Olga Jiménez ha sido protagonista involuntaria de uno de los episodios más polémicos en la vida interna de Podemos. En Vistalegre II, esta autónoma y abogada laboralista desde hace casi 30 años fue la persona más votada para integrar la Comisión de Garantías Democráticas, el órgano más sensible del partido que ejerce como 'tribunal' y resuelve los conflictos en el seno de la formación. Un dispositivo independiente que estalló por los aires en agosto, cuando salieron a la luz los nuevos estatutos del partido [consultar aquí en PDF], elaborados por la secretaría de Organización de Pablo Echenique y aprobados por la ejecutiva de Pablo Iglesias. Los problemas jurídicos que ofrecía el reglamento se entremezclaron con las razones políticas. El resultado es que dos meses después de aquello, Jiménez ha sido suspendida e inhabilitada tres años para ejercer su cargo; una resolución que atribuye al intento de control férreo por parte de la cúpula de Podemos.
Es la primera entrevista que ofrece desde su inhabilitación de la que se enteró a través de los medios mientras Puigdemont declaraba y suspendía la independencia catalana. Templada pero firme, relata por primera vez cómo ha vivido las últimas semanas. Las piedras en la rueda que, dice, encontró al llegar al cargo, y sus intentos frustrados de hablar con Iglesias sobre la situación. "Podemos pide en los medios mediación y diálogo para Cataluña pero no lo aplica para sí", lamenta. Esta vez habla sin ambages, con la tranquilidad de no tener nada que perder y la intención final de limpiar su nombre después de sufrir lo que considera una "campaña interna de desprestigio" contra ella. Adelanta, eso sí, que seguirá luchando por defender "el Podemos originario, el de la gente, y no el Podemos de cuatro".
Pregunta. ¿Cómo explicaría lo que ha pasado en los últimos dos meses en la Comisión de Garantías de Podemos?
Respuesta. Lo resumiría pero no desde estos dos meses, sino desde el 12 de febrero, cuando se celebró Vistalegre. Había una guerra interna entre pablistas, errejonistas…pero la gente que votó para la Comisión de Garantías, el tribunal de Podemos, votó independencia y profesionalidad. La percepción que hemos tenido desde julio, a partir del famoso Dictamen 3 por el que se anularon parte de los estatutos, es que era el único órgano importante a nivel estatal que no tenían controlado. El órgano que debe ser independiente no lo tenían bajo control, y era muy importante tener ese órgano bajo control para ellos porque es el único que decide si expulsa o no tanto a cargos orgánicos como públicos. El 12 de febrero este órgano empezó a ser independiente.
P.- ¿Qué pasó a partir de entonces?
R.-Empezaron a escrachearnos, a ningunearnos, a no darnos medios, a no poner facilidades…La única ayuda que hemos tenido es de gente de territorios, gente que se veía amparada por una Comisión de Garantías que de verdad era independiente y que empezaba a confiar en que esta Comisión no tenía nada que ver con la anterior y de verdad empezaría a resolver cosas. El problema llegó cuando se hicieron los estatutos. Los documentos que se votaron en Vistalegre son como una Constitución de Podemos, que hay que adaptarla a leyes orgánicas, que serían los estatutos. Los documentos votados hay que trasponerlos en esos estatutos y ese trabajo se dio en un 80% al Círculo de Juristas de Podemos Madrid, formado por profesionales de la justicia, que traspuso los documentos y pasó el trabajo a la ejecutiva. Cuál es nuestra sorpresa cuando la ejecutiva emite unos estatutos que no tienen nada que ver con Vistalegre. Lo modificaron todo absolutamente, y modificar no es lo mismo que trasponer. Por eso se impugnaron los estatutos y por eso luego 12 comisiones de garantías autonómicas avalaron la impugnación. ¿Para qué hicieron esto? Para acceder al control también de la Comisión de Garantías Estatal que es el único órgano que les faltaba. Esa es la realidad. Todo lo que ha pasado desde julio para acá ha sido una guerra interna para que ese control no cayera en las mismas manos que el poder ejecutivo, legislativo, y administrativo, que es la Secretaría de Organización, el señor [Pablo] Echenique.
