El independentismo da una respuesta a la fuga de empresas y capitales que azota Cataluña desde el 1-O. Tras la réplica de alcaldes de la CUP y ERC que han anunciado que dejarán de operar con La Caixa y el Sabadell -los bancos que sacaron su sede social fuera de Cataluña-, se suma ahora un incipiente intento de boicot a los productos de empresas no catalanas. En las últimas horas ha empezado a circular una propuesta para evitar los productos españoles como respuesta al incipiente boicot a los productos catalanes que se insinúa en el resto de España.
Desde ahora, "los productos catalanes tendrán un número propio en los códigos de barras y proporcionarán un índice diferenciado al del resto de España", asegura un mensaje que anima a comprar productos catalanes: "Así el IVA que pagarás se quedará en Cataluña". El texto que circula estos días a través de las redes de mensajería móvil argumenta que con el nuevo Estatut el IVA que se genera por la venta de productos fabricados en Cataluña "es 100% para las arcas catalanas". Una máxima que no podría estar más lejos de la realidad. La cesta de impuestos pactada en el Estatut de 2006 fija que el Estado tiene que ceder a la Generalitat el 50% del IVA y el IRPF recaudados en Cataluña, sin establecer distinciones en el origen del producto.
Movilizar a las bases
Más allá de la cesta de la compra, las entidades soberanistas han iniciado ya la escalada para movilizar a sus bases de cara a la próxima semana. El lunes será “un día determinante”, ha advertido Jordi Sánchez, presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que en un comunicado a sus bases da por más que probable que ese mismo día “el Gobierno decidirá dinamitar las instituciones de la Generalitat poniéndolas bajo su control”.
Ha llegado el momento de la verdad”, afirma la ANC, que pide a sus seguidores “mantener la cadena de confianza” en Puigdemont
Será el día en que se concrete la respuesta de la Generalitat al requerimiento del Gobierno en el que Mariano Rajoy le solicita a Carles Puigdemont que aclare si realmente proclamó la independencia de Cataluña. Una respuesta que Puigdemont prepara con los partidos y entidades independentistas como interlocutores privilegiados y que la ANC confía en que no satisfaga al Gobierno, a tenor del modo en que ya se está arengando a sus bases para volver a tomar las calles.
“La semana que viene será determinante”, reza también el último whatsapp que circula en las redes de seguidores de las dos grandes entidades soberanistas. “Coged fuerzas en el último puente de la raza, la semana que viene volveremos a la calle. Ánimos, no nos desfondemos”. Mientras los círculos no independentistas respiran relativamente aliviados por la tregua alcanzada entre el Gobierno y Generalitat, los independentistas mantienen la tensión convencidos de que la respuesta de Puigdemont a Rajoy no satisfará las aspiraciones del Gobierno y provocará la aplicación del artículo 155. Y de ahí, a la calle.
Ante posibles movilizaciones, no descartamos nuevos parones masivos"
En un comunicado de la ANC, Sánchez señala por su parte que “ha llegado el momento de la verdad” y pide a sus seguidores “mantener la cadena de confianza” con la certeza de que “no habrá marcha atrás”. Tras la desmovilización que ha generado la declaración implícita y suspensión explícita de la república catalana enunciada por Puigdemont en la sesión parlamentaria del martes, ANC y Ómnium empiezan a preparar el camino para convocar a sus bases. Todavía no se ha anunciado una convocatoria concreta, pero los actos de homenaje al president Companys en el aniversario de su fusilamiento, este domingo, serán un buen termómetro del ánimo soberanista.
En este contexto, les reclama que estén pendientes de los canales de comunicación habituales “ante posibles movilizaciones, no descartamos nuevos parones masivos” añade. Y hace un llamamiento a la “respuesta pacífica” pese a la “probable actitud represiva y violenta de las fuerzas policiales”. “La mano tendida al diálogo es honesta, pero en ningún caso esconde una renuncia a la proclamación de la República, ni menos aún se puede interpretar como una vía al reformismo constitucional", añade en referencia al acuerdo alcanzado por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, con el Gobierno para abrir un proceso de reforma constitucional que dé salida a la crisis catalana.
“Se ha optado por ofrecer diálogo, pero el horizonte que se intuye es una reacción antidemocrática del Gobierno”, concluye tras señalar como el primer punto de las previsiones políticas del lunes su cita ante la Audiencia Nacional. El alto tribunal debe decir entonces cómo proceder sobre las denuncias de sedición contra él, Jordi Cuixart y Josep Lluís Trapero. “Tengo la sensación de que estamos siendo usados como rehenes por parte de la Fiscalía”, concluye.
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