las otras 21 víctimas, salían del concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande. Europa está en el punto de mira del yihadismo como un escenario de batalla alternativo a Irak y Siria, donde los yihadistas pierden terreno día a día.
Con el inicio del Ramadán este fin de semana se teme que intensifiquen sus ataques. El autoproclamado Estado Islámico ha llamado el viernes a cometer atentados en este periodo de ayuno para los musulmanes. “Los ataques contra civiles nos gustan y son los más efectivos. Pueden traeros grandes recompensas divinas en Ramadán”, decía el mensaje difundido por YouTube, que aludía a que están librando "una guerra total".
El atentado del suicida Salman Ramadan Abedi, nacido en el Reino Unido en 1994 en una familia de origen libio, une el nombre de Manchester a la ya larga lista de ciudades europeas teñidas de sangre por el terrorismo yihadista. Se entiende por yihadismo"una ideología política que da valor a hacer la yihad (guerra santa) contra los presuntos enemigos del islam y reclama un Estado islámico", en palabras del experto Frank Foley, profesor de Relaciones Internacionales en el departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres.
Entre las ciudades hasta ahora atacadas, París, la ciudad de la luz, es la más castigada tras el atentado del Estadio de Francia y la sala Bataclan del 13 de noviembre de 2015, en el que murieron 130 personas. Fue la mayor masacre en suelo galo desde la Segunda Guerra Mundial. También en este país, justo el Día de la Bastilla de 2016, la fiesta nacional, un francés de origen tunecino arrollaba en Niza a la multitud que celebraba la jornada y causaba 84 muertos. Francia sigue en estado de emergencia desde noviembre de 2015.
Fue justo en Francia donde el autodenominado Estado Islámico (IS) inició esta carrera salvaje con el atentado contra la redacción del Charlie Hebdo, donde murieron 12 personas, en enero de 2015. Apenas medio año antes, el 29 de junio de 2014,se había proclamado el califato en Irak y Siria, donde el IS cosecha ahora derrota tras derrota.
Si puedes matar a un no creyente americano o europeo... golpea su cabeza contra una roca, o atropéllale", fue la consigna del IS en 2014
El año 2014 se considera un punto de inflexión en estos atentados en el exterior. El entonces portavoz del IS Abu Muhammed al Adnani ordenó la muerte de los “no creyentes”. Sus palabras fueron categóricas: “Si puedes matar a un no creyente americano o europeo, especialmente francés, o un australiano o un canadiense, no creyentes… golpea su cabeza contra una roca, o métele una navaja en el cuerpo, o atropéllale, o arrójale desde lo alto, o envenénale”.
Los soldados del califato ejecutaron estas órdenes y desde entonces, además de los ejecutados en Francia, han perpetrado ataques en Bruselas (32 muertos, 22 de noviembre de 2016), Rouen (un cura degollado y un secuestro, 26 de julio de 2016), Berlín (12 muertos al ser arrollados por un camión en un mercado navideño, 19 de diciembre de 2016), Londres (atropello de cuatro viandantes y un policía acuchillado en Westminster, 22 de marzo de 2017), Estocolmo (cuatro personas muertas en un atropello terrorista, 7 de abril de 2017), de nuevo París (un policía tiroteado en su patrulla en los Campos Elíseos, 20 de abril de 2017) y ahora Manchester (22 muertos, 116 heridos, 22 de mayo de 2017). Más de 300 muertos en suelo europeo desde 2015, muchos menos que en países donde actúan franquicias del IS o el propio IS en territorio musulmán, pero que portan un poderoso mensaje mediático de división y miedo.
Después del atentado de Berlín, en vísperas de las navidades de 2016, en varios foros yihadistas se advertía de que “el año 2017 sería el año de la masacre”, el más mortífero para los ciudadanos europeos. Petter Nesser, autor de Islamist Terrorism in Europe. A History, confirma que desde 2014 han muerto más personas en Europa en ataques yihadistas que en el periodo que estudia en su obra, desde los 90 cuando actuaba el GIA argelino en Francia.
El director de Europol, Rob Wainwright, ha reconocido que “Europa se encuentra en este momento frente a la mayor amenaza terrorista desde hace 10 años”. Se calcula que desde 2014 habrían combatido con el IS unos 5.000 europeos, de los 30.000 extranjeros enrolados en sus filas. Según el Centro Internacional para el Contraterrorismo de La Haya, habría entre 1.200 y 1.300 retornados, un 30% de los que se fueron a luchar.
“El Estado Islámico consigue una movilización sin precedentes. El número de movilizados por su causa entre 2011 y 2016 es cinco veces superior al registrado en conflictos precedentes. Hay además un nuevo perfil: mujeres, conversos… En Francia se habla de unos 2.000, en Reino Unido, un millar, unos 850 en Alemania, 650 en Bélgica (el mayor emisor en términos relativos a población), y de España habrían salido 210”, señala Carola García-Calvo, investigadora en el Real Instituto Elcano de Madrid.