P.-Decía que antes de que empezara la pugna en la comisión, le hacían “escraches” y le “ninguneaban”, ¿a qué se refiere?
R.-Un ejemplo. El primer expediente que nos llega es de un consejero ciudadano estatal –miembro de la dirección de Podemos- que tuvo un problema con una compañera en Vistalegre II el 12 de febrero. Lo cuento porque ya ha salido en prensa y ya está la sentencia. Entendimos que podía haber una posible comisión de infracción del código ético y pedimos a la ejecutiva que se le abriera expediente, que es lo que prevé el procedimiento. Nuestra intención en este caso era suspender provisionalmente a esta persona para que cuando saliera una sentencia del orden penal nosotros, a nivel de partido, hubiéramos depurado responsabilidades. Como este señor era de la sección mayoritaria, de Pablo Iglesias, no se le abrió expediente, y eso que lo habíamos pedido hasta seis veces. Y como este ninguneo, pues todos. Este señor salió condenado en sentencia penal. Lo que queríamos es que cuando llegara este momento esta persona llevara suspendida desde febrero porque la comisión actuó. No hemos podido hacerlo porque ellos no querían que uno de los suyos fuera expedientado. ¿Recuerda cuánto tiempo tardaron en abrirme expediente a mí? No fueron ni 24 horas. En pleno mes de agosto. La ejecutiva ni estaba, tuvo que hacer una reunión virtual donde seguramente no tenían ni quórum pero eso no lo podemos saber, y me abrieron expediente en 24 horas.
P.-La raíz del conflicto llegó con el Dictamen 3, por el que impugnaban parte de los estatutos, ¿qué pasó a partir de ahí?
R.-Cuando se aprobó el Dictamen 3 para impugnar los estatutos, el señor Echenique dijo que había otro dictamen en contra. Hay que tener claro qué papel debería jugar Echenique dentro de Podemos. Es el secretario de Organización estatal, es el órgano administrativo. Se ha tirado dos meses y medio hablando e influyendo sobre la Comisión de Garantías, que entonces éramos nosotros. El pasado lunes dijo que había que obedecer a la nueva Comisión de Garantías. Claro, ya no estamos nosotros y ya sí le vienen bien la Comisión. Echenique fue quien se inventó que existía otro dictamen en contra, cuando él sabe de sobra que no existía ningún dictamen contradictorio, como dijo en agosto. Y lo sabe porque todas las resoluciones se le envían al minuto 1 de ser emitidas. Contra el Dictamen 3 había una cosa que era voto particular [por parte de la secretaria técnica María del Rosario Rodero], pero durante todo agosto se encargó de decir que había dos dictámenes contradictorios, hasta final de agosto, que me suspendieron y cambió la versión. Entonces ya empezó a decir que no había ningún Dictamen 3, porque ya lo que le interesaba era validar a la Comisión de Garantías nueva y todo lo que ellos emitían.
P.-A usted le abrieron expediente a raíz del dictamen en el que se impugnaban parte de los estatutos. Esto hizo que ud fuera suspendida y provocó la fractura en dos del órgano, con otro miembro que se erigió como presidente. ¿Qué hicieron a partir de ahí?
Podemos defiende que en Cataluña hay que mediar, pero no se aplica de puertas para adentro
R.-Nosotros hemos ido invalidando los actos de la pseudo-Comisión de garantías pero tanto el señor Echenique como el secretario general, el señor Pablo Iglesias, que está detrás evidentemente, han validado esta pseudocomisión. Ante esto más no se puede hacer. Todo lo que han hecho es una aberración jurídica que va contra derecho y en un tribunal ordinario se cae. No han hecho caso, no sé si es que no han valorado las consecuencias jurídicas. Otra cosa son las consecuencias internas. Estamos hablando de Podemos. Un partido que a los demás les pide democracia interna y transparencia, lo primero que tiene que hacer es mirarse a sí mismo. Si a los demás les pide separación de poderes, es lo que hay que aplicar en tu propio partido. Nosotros estamos diciendo en los medios que en Cataluña hay que hablar, mediar, que las soluciones no son el hachazo, sin embargo en su propia Comisión de Garantías Estatal, ellos en vez de hacer una mediación, lo que han hecho es retirarse para que este tipo de trabajo sucio lo hagan estos soldados que tienen ahora en la comisión. Choca mucho la política interna dentro de Podemos con la política externa que ellos pretenden de los demás.
