Aitor Esteban (Bilbao, 1962) es un hombre tranquilo. También lo es su mujer. Con ella comparte algo más que la familia y la pasión por la política. En realidad, ella, Itxaso Atutxa, es algo así como la jefa a la que debe rendir cuentas en calidad de presidenta del PNV en Vizcaya. Ambos saben que ahora su formación está siendo mirada con lupa por los propios y por los ajenos.
El PNV hacía años que no era tan determinante para España y tan "rentable" para Euskadi. Esteban se revuelve en el asiento cuando escucha que se han convertido en 'la muleta' del Gobierno del PP, aunque reconoce que no es "cómodo" ser el apoyo de un Gobierno asolado de acusaciones por corrupción. Se defiende recordando que simplemente es "hacer política". No oculta que a la buena sintonía PNV-PP le puede no quedar mucho tiempo ya que la reactivación de los planes soberanistas en Euskadi está prevista para 2018. Quizá entonces, se teme, que dejen de ser los nacionalistas 'buenos' que Rajoy utiliza para arremeter contra Puigdemont.
Pregunta.- El próximo curso se potenciará la fase de reivindicación de un nuevo estatus político para Euskadi. ¿Dejarán entonces de ser los aliados sensatos que ahora reconoce el PP?
Respuesta.- No lo descarto. Ese será el discurso no sólo del PP sino de muchos medios. Ya estamos preparados. Ojalá no suceda, significaría que se pueden buscar soluciones a temas enquistados. Eso es la política. La pregunta clave es si el PP piensa que el 2 de octubre no hay que hacer nada y que hay que seguir como hasta ahora. Si llegan a la conclusión de que el sistema autonómico ha dado de sí lo que ha dado y hay que buscar un acuerdo, ahí pueden abrirse ventanas de oportunidad. No lo descarto. Pero quizá el Estatus vasco pudiera traer la nieve en la relación, sí.
En temas relacionados con ETA se empieza a notar una cierta asfixia en cuanto a la libertad de expresión
P.- ¿Cómo diría que está el terreno en Madrid para que ahora los vascos lleven su plan de autogobierno en forma de un nuevo estatus político? Con la que está cayendo en Cataluña…
R.- En Madrid normalmente se piensa qué ceno hoy pero no qué voy a comer mañana. Las necesidades hoy por hoy son la supervivencia diaria. Además, nosotros primero tenemos que hacer los deberes en casa, consensuar lo máximo posible. Ellos están a las urgencias. Ya lo saben, claro. Ahora se habla de plurinacionalidad al menos, lo hace el PSOE, aunque en Andalucía dicen que nada de nada. Al menos se habla con cierta naturalidad de algunas cosas, aunque no el PP. La clave está en que aquí ninguno tenemos mayoría. Si hay un reclamo social mayoritario por qué no vamos a intentar buscar soluciones que no satisfagan 100% a todos pero que tampoco perjudiquen a nadie.
P.- Ustedes en cambio plantean un nuevo encaje territorial pero dentro del marco de la ley. ¿No debería ver el Gobierno en ello más una oportunidad que una amenaza incluso para encauzar el caso catalán?
R.- Nosotros tenemos más margen de maniobra por la disposición adicional primera de la Constitución, que abre a interpretación determinadas cuestiones. Quizá será necesario algún retoque, modificar el Estatuto, etc. Respecto a Cataluña el Gobierno tendrá que hacer algo, no puede permanecer en el inmovilismo constante. Que se muevan las cosas en Euskadi podría ayudar a mover cosas en Cataluña.
La modificación de leyes en Cataluña sitúa al Parlamento en una posición difícilmente justificable
P.- ¿En qué se está equivocando Puigdemont? Hasta los suyos le están abandonando…
R.- Un Estado tiene mucha fuerza. La Generalitat debe seguir presentando que el objetivo es que la sociedad catalana pueda hablar. En la medida en que la perspectiva se pierda y se hable más del sí y no de la consulta... La modificación de leyes para hacerlas en lectura única, de artículo único, es un tema complicado. Sitúa al Parlamento en una posición difícilmente justificable. Entiendo la presión por parte del Gobierno de Madrid que sea tremenda. Es una situación endiablada. Unos imponen que el Parlamento pueda manifestarse y los otros se saltan reglas habituales en las mecánicas parlamentarias. Lo importante es subrayar que la sociedad se pueda manifestar y es muy importante que el futuro del PDCat, como agente político de futuro. El president no debería descuidar nunca el partido, es un instrumento importante. Cataluña no acaba el 1 de octubre, aunque salga independencia. Puede que acabe el mandato del president, pero hay política y una ideología que representar y cuidar los instrumentos políticos.
