Este oficial de artillería ha consagrado más de un cuarto de siglo a la estrategia y a la docencia y eso se nota en su forma tan didáctica de explicar la situación geopolítica en el avispero de Oriente Medio o el terrorismo yihadista, fenómeno del que es uno de los mayores especialistas del país. El general de brigada Miguel Ángel Ballesteros (Segovia, 1953) -diplomado en Matemáticas y doctorado en Ciencias Políticas con premio extraordinario- se encuentra desde 2009 al frente del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), actividad que compagina con su faceta de profesor de metodología de la investigación en un máster de la Universidad Complutense de Madrid que se imparte en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas. A menos de un año de culminar su carrera militar porque cumplirá en julio los 65 años, Ballesteros avisa con cierta preocupación sobre las consecuencias del conflicto en el Kurdistán. "Podemos enfocar el arreglo en Irak y Siria y, si no tenemos cuidado, habremos despertado el independentismo de cuatro países de Oriente Medio: Turquía, Siria, Irak e Irán. Si entramos en conflictos de independencia en esa zona, va a haber otro incendio tremendo en Oriente Medio. Hay que buscar soluciones".
PREGUNTA.-¿Le sorprendió el doble atentado de Cataluña del 17 de agosto?
RESPUESTA.-Siempre sorprende. Si no te sorprende un atentado es porque sabías algo, y si sabías algo deberías haberlo evitado. Siempre me sorprende, más si ha tenido lugar en territorio nacional donde las cosas se están haciendo relativamente bien aunque nunca se pueda alcanzar el 100% de seguridad. Como todos los españoles, fui sorprendido. ¿Sorprendido porque era imposible sufrir un atentado? No, la posibilidad está ahí. Cataluña es uno de los sitios es donde más población musulmana hay.
P.-¿Por qué España y por qué Cataluña?
R.-Ceuta, Melilla y Cataluña son los tres sitios donde hay más jóvenes musulmanes de segunda y tercera generación, y ése es el caldo cultivo para la radicalización. Era de los sitios con más riesgo.
P.-¿Qué falló? Ni los radares del CNI ni los de la Policía habían detectado a esta célula yihadista…
R.-Los militares no trabajamos mirando hacia dentro, sino de frontera hacia afuera. No soy un experto en el análisis de lo que ha fallado. Sí creo que, cuando hay un atentado y hay víctimas, hay que hacer un análisis de lo que ha fallado y sacar lecciones aprendidas No es fácil tener en el radar a tantos posibles yihadistas. En Europa puede haber del orden de 30.000 personas potencialmente radicalizadas y es imposible que podamos hacerle un seguimiento a todo el mundo. ¿Qué ha fallado? Si ha habido muertos es que ha fallado algo. No es fácil evitarlo, pero hay que intentar evitarlo por todos los medios. Seguro que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado analizarán fríamente dónde ha estado el problema y por qué no se detectó a tiempo.
P.-Ciertamente no se ha escuchado mucha autocrítica…
R.-No se trata de hacer autocrítica en público. Cuando sufres un atentado, lo primero que hay que hacer es tratar de dar una respuesta al terrorista. Y tiene que ser de unidad, de resiliencia, de resistir y reponerse. Entonces no es el momento de sacarle los colores a nadie. Más en frío sí hay que hacer un análisis profesional que lógicamente tiene que hacerse en privado. No tiene sentido delatar dónde estaban los fallos para que otros puedan aprovecharlo. No me cabe la menor duda de que se adoptarán las medidas necesarias para tratar de evitar lo que hemos vivido en agosto en Barcelona.
P.-¿Se habrían evitado los atentados si se hubiera conectado desde el primer momento la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona) con la presencia de un posible grupo de radicales islamistas, como luego se confirmó?