P.-¿Cree que más que un problema jurídico tiene una motivación política?
R.-Ambas cosas. Para mí es una orden para controlar la Comisión de Garantías, porque están emitiendo resoluciones que no interesan a nivel político. Claro, pero es que es un tribunal, y el tribunal tiene que ser independiente. Yo no puedo aceptar una orden de que expulse o no a una persona, tendré que decidir bajo mi criterio. Eso está claro y más si estamos en un partido que se llama Podemos. Esto en otros partidos se acepta y no pasa nada, pero en Podemos es inaceptable.
P.-A ud le suspendieron a primeros de agosto, ahora la han inhabilitado como presidenta de la Comisión, ¿siente que ha perdido la legitimidad?
R.-No, al contrario. La legitimidad no me la otorgaron ellos, me la otorgó la gente en Vistalegre. Porque tuve más de un 50% de los votos, y la gente decidió que fuera yo la más votada. Es una legitimidad que viene de la gente. Al final han utilizado métodos coercitivos contra los que no se puede luchar porque son por ejemplo informática. Si te quitan los medios necesarios para hacer tu trabajo, no lo puedes hacer. Llevo todo el mes de septiembre que secretarios generales de territorios me siguen llamando a mí porque no entienden ni creen lo que ha pasado. Yo no puedo acceder a esos expedientes, pero sí me siento legitimada. Ellos han empleado todo este poder del aparato del partido para apartarnos. No lo han conseguido. Pero no por mí, sino por toda la gente que ha luchado por Podemos y que aún se lo cree. Y por toda esa gente vamos a seguir luchando y no se la vamos a dejar a estos.
P.-La resolución donde ud quedaba inhabilitada, fechada el 6 de octubre, fijaba 15 días para su recurso…
Me enteré de mi inhabilitación por la prensa media hora antes de que me lo notificaran"
R.-Está fechada el 6 de octubre, pero ellos me lo notificaron el 10 de octubre. ¿Por qué me lo comunican el 10 de octubre a las 19 horas de la tarde? [Mismo día y misma hora a la que Puigdemont compareció para declarar y suspender la DUI]. Porque esto es una arma y una forma de trabajar que en Podemos se da muy bien. Vamos a tapar con una noticia más importante lo que vamos a hacer. También resulta bastante chocante que a mí me lo comunican a las siete de la tarde a mi correo electrónico, y yo me enteré media hora antes porque ya ellos, los que han emitido la resolución u otras personas cercanas a ellos filtraron la noticia al eldiario.es. A las seis y media empezó a llamarme un montón de gente para decirme que me habían inhabilitado. No tenía ni idea y efectivamente miré mi correo y no tenía nada. Claro, media hora después ya me llegó. Desde ese día se cuenta la posibilidad de recurso.
P.-Entonces tiene plazo para recurrir.
R.-Tengo plazo para recurrir, pero como todo esto es un proceso que no hemos reconocido en ningún momento como válido porque desde el primer momento es nulo de pleno derecho, es absurdo recurrir dentro de esto, porque para nosotros es una pseudocomisión. En esa pseudocomisión uno está denunciado por su círculo, otra persona no estaba ni siquiera inscrita en Podemos cuando se presentó a la Comisión de Garantías, que ya me explicará qué interés tendrían las personas que le presentaron a esa candidatura cuando ni siquiera estaba inscrita en Podemos, no es jurista, que tienes que serlo para poder emitir resoluciones. Es pseudo-comisión, psudo-resolución, pseudo-todo, porque no reconocemos nada. Es cierto que quedamos inhabilitados y no tenemos acceso al correo, pero eso ya se verá en un tribunal real.
P.-¿Piensa llevarlo a los tribunales?
R.-Vamos a valorar la posibilidad de llevar todo esto a un tribunal real porque las posibilidades de ganar son grandes. Tenemos que ver las consecuencias de una posible sentencia estimatoria, también desestimatoria, porque esto es derecho y no matemáticas, y qué haríamos en cada caso. Todo esto tenemos que valorarlo porque nosotros no hacemos las cosas a lo loco.