El Estado Islámico ha quintuplicado entre 2011 y 2016 el número de movilizados en conflictos precedentes", dice García-Calvo
Según la experta, “el Estado Islámico cuenta así en territorio europeo con redes capaces de atentar compuestas por individuos con pasaporte europeo muy radicalizados y con experiencia de combate, a quienes se suman los radicalizados en suelo europeo”. Son los soldados al servicio del califato en decadencia en su propio territorio. “Para mantener vivo su proyecto ha de aterrorizar a la población en suelo europeo, señala García-Calvo. “Su supervivencia está ligada al miedo que siembra en Europa”, concluye.
Para Ahmed Rashid, experto en terrorismo yihadista, se trata de una cuestión de oportunidad. “Con los cientos de retornados en suelo europeo y los retrocesos sobre el terreno en Siria e Irak, me temo que los atentados en Europa serán la norma”, quien también señala que el hecho de que “haya diversos gobiernos y agencias de inteligencia en Europa hace más difícil esta lucha”.
Coincide con García-Calvo el coronel Emilio Sánchez de Rojas, investigador del Instituto Español de Estudios Estratégicos, quien apunta que el Estado Islámico intenta demostrar ahora que sigue operativo. “Con atentados como el de Manchester trasladan un doble mensaje: aterrorizar a la sociedad, y por ello su objetivo aquí eran niños y adolescentes, y a su vez captar nuevos adeptos entre aquellos que buscan ser héroes. Es un mensaje que cala en determinados sectores porque les da poder sobre la vida y la muerte”, señala el coronel Rojas.
Los terroristas yihadistas que actúan en suelo europeo o son suicidas, como el caso de Salman Ramadan Abedi, el autor de la matanza de Manchester, o bien acaban muertos por las fuerzas de seguridad. Salman Abedi pertenecía a una familia de emigrantes libios. Su padre y sus dos hermanos varones han sido detenidos. El primogénito, en Manchester, y los otros dos en Libia, donde ahora residen.
Hasta el momento la policía de Manchester tiene bajo arresto a 11 hombres. Liberó a un joven de 16 años y a una mujer. En Libia investigan la conexión del tercero de los hermanos, Hashem, y del padre, Ramadan Abedi, devoto musulmán respetado en la comunidad libia, y crítico con el autoproclamado Estado Islámico. Los Abedi se instalaron en el Reino Unido en 1993, un año antes de que naciera Salman. En Manchester reside la mayor comunidad libia en suelo británico.
Una encuesta revela que el 7% de los musulmanes británicos es favorable al IS y el 4% apoya los actos terroristas
Salman Abedi regresó de Libia, donde viven sus padres desde la caída de Muamar Gadafi, el 17 de mayo vía Estambul y Düsseldorf. Según The Independent, hace ya cinco años dos personas habrían avisado a la unidad antiterrorista de que Salman se mostraba de acuerdo con los actos suicidas. Una encuesta del año pasado revelaba que el 7% de los musulmanes británicos apoyan al Estado Islámico y un 4% justifican los actos terroristas. Según el Times, los servicios de inteligencia británicos tienen identificados a 23.000 yihadistas extremistas.
En las primeras horas tras el ataque, miembros de la comunidad libia declaraban su sorpresa por el carácter tímido y retraído de Salman Abedi, a quien los medios británicos ahora relacionan con bandas de delincuentes y con terroristas. El padre asegura que Salman quedó traumatizado por la muerte en una reyerta de un amigo, en mayo de 2016, hecho que quedó impune. Su hermano menor, Hashem, con quien estaba en contacto diario, viajó a Libia el 16 de abril y podría estar planeando un ataque en Trípoli, según datos de la milicia libanesa que le apresó.
Raffaelo Pantucci, experto en terrorismo del Royal United Services de Londres, señalaba en el Telegraph cómo es significativo el número de libios de Manchester que se han enrolado en la yihad en el exterior, algunos fueron a Libia con el levantamiento anti Gadafi, y luego también a Siria.
Los investigadores británicos creen que Abedi forma parte de una red, y en principio el nivel de alerta se incrementó a “crítica” (riesgo de atentado inminente) por primera vez en más de una década. El sábado se ha rebajado de nuevo a "severa" porque se cree que la célula está ya desmantelada. Unos 4.000 soldados vigilan los lugares más concurridos al menos hasta el lunes y la policía armada está desplegada en las estaciones. El inicio del Ramadán, el periodo de ayuno de los musulmanes de gran contenido religioso, hace temer que los yihadistas intenten nuevos ataques en todo el mundo, como el que sufrieron los cristianos coptos en Egipto el viernes.
