El banquero italiano Roberto Calvi fue encontrado ahorcado en un andamio del Blackfriars Bridge de Londres, el puente de los Frailes Negros, la madrugada del 18 junio 1982. Llevaba una semana desaparecido. Cuatro años más tarde, el 20 marzo 1986, otro banquero, Michele Sindona, falleció después de beber un café envenenado con cianuro en una cárcel de máxima seguridad próxima a Milán, donde cumplía cadena perpetua.
En común estos dos banqueros muertos en circunstancias misteriosas tenían un amigo: el empresario Licio Gelli. Sus actividades fueron más allá de los negocios: estuvo detrás de un proyecto golpista para subvertir el orden democrático en Italia. Gelli les sobrevivirá a ambos: morirá en 2015 en la comodidad de su casa a los 96 años.
La red oculta implica al Vaticano, la mafia y el gobierno italiano
Los tres protagonizaron una de las páginas más oscuras de Italia y del Vaticano en la década de los años sesenta y setenta. Juntos tejieron una red oculta de intereses financieros, políticos y criminales que implicaría a la mafia, la Iglesia y a sectores del gobierno italiano. Todos compartieron simpatías por la extrema derecha. Licio Gelli incluso participó en la Guerra Civil española como voluntario en el frente de Málaga junto al bando nacional.
Años sesenta: crear valor, sumar enemigos
Todo empezó en el Milán de finales de los años sesenta. Calvi y Sindona trabajaban entonces para crear un polo financiero 'blanco', cercano a la Iglesia y a la Democracia Cristiana, el partido que se perpetúa al frente del gobierno italiano desde el final de la II Guerra Mundial, en 1945. Michele Sindona había creado la Banca Privada, a la que participa también el IOR, el Instituto para las Obras Religiosas, la banca del Vaticano. Roberto Calvi, estaba escalando posiciones dentro de la Banca Ambrosiana, la caja fuerte de la diócesis de Milán, cuyo obispo, Giovanni Montini, se había convertido por aquel entonces en el Papa Pablo VI. De ahí el apodo de "banquero de Dios".
Calvi y Sindona son opuestos, pero comparten intereses
Sus caracteres eran opuestos: Roberto Calvi era introvertido y silencioso. Michele Sindona, extrovertido y vividor. En común, la fama de banqueros agresivos. A base de fondos de inversiones y OPAs hostiles, se convirtieron en los personajes más denostados de la alta burguesía milanesa. Pero el gobierno de Roma miraba favorablemente su trabajo: en 1974 nombró a Sindona "hombre del año".
Llegan los setenta: aparecen un cardenal y un masón
Desde 1971 el arzobispo de Chicago, Paul Marcinkus, llamado el "guardaespalda" de Pablo VI, estaba al frente del IOR. A través de la Banca Privada de Sindona, el IOR movía a Suiza el dinero Vaticano para sortear al regulador italiano, que quería fiscalizar las cuentas de la Iglesia. Sindona era un experto en paraísos fiscales. Con una red de sociedades tapaderas se ocupaba de blanquear el dinero procedente del tráfico de drogas entre las familias mafiosas de Cosa Nostra en Sicilia y los Gambino de Nueva York. Sus intereses en América eran tan fuertes que acabaría comprando la Franklin National Bank.
En la Logia P2 participan jueces militares, políticos y empresarios
En 1975 Sindona favoreció el encuentro entre Calvi y Licio Gelli. Gelli invitó a Calvi a entrar en la logia masónica P2 (Propaganda 2), de la que formaban parte diputados, magistrados, empresarios, militares y miembros del servicio secreto italiano. No era sólo un estado dentro del estado, era una organización con un claro objetivo político. Convertir Italia en un país autoritario controlando la prensa, reformando la república en sentido presidencial y limitando el papel de los sindicados y de los jueces.
Termina la amistad de Calvi y Sindona
Parte del plan pasa por el Banco Ambrosiano de Calvi, que a finales de los años setenta copará la editorial Rizzoli, propietaria del Corriere della Sera, el diario más influyente de Italia. El nuevo director y el consejero delegado fueron elegidos entre los miembros de la P2.
Sindona encargará a la Mafia el asesinato del liquidador de sus bancos
Mientras tanto, Calvi había instaurado con el arzobispo Marcinkus y el IOR un sistema para triangular fondos hacia Luxemburgo, Suiza y las Bahamas. Dinero que se utilizaba para financiar organizaciones como Solidarnosc en Polonia, los Contras en Nicaragua y detener la influencia de formaciones marxistas. Es el mismo Marcinkus a constituir, en las islas Bahamas, la Cisapine Overseas: la sociedad donde acaba el dinero a través de un sistema de compensaciones entre instituciones financieras.