P.- ¿La consulta del 1 de octubre se ha convertido en una pugna de soberbias?
R.- Uff… (silencio). No lo sé, quizá un poquito. Entiendo la presión en Cataluña. Había que poner una fecha. Pero se que Madrid no ha dado ni un respiro para encontrar una solución negociada. Si Madrid está tan seguro de que es una imposición de una minoría, una locura, si está tan convenido de que no vencerá el sí, ¿por qué no lo autoriza?
El president no debería descuidar nunca el partido. Cataluña no acaba el 1 de octubre, aunque salga independencia
P.- ¿Habrá referéndum el 1-O?
R.- Lo van a intentar por todos los medios y hasta el final.
P.- La propuesta de Pedro Sánchez para una reforma de la Constitución para actualizar la “plurinacionalidad” de España, ¿le parece interesante?
R.- Saludo el paso pero no entiendo muy bien qué es lo que quiere el PSOE. ¿Es lo mismo que el PSOE de Andalucía? Creo que el PSOE no tiene aún una idea clara, pero hablar de plurinacionalidad puede abrir puertas y ayudar. No es algo que se pueda quedar en el papel. Se tendrá que reconocer en algo, en la relación bilateral, por ejemplo, entre Euskadi y Cataluña que deberían tener una relación de otro tipo. O en el ámbito competencial, deportivo, etc. O incluso en el modo de dirimir los conflictos. El Tribunal Constitucional está muy denostado, habría que buscar arbitrajes neutrales.
P.- ¿Cómo definiría esta particular legislatura en la que ustedes tienen tanto protagonismo?
R.- Diría que es atípica y de transición. Aún tienen que decantarse las cosas, puede haber dinámicas políticas diferentes en el futuro. Hay que ver si las fuerzas políticas nuevas se consiguen asentar o no y si los acontecimientos de la crisis, de Cataluña, etc. nos llevan a otras dinámicas. Por eso comparto que se pueda hablar de una 'segunda Transición'. En esta legislatura algunas fuerzas están aún adaptando sus propias formas de actuación y en una situación así es difícil llegar a consensos. Las mayorías negativas son sencillas pero las mayorías alternativas son todavía muy complicadas.
P.- En dos años, ¿vislumbra una mayoría alternativa diferente a la actual?
R.- Sinceramente, la legislatura tal y como está ahora tiene pinta de agotarse o de durar mucho. Las cosas se irán precipitando al final de la legislatura. Todos los partidos necesitan tiempo. El PP para que la economía que va repuntando vaya mejor. El PSOE para que después de la dura pelea interna y con un secretario general que no está presente en el Parlamento también necesita tiempo para curar heridas y fijar una estrategia. Podemos está en una situación en la que, además de las divisiones internas que cada vez se le notan más, tendrá que plantearse si su estrategia de inicio de legislatura es la que más le conviene. No hay nadie excesivamente interesado en unas nuevas elecciones.
P.- ¿Vive el PNV los tiempos más dulces de los últimos siete años?
R.- Son tiempos complicados para la política. Acepto lo de dulce en el sentido de que el PNV, como tal, tras años complicados internamente, está muy cohesionado, fuerte y unido en las decisiones que toma.
P.- Sí, pero además logrando resultados muy rentables para ustedes…
R.- Rentables para nuestra visión de país, de programa electoral, pero aún quedan muchas cosas. Quedan desafíos complicados. Por ejemplo, lograr un consenso para un futuro nuevo estatus.
P.- ¿Quién utiliza a quién, el PNV al PP o viceversa?
