Las discrepancias sobre quién debía encabezar la manifestación o si el el Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, debían participar en la marcha han acabado por deslucir una concentración que ha contado con enorme apoyo institucional. Ahí estaban los líderes de todos los partidos y presidentes autonómicos acompañando a las alcaldesas de Barcelona y Cambrils, además de Felipe VI y Rajoy, pero ese apoyo no ha evitado los abucheos a las dos máximas autoridades españolas en la manifestación de rechazo al terrorismo convocada por el Ayuntamiento y la Generalitat.
Las entidades que días antes habían anunciado ya muestras de rechazo a la presencia de Felipe VI y Rajoy han inundado además la marcha con pancartas azules en las que se combinaban mensajes conciliadores como "la paz es la respuesta" o "no tinc por" o "no a la islamofobia" con otros de carácter político como "Mariano, queremos paz no vender armas" o "Felipe VI y los de las Azores, cómplices del tráfico de armas".
Tampoco la participación, 500.000 personas según la Guardia Urbana, ha colmado las expectativas generadas tras el peor atentado vivido por Barcelona desde la tragedia de Hipercor. Una participación que queda muy lejos de los datos oficiales de participantes en las manifiestaciones de la Diada o de los manifestantes que se congregaron para exigir el fin de ETA tras el asesinato de Ernest Lluch.
Abucheos al Rey
Felipe VI y Mariano Rajoy han sido abucheados a su llegada al punto de encuentro de autoridades en la manifestación de rechazo al terrorismo yihadista que el pasado jueves 17 de agosto azotó Barcelona y Cambrils. En el cruce de las calles Caspe y Paseo de Gracia, donde todas las autoridades se reunían para ocupar la segunda cabecera de la marcha -la primera la ocupan cuerpos policiales y servicios de emergencias- el público ha dirigido un sonoro abucheo primero a la llegada de Mariano Rajoy y, minutos después, al Rey.
Tanto la cabecera principal como la de autoridades se encuentran ya en Plaza Cataluña, donde todos los organizadores han repartido flores blancas, rojas y amarillas -los colores de Barcelona- entre los manifestantes a la espera delos parlamentos de la actriz Rosa Maria Sardà y Miriam Hatibi.
"No tenemos miedo de expresar nuestro duelo por las víctimas", han afirmado, "no tenemos miedo de condenar estos crímenes que solo persiguen el terror para romper nuestro modelo de convivencia". "Nos sentimos orgullosos de la rápida respuesta delos equipos de emergencias y los trabajadores públicos que han permitido salvar vidas en muchos casos arriesgando las suyas". señalaba también el manifiesto
No tenemos miedo, han concluido porque "tenemos una sociedad solidaria. No conseguirán dividirnos porque no estamos solos, somos muchos millones los que rechazamos la violencia en Manchester o Nairobi. Si su ideología es la muerte, la nuestra es una apuesta decidida por la vida".
Unas palabras que han concluido con los textos de Federico García Lorca y Josep Maria de Segarra dedicados a La Rambla, y el Cant dels Ocells de Pau Casals.
La bronca ha acabado cuando Felipe VI se ha dirigido a saludar a los miembros de la primera cabecera entre los que destacaban mossos de escuadra, urbanos, policías y guardias civiles, además de bomberos, miembros de los servicios de emergencias, representantes de los comerciantes de Las Ramblas, taxistas o miembros de la comunidad musulmana. En la marcha participan también todos los presidentes autonómicos y dirigentes de los principales partidos que se han sumado a las decenas de miles de personas que abarrotan el centro de Barcelona.
Pancarta blanca, pancarta azul
Días días después de los atentados, Barcelona llena sus calles para plantar cara al terror. Bajo el lema No tenin por -no tenemos miedo-, la multitudinaria manifestación contra el terrorismo yihadista en el busca cerrar "una semana de duelo" como señaló ayer la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Tras esta primera cabecera, se ha incorporado la pancarta azul de las entidades que han criticado la presencia del Rey y el presidente del Gobierno, bajo el lema "vuestras políticas, nuestros muertos" con la imagen de Felipe VI junto al Rey de Arabia Saudí.
La concentración es de alto riesgo después de la guerra soterrada entre los cuerpos policiales por la investigación de los atentados y por el malestar generado entre los sectores más radicales del independentismo por la presencia del monarca, al que han advertido que responderán con la estelada catalana.
La manifestación pasará por los lugares en los que tuvo lugar el atentado: partirá de los Jardinets de Gràcia y bajará hasta plaza Catalunya, y estará encabezada por servicios sociales y de emergencias y entidades ciudadanas por su respuesta ante los atentados de la semana pasada en La Rambla y Cambrils (Tarragona). Los dirigentes políticos y representantes del Estado quedarán en una segunda fila en esa manifestación; una decisión tomada por Ada Colau ante la amenaza de la CUP de no asistir por la presencia del Rey.
El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha organizado a las 16 horas una recepción en el Palacio del Gobierno catalán para dar la bienvenida a una decena de los presidentes autonómicos que se han desplazado a Barcelona para participar en la manifestación. El encuentro contará también con la presencia del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero; del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y del exlehendakari Patxi López. Una vez terminado el encuentro, la Generalitat y el Ayuntamiento han fletado dos autobuses hacia la cabecera de la manifestación.
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