La situación se precipitó cuando las tapaderas que sostienen los bancos de Sindona se desploman. El Franklin Bank quebró, la Banca Privada acabó en administración concursal. Sindona pidió ayuda a Calvi para tapar los agujeros, pero este se la negó. La mañana del 13 noviembre 1977 las calles de Milán aparecieron tapizadas por carteles que denunciaban las irregularidades del Banco Ambrosiano. Era una venganza de Sindona. Calvi esquivará las investigaciones sólo porque el juez titular es víctima de un atentado de un grupo terrorista de extrema izquierda.
Finales de los setenta: cae el castillo de naipes
El círculo estaba a punto de cerrarse sobre los dos banqueros. En 1979 Sindona pidió ayuda a Cosa Nostra para asesinar al joven comisario Ambrosoli, encargado de la liquidación de sus bancos. Escapó a Estados Unidos, pero tampoco allí estaba al seguro: las investigaciones del FBI sobre la bancarrota de la Franklin (la más grave en EEUU hasta entonces) le obligaron a simular un falso secuestro para huir de Nueva York.
La policía italiana descubrirá la P2 siguiendo la pista de Sindona
Pasó por Austria, Grecia e Italia antes de reaparecer en Nueva York y entregarse a las autoridades. Lo encontraran en una cabina telefónica, con una herida en la pierna para dar credibilidad al falso secuestro. Durante los desplazamientos de Sindona, la policía italiana identificó a uno de los mafiosos que acompañaban al banquero. Sus movimientos llevaron al chalet donde vivía Licio Gelli. En una maleta encontraron la lista con los más de 900 miembros inscritos a la P2.
Años ochenta: Calvi se queda sin amigos
El nombre de Calvi y de Sindona apareció en la lista. El descubrimiento de la infiltración masónica en el Corriere della Sera hundió el periódico y alentó las sospecha sobre la verdadera naturaleza del Banco Ambrosiano. El regulador italiano descubrió un agujero de más de 2.000 millones de dólares. El instituto de crédito estaba condenado a la bancarrota cuando el IOR de Marcinkus, que había avalado la mitad de la deuda del Ambrosiano, exigió la devolución de un crédito de 1.000 millones de dólares. La Iglesia dio la espalda a su antiguo socio de negocios.
Calvi fue detenido en 1981, pero obtuvo la libertad provisional a la espera del juicio. Para salvarse pidió ayuda a la mafia y consiguió fugarse a Londres. La principal plaza financiera de Europa era también una de las principales bases de operaciones de Cosa Nostra. Aquí Calvi buscó una solución para él y su Banco, o al menos para vengarse de quienes lo habían traicionado. Lo único que encontró fue la muerte, colgado debajo del puente de los Frailes Negros, con los bolsillos llenos de piedras y con 15.000 dólares. El día anterior, su secretaria se había suicidado tirándose de la cuarta planta de la sede del Ambrosiano.
Nunca se esclarecerá la dinámica de la muerte de Calvi
Después de 35 años y cinco juicios (tres en Reino Unido) todavía no se ha esclarecido si Calvi se suicidó o fue asesinado, como sostiene la familia. El juez del tribunal de Londres que archivó el caso fue expedientado por la comisión disciplinar de la magistratura británica por irregularidades en el juicio. La muerte de Calvi permitió a sus familiares ingresar tres millones de dólares de los seguros. La última investigación veía en Licio Gelli el instigador del asesinato, junto a la mafia. El sumario recibió el carpetazo final el pasado noviembre por la imposibilidad de averiguar los hechos.
Último acto: Sindona acaba en la cárcel, Gelli no
En 1984, dos años después de la muerte de Calvi, Estados Unidos extraditó Michele Sindona a Italia, donde fue condenado por el asesinato del comisario Ambrosoli. Pasaron sólo dos días desde la condena a cadena perpetua al café con cianuro que lo mató después de tres días de agonía. ¿Quién puso el veneno en la bebida? ¿Fue homicidio o suicidio? Según una versión de los hechos, el mismo Sindona puso el cianuro en el café. No quería matarse: su objetivo era obtener beneficios carcelarios y la posibilidad de cumplir la condena en Estados Unidos. Pero se equivocó con la dosis.
La maldición de la logia masónica P2 cayó también sobre el "venerable maestro" Licio Gelli. Fue condenado por numerosos delitos, entre ellos el crack del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi. Sin embargo, apenas pisó la cárcel: por las "precarias condiciones de salud" que le permitieron vivir hasta los 96 años, consiguió un tratamiento benévolo por parte de la magistratura y siempre vivió bajo arresto domiciliario.
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