R.-Como le he dicho, los militares no nos dedicamos a analizar el interior. No soy yo la persona adecuada para decir en qué se falló. Creo que ésa es una labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Todo el mundo tiene que hacer un análisis y en la medida en que se haga de forma coordinada y trabajando unidos el resultado será mejor. Los que no vamos a estar en ese análisis seremos los militares. Que yo dijera dónde han podido estar los fallos no tendría mucho sentido.
No vamos a acabar a corto plazo con el terrorismo yihadista; el caldo de cultivo para radicalizar es todavía muy grande en Europa"
P.- ¿Cree que el imán de Ripoll fue el cerebro del atentado o aún no ha sido identificada la cabeza pensante?
R.-En la parte española, todo indica que Es Satty es la cabeza pensante. Pero hay que hacerse varias preguntas.
P.-¿Por ejemplo?
R.-Qué contactos mantuvo en Francia o tal vez en Bélgica.
P.-¿Y cuál es su tesis?
R.-Si elucubráramos podríamos decir que seguramente fue a ver a alguien que sabe fabricar explosivos, pero eso sería una mera elucubración y no estamos aquí para eso.
P.- ¿Encuentra explicación al hecho de que los terroristas hubieran acumulado más de un centenar de bombonas en el chalé de Alcanar y no saltara ninguna alarma?
R.-Insisto, sobre un atentado yo no le puedo dar información. Yo creo que puedo aportar algo sobre cómo funciona el yihadismo de cara hacia afuera pero difícilmente nosotros debemos inmiscuirnos ni mínimamente en lo que sería una pura especulación sobre el atentado. Todo español tiene en la cabeza ideas y respuestas a esas preguntas, pero no dejan de ser elucubraciones de cafetería. Yo tengo que ceñirme como profesional a realidades. Yo no estoy en la lucha de la policía contra el terrorismo, sino que estoy en el análisis de lo que ocurre de fronteras hacia fuera.
P.-¿Le sorprende que, atendiendo a su pasado, el imán no estuviera controlado?
R.-Es fácil decir a toro pasado que había que haberlo vigilado, pero hay que decir también que hay muchos radicales en Europa. Los radicales son conscientes de que, si se les pilla, pueden ser imputados por un juez. Por eso ellos practican el takfirismo. El takfir para el mundo musulmán es el que, siendo musulmán, es un apóstata, un mal musulmán. El movimiento Takfir Wal-Hijra, creado por el Hermano Musulmán de Egipto Suri Mustafá, preconiza que a los musulmanes se les puede matar por ser malos musulmanes. Siguiendo estas ideas, los yihadistas se puden camuflar dentro de la sociedad incumpliendo los preceptos del Islam. Tener apariencia de mal musulmán para que sea más fácil cometer atentados. Eso es lo que parece que ha pasado en los atentados de Barcelona: han adoptado lo que preconiza este movimiento que consiste en ocultar sus intenciones de cometer atentados, llevando ropa occidental, no yendo a la mezquita...
Hay que hacerse varias preguntas sobre el atentado de Barcelona. Por ejemplo, qué contactos mantuvo Es Satty en Francia"
P.-¿Qué lección ha sacado usted de este doble atentado?
R.-Que hay que seguir luchando y que hay que mantener la unidad. Esto es fundamental. Y que la Inteligencia sigue siendo una pieza clave en la lucha contra el terrorismo. No debe haber fronteras en la lucha contra el terrorismo. La comunidad internacional tiene que encontrar la forma de colaborar de la forma más estrecha posible para que entre todos se detecten los posibles atentados.
P.-¿Cómo puede afectar la salida del Reino Unido de la UE al intercambio de información de Inteligencia?
R.-Aunque el Brexit se matearialice, a nadie le interesa establecer una frontera en la lucha contra el terrorismo. Habrá que buscar formas de colaboración. Desde luego, la salida del Reino Unido de Europa no favorece la lucha contra el terrorismo. Es un país muy importante en sus capacidades para luchar y, además, es de los más atacados.
