El líder de ERC, Oriol Junqueras, quiere acelerar la convocatoria de elecciones como salida la crisis política catalana y presiona para ello al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, con el argumento sobre la mesa de la fuga de empresas y capitales que ya es una evidencia en Cataluña. El lunes, Puigdemont comparecerá ante el Parlament para oficializar el resultado del referéndum, un paso que según la hoja de ruta fijada en las leyes de ruptura daría pie a la declaración unilateral de independencia (DUI) y la disolución de la Cámara para iniciar un periodo constituyente. Sin embargo, Esquerra estaría presionando ahora para que Puigdemont anuncie en ese Pleno la convocatoria de unas elecciones autonómicas que dieran paso, entonces sí, a la proclamación de independencia en caso de victoria de sus defensores.
El grupo parlamentario de JxS se reúne este viernes en el Parlament teóricamente para definir su postura de cara a ese pleno -suspendido hoy cautelarmente por el Tribunal Constitucional a petición del PSC- y su contenido no está ni mucho menos definido. Pero esa vía permitiría ligar la independencia a una fórmula dentro del marco institucional que evitara la aplicación del artículo 155 de la Constitución y la suspensión de las competencias autonómicas.
Gana enteros la opción de dar por bueno el triunfo del "sí" pero sin votar esos resultados
La opción que gana enteros entre las filas independentistas es la de una proclamación de resultados para dar por buena la victoria del Sí a la independencia el pasado domingo, pero sin someter a votación esos resultados , como adelantó ayer El Independiente. Esta era la vía con la que los independentistas querían evitar las consecuencias jurídicas de una DUI, aunque la decisión adoptada este jueves por el Constitucional pone en cuestión esta estrategia. De hecho, JxS y la CUP intentaron pedir la comparecencia de Puigdemont para el Pleno del lunes sin hacerlo constar por escrito y, tras ser advertidos por el secretario del Parlament, registraron la solicitud forma muy ambigua, sin aludir a ningún tipo de DUI.
En este contexto se inscriben las maniobras de Esquerra para aplazar al máximo una eventual declaración de independencia y apostar por una convocatoria de elecciones que se presentarían como constituyentes de la futura república catalana, aunque se convocarían, esta vez sí, como unas elecciones autonómicas. Los republicanos son los favoritos, según todas las encuestas, en unas elecciones catalanas y Oriol Junqueras sabe que debe aprovechar un momento de máxima polarización a favor del independentismo. Por eso ha utilizado en las últimas horas la fuga de empresas y capitales que evidencia maniobras como las anunciadas por Banco de Sabadell y La Caixa, que han perdido 3.000 millones de capitalización desde el 1-O, como una salida que rebaje la tensión y evite la huida de más empresas.
Para el PDCat las elecciones son el peor escenario pues no tienen candidato
Junqueras, vicepresidente y conseller de Economía, ha manejado en los últimos dos años las relaciones de la Generalitat con el mundo económico catalán, que ahora ve en las elecciones una salida a la crisis que permita frenar la crisis económica que está desatando el proceso independentista.
Para el PDCat, sin embargo, las elecciones inmediatas son el peor escenario, puesto que su cabeza de lista natural, Carles Puigdemont, ha dejado claro que no encabezará una candidatura electoral cuando deje el Palau de la Generalitat. Los ex convergentes se encuentran con un partido en caída libre en las encuestas y sin un candidato definido, por lo que han vuelto a recuperar la idea de la gran alianza. Es decir, una candidatura única al estilo de JxS que les permita mantener las cuotas de poder de las que ahora disfrutan en el Gobierno de la Generalitat. Un empeño en el que podrían contar de nuevo con el apoyo de la ANC.
El "plan b" de Junqueras
La salida de unas elecciones autonómicas fue manejada durante mucho tiempo por Junqueras en sus conversaciones con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. En Moncloa siempre existió el convencimiento de que al líder de ERC lo que le interesaba era ser el próximo presidente de la Generalitat e, incluso, cambiar de socios para apostar por un tripartito de izquierdas con PSC y los comunes, aparcando la independencia.
Por ello intentaba no resultar salpicado judicialmente, para no correr el riesgo de ser inhabilitado. De hecho, en Moncloa se llegaron a maliciar de que había forzado la intervención financiera del Ministerio de Hacienda para no tomar decisiones de gasto para el pasado referéndum del 1 de octubre. Así, Junqueras habría hecho llegar a Moncloa su deseo de ir a elecciones, soslayando la DUI, en buena parte presionado por una clase empresarial y bancaria que ha tocado a rebato. En todo caso fuentes gubernamentales aseguran que el vicepresidente del Govern tiene ahora mismo "crédito cero" en Moncloa.
De ahí el compás de espera de Rajoy, que ha despejado su agenda de la próxima semana tras suspender su asistencia a la cumbre de países del sur de Europa que se iba a celebrar en Chipre los días 9 y 10. Esto da más margen para su comprometida comparecencia parlamentaria.
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