R.- A mí no me hace ninguna gracia que el PP cite al PNV en contraposición a lo catalán. Ya veremos qué ocurre cuando empecemos a hablar de autogobierno vasco. Esto es una montaña rusa. La política se trata de llegar a acuerdos en los momentos posibles, explorar avances en tu programa e ideario. Hay escenarios en los que hay que saber jugar. En algunos partidos se entiende la política como mantener posiciones numantinas y gritar más fuerte que los otros, pero la vida sucede todos los días y las soluciones se deben buscar todos los días. Nuestra forma de ser es intentar en las coyunturas que se abren buscar avances, sabiendo las diferencias ideológicas con quién pactas. Ahora llegamos a acuerdos con el PP pero también con el partidos socialista en las instituciones vascas.
No me hace ninguna gracia que el PP cite al PNV en contraposición a lo catalán.
P.- Ser la 'muleta' del PP, ¿es un desgaste bien invertido a cambio de los réditos logrados?
R.- El PNV sabe leer bien a la sociedad vasca, a la que se debe, y los acuerdos han sido saludados mayoritariamente.
P.- ¿Hasta qué punto le incomoda que sean ustedes los que estén salvando la cara a un Gobierno rodeado de corrupción?
R.- Cómodo no es. Pero la sociedad nos ve que damos estabilidad y funcionamiento a las instituciones. Somos el elemento que aporta estabilidad en escenarios parlamentarios y sociales que son difíciles de casar, también en Euskadi. Es cierto que no es agradable lo que rodea al PP. Vamos a ser exigentes en que lo aclaren, el PP debe una explicación coherente a la sociedad. Pero también vemos en ocasiones que se busca más el espectáculo puntual que el intentar avanzar en el esclarecimiento de las cosas. Vamos a ser contundentes en cuanto haya pruebas, porque son temas delicados como para andar especulando. Si hay pruebas que afectan a los responsables máximos del PP en relación a la financiación del partido seremos contundentes. Por el momento hay una negativa difícil de creer, no lo voy a negar, pero no hay una prueba y con temas delicados son necesarias. Confío en que mejor que el Parlamento, en los juzgados vayan apareciendo datos y si de ellos se derivan responsabilidades políticas será momento de exigir.
P.- ¿Apoyarán la comparecencia de Rajoy en el Congreso, como reclaman PSOE y Podemos?
R.- Nosotros no seremos los que vayamos a evitar que Rajoy no comparezca ¿Cuál será el formato?, ya veremos. Creo que en todo este asunto hay mucho interés cortoplacista mediático. Nosotros intentamos hacer las cosas con un poco más de sentido común. Tengo dudas de qué es lo que exactamente quieren determinados grupos políticos. En el formato de Pleno la ventaja es para el presidente del Gobierno. La urgencia de que venga, no sé… Si otros lo quieren, a nos parece bien. El escrito que se ha presentado para solicitar el Pleno se debate el día 24 de agosto, imagínese qué relax va a haber hasta entonces. Quizá puede resultar más interesante, y deberían reflexionarlo el PSOE y Podemos, que en lugar de en un pleno, que puede ser un toma y daca muy medido y con un presidente con todo el tiempo del mundo para intervenir, comparezca en la comisión de investigación que impulsaron. Se podría adelantar la comparecencia del señor Rajoy. Es un formato mucho más cercano.
P.- ¿Cómo interpreta el cambio de posición del Gobierno, dispuesto ahora a ceder las competencias pendientes del Estatuto de Gernika? ¿Realmente cree que se podrá completar el desarrollo del Estatuto de 1979?
R.- No lo sé. Es cierto que hay necesidades, pero por ahora son sólo palabras. Creo que se puede encontrar soluciones y creo que es una obligación para los dirigentes como el señor Rajoy que hablan de cumplir la ley. Es una obligación buscar contenido a la disposición del Estatuto que habla de la cesión del régimen económico de la Seguridad Social. Para ser justo, sí veo que se está cumpliendo los acuerdos para los presupuestos de 2017, hay una sensibilidad para intentar cumplir correctamente ese acuerdo 2017. Respecto a 2018, ya veremos.
Nosotros no seremos los que vayamos a evitar que Rajoy no comparezca. ¿Cuál será el formato?, ya veremos.
P.- En la lista de materias que reclamarán sitúan a la cabeza la gestión de las prisiones y el régimen económico de la Seguridad Social. ¿Son premisas básicas para volver a contar con su voto?
R.- Si lo que me está preguntando es cuál será el planteamiento del PNV ante una negociación presupuestaria aun no la tenemos fijada. Pueden estar esos temas, o no.