P.-Manchester, Londres… ¿Por qué el Reino Unido está sufriendo más que ningún otro país europeo la amenaza del terrorismo yihadista?
R.-Porque tiene segundas y terceras generaciones. Siempre hay alguien que, aunque aparentemente parezca que se ha integrado, no lo ha hecho. La integración no es si juega al fútbol con sus compañeros de clase que son cristianos o agnósticos, sino que debe interiorizarse. Y eso es complicado porque necesita más cosas que la convivencia en sí. Es un tema más complejo.
P.-¿La integración es el gran reto de las sociedades occidentales como herramienta eficaz para luchar contra la radicalización?
R.-Hay que trabajar en varias direcciones. Una de ellas es que los terroristas no tengan territorio. El territorio le ha hecho al Daesh muy poderoso, porque le ha dado una gran capacidad de reclutamiento: más de 10.000 combatientes extranjeros han salido de Europa. Eso Al Qeda no lo lograba. El Daesh ofrecía algo más: tiene el discurso religioso radical, pero también un Califato y la posibilidad de una esposa en esa tierra para los combatientes. E incluso ofrecía el imaginario de estar contribuyendo a alcanzar el Califato universal. La primera línea de acción tiene que ser quitarle el territorio, que le ha dado recursos económicos y humanos. Están ya en los últimos coletazos de territorio controlado en Siria e Irak. La segunda línea de acción tiene que ser estabilizar esos territorios para que no vuelvan a ser el caldo de cultivo y que dentro de un tiempo florezca nuevamente el terrorismo yihadista, así como impedir que se reagrupen en otros territorios. Y la tercera línea de acción, tal vez la más importante para lograr la derrota absoluta, es la lucha contra la radicalización. Que la comunidad internacional haga comprender a todos los países que tengan comunidades musulmanes, sean europeos o árabes, que hay que luchar contra la radicalización. Por muy paradójico que resulte, es fundamental que en los países árabes esa lucha se haga sin dilación y con contundencia. Un ejemplo: de Túnez han sido 3.000 combatientes, a pesar de que sólo tiene 11 millones de habitantes.
La marcha del Reino Unido no favorece la lucha contra el terrorismo. Es un país muy importante en sus capacidades para luchar"
P.-¿Cuál cree que va a ser la respuesta del Estado Islámico ante la pérdida de sus territorios?
R.-Una de las respuestas ya la estamos viendo. Para aliviar el sentimiento de fracaso y derrota, atacar en territorios que tienen mucho más eco en la prensa. Cincuenta muertos en Basora (Irak) no tiene ni mucho menos la resonancia en los medios de comunicación mundiales que un atentado en Londres, París, Madrid o Barcelona. Ellos, con menos, consiguen más eco. La misión fundamental es tapar su derrota ante su propio público y que salgan a relucir los atentados en suelo europeo, EEUU, Australia… Otra consecuencia que va a tener la derrota militar del Daesh es que Al Qaeda, que había sido debilitada porque muchos de sus grupos habían jurado fidelidad al califa Ibrahim, ahora se vuelven a agrupar bajo las siglas de Al Qaeda en el Magreb islámico y eso va a reforzar a Al Qaeda. En la medida en que el califa Ibrahim, probablemente muerto por los bombardeos rusos, no dé señales de vida se confirmará que ha muerto. El Califato necesita a un califa, el sucesor del profeta, y no puede ser cualquiera. Si él ha desaparecido, el relevo no va a ser fácil. Esto favorece la lucha contra el Daesh. Otro principio básico es ejercer la soberanía sobre un territorio. Si no no tienes territorio no hay población sobre la que implantar la sharia y todo el Califato se desmorona. Con la pérdida del territorio, y si se confirma la muerte del califa Ibrahim, que lleva dos meses sin dar señales de vida, estaremos cerca de la derrota militar del Califato pero queda mucho por hacer en la lucha contra el terrorismo yihadista.