La cooperación entre los servicios de inteligencia es crucial y ha de basarse en la confianza mutua, según los expertos. Por ello, la policía de Manchester dejó de colaborar con los servicios de inteligencia de EEUU tras filtrarse datos sobre el autor, fotos de la escena, datos sobre la mochila y los explosivos… Según la prensa británica, se trataría de TATP, triperóxido de triacetona, el mismo que se empleó en los atentados del 7 de julio en Londres y de París y Bruselas. EEUU, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda trabajan conjuntamente en el programa llamado Cinco Ojos, que no dejó de estar operativo. Para Rashid, estas filtraciones "son habituales en EEUU, como se ha visto en el caso de los vínculos de Trump con Rusia".
El atentado de Manchester tuvo lugar en plena campaña electoral en el Reino Unido y los partidos suspendieron en ese momento sus actos. Sin embargo, el líder laborista, Jeremy Corbyn, ha retomado la marcha el viernes con un discurso en el que relaciona el atentado “con las guerras que nuestro gobierno libra en otros países” y acusó al gobierno de no aportar suficientes recursos a la policía. La primera ministra, Theresa May, dijo que Corbyn demostraba así que "no es apto" para el puesto. La distancia entre conservadores y laboristas se ha reducido de más de más de 20 puntos a 11 o 12 puntos en los últimos sondeos.
Lo que resulta clave en Europa es combatir la radicalización y analizar cómo se produce. El G-7 ha pedido en su cumbre en Taormina mayor colaboración de las empresas tecnológicas en ese sentido para saber contra quién se está luchando.
El experto francés Olivier Roy ha estudiado a fondo el perfil de los llamados “nuevos yihadistas” en su último libro Yihad y Muerte. Destaca cómo están fascinados con la muerte, que forma parte de su plan de forma intrínseca. Da sentido a su acción.
“La asociación sistemática con la muerte es una de las claves para entender la radicalización actual: esa dimensión nihilista es central. Lo que seduce y fascina es la idea de la revuelta. La violencia no es el medio sino el fin en sí mismo”, escribe Roy.
La violencia no es el medio sino el fin" de los jóvenes soldados del califato, fascinados con la muerte, según Roy
Según Roy, no hay un perfil estándar de estos soldados del califato, pero sí unas características comunes. Pertenecen a la segunda generación de inmigrantes, muchas veces se integran al principio pero luego se distancian de esa vida y vuelven la mirada al islam de forma radical, en numerosas ocasiones tras pasar por prisión por delitos menores.
Por ello, el coronel Rojas destaca cómo resulta fundamental “la concienciación”. Subraya que en España se ha aprendido mucho de experiencias pasadas, como el 11M, si bien nadie está a salvo de atentados. “La estrategia contra la radicalización ha de basarse en el nivel local. Hay que implicar a toda la sociedad, a los trabajadores sociales, a la policía local, y también dejar que actúen los servicios de inteligencia, y fomentar la cooperación entre ellos, que es una tarea que puede mejorarse en Europa”, señala el coronel Rojas.
Ayuda a conocer a quién se dirigen los reclutadores lo que escribió un yihadista británico en su guía para captar seguidores. “Cuando descendemos a las calles de Londres, París o Washington… no sólo esparciremos vuestra sangre, sino que vamos a demoler vuestras estatuas, borrar vuestra historia, y lo más doloroso, vamos a convertir a vuestros hijos, que entonarán nuestro nombre y maldecirán el de sus predecesores”.
Sin embargo, no es una lucha perdida y Manchester ha dado prueba de ello. Como afirma Roy, “la fuerza del IS se basa en que juega con nuestros miedos. Y el principal miedo es el miedo al islam. El único impacto de los atentados es psicológico… el miedo mayor es que nuestras sociedades estallen y haya una guerra civil entre musulmanes y no musulmanes”.
Los gobiernos han de atajar el problema en su raíz, en las comunidades musulmanas, que viven aisladas", afirman en la Fundación Quilliam
En la Fundación Quilliam, especializada en la lucha contra la radicalización, llaman la atención sobre la importancia de que “los gobiernos atajen el problema en su raíz en las comunidades musulmanas que están aisladas en ciudades grandes como Manchester, París o Bruselas”, según expone su portavoz Murshed Madasher en el artículo Yihad en Manchester. “Los líderes han de buscar oportunidades para crear otra narrativa”, añade.
Los oriundos de Manchester dieron ejemplo desde primera hora de cómo hacer frente al terrorismo yihadista. Acogieron a los afectados en sus casas con la iniciativa #RoomforManchester, escucharon absortos a Tony Walsh declamar su poema This is the place, toda una oda a la ciudad, y cantaron juntos Don’t look back in anger (no mires atrás con ira) de Oasis tras respetar un minuto de silencio por las víctimas. Manchester no es lugar para derrotas.
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