P.- Ustedes insisten en que ceder la gestión económica de la Seguridad Social no supone romper la caja única. ¿Lo entiende igual en el Gobierno?
R.- El Gobierno español nunca ha hecho un intento de buscar soluciones, hacer propuestas, de ver cómo hacerlo. Se ha negado siempre de raíz a discutir. Si por una vez pudiéramos empezar a discutir sobre ello quizá se podría alcanzar una solución.
Cumplir el Estatuto de Gernika es una obligación para dirigentes como el señor Rajoy
P.- De lograrlo estarían más cerca de su objetivo final: un sistema vasco de pensiones.
R.- Nosotros creemos que sería la mejor solución. Es cierto que tenemos bastantes documentos desarrollados sobre la viabilidad de un sistema de pensiones. Paso a paso, a nosotros claro que nos gustaría.
P.- En la negociación de los presupuestos el detalle no lo tiene cerrado pero seguro que los ámbitos en los que se desenvolverá, sí.
R.- Habrá un ámbito de autogobierno y económico. Además, en el futuro presupuesto tenemos que ver reflejado lo que se acordó en 2017, como las inversiones del TAV. Espero que no se les ocurra que eso sea en base a enmiendas, sino que estén desde un inicio.
P.- Hemos hablado de avances económicos y en autogobierno, en cambio en el ámbito de la política penitenciaria y la convivencia no se ven avances. ¿Van a ser necesarias para acordar con ustedes?
R.- Desgraciadamente no se dan avances. Me gustaría verlos. Son temas que hablamos permanentemente pero no llegamos a acuerdos. Aún tenemos puntos de vista muy diferenciados. En su momento lo quisimos sacar de las negociaciones presupuestarias. Debe haber un convencimiento en el PP y en el Gobierno de que hay que mover las cosas. Espero que con el paso del tiempo y la técnica de la gota malaya que practicamos podamos ver algo.
Hay asociaciones de víctimas que se mantienen como si todavía siguiera la actividad de ETA.
P.- Ustedes han dicho que en el Gobierno se empieza a ver una sensibilidad diferente en lo relativo a la política penitenciaria con los presos de ETA. ¿Veremos un viraje del Ejecutivo en esta cuestión?
R.- Es cierto que lo vemos. Hay un cierto convencimiento en alguna gente de que algo hay que hacer. Pero en este tema el PP no se va a mover por impulsos de una parte. Es una decisión global. Para ellos es un tema delicado internamente, por la proximidad y el discurso que han hecho en relación a las asociaciones de víctimas, muy diferentes entre ellas, por cierto. Hay asociaciones de víctimas que se mantienen en llamamientos como si todavía siguiera la actividad de ETA.
P.- Por tanto, respecto a los presos de ETA ¿el Gobierno dice una cosa en público y otra en privado?
R.- Pero lo que vale es lo que digan en público. Pablo Iglesias, Sánchez, Rivera o Aitor Esteban en una conversación en confianza, sabiendo que no se va a hacer público, hablan en unos términos y en público en otros porque afectan a tu organización o una institución. Lo importante es la postura pública que se adopte y no creo que se adopte hasta que el convencimiento en el PP sea generalizado.
P.- Hasta que ETA no se disuelva, ¿no habrá cambios?
R.- Ahora venimos de una época de aniversarios terribles. Lo de Miguel Ángel Blanco, Ortega Lara, Hipercor… Han sido meses complicados en los que la sensibilidad estaba a flor de piel. En este tema hay que mirar con perspectiva al futuro. Algunos sectores del PP deben huir de la tentación de obligar a los demás a utilizar su intento de relato único y su vocabulario. Puedo estar de acuerdo en que en los tiempos de actividad de ETA había gente con miedo a manifestar en público lo que pensaba pero es que en este momento hay una sensación de que aquí tampoco se puede hablar con libertad de estos temas porque enseguida determinados partidos, empezando por el PP van a hacer causa de ellos, sin respetar la libertad de matices y sin considerar que se puede ser demócrata y respetar la vida y colocarla en los más elevado de los valores sin que se tenga que comulgar exactamente con la visión del PP. Sí se empieza a notar una cierta asfixia en cuanto a la libertad de expresión en cuanto a estos temas.
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