P.-¿El Instituto Español de Estudios Estratégicos da por muerto a Abu Bakr al Baghdadi?
R.-No podemos dar por muerto a Al Baghdadi, aunque los rusos creen que lo han matado. La Organización de Derechos Humanos de Siria dijo que habían detectado que el Daesh le estaba buscando un relevo, pero el otro día el comandante de la Fuerza de EEUU ponía en duda que hubiera muerto. Hasta que no haya una confirmación oficial es difícil; sólo sabremos si ha muerto cuando haya un sucesor.
P.- ¿Lo peor está por venir, como proclama la propaganda yihadista?
R.-No. El terrorismo yihadista es consustancial a nuestro tiempo y por el momento no le hemos encontrado una solución definitiva, pero las cosas no van peor. Ahora bien, de vez en cuando los terroristas encuentran un resquicio por donde crecer, como fue el Estado Islámico y el Califato. No hay que ser ingenuos. La comunidad internacional no se puede permitir el lujo de que haya un territorio en manos de terroristas. Tiene que hacer todo lo posible por evitarlo. Ellos ya han aprendido que el territorio les da mucho pero también saben ya que la comunidad internacional no lo va a permitir. No hay que dejar que pase lo que ha ocurrido en Siria e Irak, donde han controlado un territorio equivalente a media España. Cuando tengan poco territorio hay que actuar y no dejar que pase lo que ha pasado en Siria. Y hay que evitar las guerras civiles porque crean un caldo de cultivo ideal para que los yihadistas se instalen en una de las partes y se hagan con el control del territorio. Las comunidad internacional no puede permitir las guerras civiles, menos en territorios en los que una de las comunidades es sunita, caso de Irak o Siria. Son lecciones aprendidas y no podemos mirar hacia otro lado. Si empieza un pequeño fuego en la casa del vecino, aunque esté lejos y falte mucho para que llegue a la tuya, hay que ir a echar una mano para apagarlo. Tiene que hacerlo la comunidad internacional. Hay que gestionar crisis y evitar conflictos.
El Daesh lo tiene muy claro y no quiere ya que los combatientes vayan a Irak o Siria. ¿Para qué? ¿Para morir inútilmente?"
P.- ¿Se le puede ganar la batalla al Daesh a medio plazo?
R.-Yo creo que estamos ganando en la medida en la que se le está derrotando militarmente. El Daesh lo tiene muy claro y no quiere ya que los combatientes vayan a Irak o Siria. ¿Para qué? ¿Para morir inútilmente? Tienes que hacer la yihad en tu casa, en Londres, París, en Barcelona… con los medios a tu alcance: una furgoneta o explosivos que puedas fabricar. Ahora bien, ¿esto significa que vamos a acabar a corto plazo con el terrorismo yihadista? Yo diría que no. El caldo de cultivo para radicalizar es todavía muy grande en Europa y más en países musulmanes, como es lógico. Lo que hay que hacer es trabajar para que todo el mundo luche contra la radicalización.
P.-¿Qué lectura hace de la política de Donald Trump en la lucha contra el terrorismo?
R.-Él ha dicho es que no va a cejar en la lucha contra el terrorismo. Está gastando casi 15 millones de dólares diarios entre Irak y Siria. Ahora bien, EEUU ha sufrido enormes pérdidas de militares en Afganistán, Irak… y ha sufrido desgastes económico y político por estas guerras. También ha perdido influencia en Asia y Oriente Medio. Está condicionado por la opinión pública norteamericana, porque, además de los muertos, ha tenido muchísimos miles de heridos. Cerca de 7.000 muertos entre las dos guerras y más de 30.000 heridos con secuelas. Eso deja marcado a un pueblo y condiciona la política de los gobernantes. Creo que todos estamos en la misma idea de que hay que acabar con la lacra del terrorismo, aunque no sea fácil.
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