El colectivo mayoritario de presos de ETA, el EPPK (Euskal Preso Politikoen Kolectiboa) ha aprobado por amplia mayoría el documento base planteado por la dirección de presos que abogaba por “poner fin a la fase de resistencia” y abrir el camino para acogerse de forma individualizada a la ley penitenciaria. La decisión supone iniciar un nuevo tiempo entre los etarras en prisión al acceder a solicitar los beneficios previstos en la ley penitenciaria.
El respaldo al cambio de rumbo ha sido del 73% frente a un rechazo del 14%. Los presos de la banda habían iniciado hacía meses un proceso de debate interno en el que se contemplaba que de modo individualizado y con las “líneas rojas de la delación y el arrepentimiento” los miembros de la banda que cumplen condena en prisión puedan solicitar las diferentes medidas de beneficio previstas en la ley. De esta forma, a partir de ahora cada uno de ellos podrá participar individualmente y no como “colectivo” para solicitar permisos, el acercamiento a cárceles cercanas a Euskadi, las redenciones de pena, los cambios de grado o el acceso a la libertad condicional.
La decisión supone romper con un veto histórico de ETA impuesto a sus presos para como 'colectivo' no acogerse a beneficios carcelarios
Históricamente ETA había prohibido a sus militantes encarcelados acogerse a las medidas previstas en la legislación. Las cárceles se concebían como un “frente” más de lucha. En el se actuaba como un coelctivo único, bajo control de la propia ETA en muchos casos a través de sus propios abogados. Todos los etarras debían negarse a reconocer la ley española y por tanto se les prohibía acceder a ningún tipo de beneficio. Los primeros presos que rompieron esa máxima que durante décadas la organización terrorista ha mantenido de modo férreo fueron los presos acogidos a la llamada ‘Vía Nanclares’ que suponía tener que reconocer el daño causado, renunciar y renegar de la violencia de la banda y colaborar con la Justicia. Por dar este paso la mayoría fue expulsado de la organización terrorista.
221 síes, 42 noes
El proceso interno culminado ahora ha sido complicado por la situación de dispersión en la que se encuentran los alrededor de 350 miembros de ETA en prisión. El apoyo al cambio de estrategia penitenciaria lo han dado 221 presos, mientras que los votos en contra han sumado 42. A ellos se han sumado 38 presos que o bien han votado en blanco o no se han posicionado. El documento base ha sido modificado en todo este tiempo con algunas de las 91 aportaciones que los propios reos habían remitido.
El colectivo de presos agrupado bajo el denominado Movimiento por la Amnistía y Contra la Represión, (ATA) se ha mostrado crítico con esta posición del EPPK. Consideran que supone una traición acceder a solicitar beneficios penitenciarios y proclaman la necesidad de dar un paso más contundente y firme y mantener una vieja reclamación de ETA como es la amnistía.
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