P.-¿Qué le anima a llevar la causa a la justicia ordinaria?
R.-El objetivo es cumplir lo que dijo la gente en Vistalegre II. Si eligieron a Iglesias como secretario general, y a ciertas personas como Comisión de Garantías, ¿quién es nadie para vulnerar esa voluntad? Si nos dan la razón en los tribunales no me la van a dar a mí, sino a mucha gente. Y eso es lo importante y puede ser una forma de empezar a cambiar el partido por dentro.
P.-El conflicto surgió a raíz de los estatutos, ¿cree que esas nuevas reglas cambian lo que es Podemos?
R.-Totalmente. Cambian Podemos por una simple razón: Podemos es el partido de la descentralización, de la mediación, que significa que mejor no expulsar sino negociar, acordar, acoger…y estos estatutos son justo lo contrario: centralizar, la mediación se suprime y el régimen disciplinario te sanciona absolutamente todo, y lo más grave es que el poder sancionador ya no depende de un tribunal con unos terceros objetivos. Si yo soy secretario general de un círculo o de un consejo ciudadano municipal, yo ya te sanciono a ti directamente. Sin procedimiento y sin comisión de garantías de por medio. Esto vulnera hasta la Ley de Partidos Políticos y eso no lo podíamos ni permitir.
Mi expediente se abrió aplicando unos estatutos que ni siquiera estaban en vigor"
P.-¿Qué plantearon cuando se les presentó estos nuevos estatutos?
R.-Teníamos tres caminos: el de la dimisión, porque no estábamos de acuerdo. Pero dimitir es asumir responsabilidades cuando haces algo mal, y no íbamos a dimitir. El segundo camino era saber lo que pretendían aplicar y callarnos. Pero imagínate todas las personas que nos han votado. El tercer camino era lanzarnos a la arena, a impugnar lo que teníamos que impugnar y atenernos a las consecuencias. La consecuencia podía ser que nos expulsaran, pero estamos cumpliendo con lo que nos pidió la gente en Vistalegre. Ni buscábamos cargos, porque no nos presentamos a nada, ni sueldo, porque no hemos cobrado nunca nada, aunque en la comisión de garantías de ahora parece que sí están cobrando ya. Ni buscábamos ningún tipo de poder, al contrario somos el antipoder, los que controlamos a los que tienen de verdad el poder. Decidimos ir hacia delante e impugnar los estatutos. Unos estatutos que cuando se me abrió expediente ni siquiera estaban en vigor en el registro del Ministerio. Mi expediente se abrió aplicando unos estatutos que ni siquiera estaban en vigor. Fue a primeros de septiembre cuando ya se registraron oficialmente. Es como si te aplican una ley que la han aprobado en el Congreso pero no se ha publicado en el BOE.
P.-En la resolución por la que le inhabilitan se le acusa de dañar la “imagen” de Podemos, ¿considera que ha hecho eso?
R.-Se me acusa de dañar la imagen de Podemos como se me acusa de mil millones de cosas. Pero la única persona que ha intentado mantener la imagen de Podemos soy yo. La única persona que no ha hecho entrevistas durante todo el mes de agosto y mediados de septiembre soy yo. ¿Quién hablaba todo el tiempo? El señor Echenique. Esas manifestaciones, este lío, ha venido de él, que lleva todo agosto hablando de la comisión de garantías. Tú dañas algo cuando tú haces una actuación, no cuando omites. No siento que haya dañado la imagen. Me han llamado todos los periodistas durante agosto y septiembre, y hasta mediados de septiembre nunca he querido hacer declaraciones porque tenía la ignorante ilusión de que se iba a solucionar porque Podemos es el partido de la mediación. Cuando se ha visto lo que se ha hecho, que no quieren una comisión de garantías y menos presidida por mí, yo ya no daño la imagen de Podemos: ellos solos se han dañado la imagen de este Podemos, que es el que tienen ellos y no el que queremos muchísima gente en el partido.
P.-¿Ha tenido posibilidad de intercambiar impresiones con el secretario general de Podemos
R.-Esto es algo que no he contado nunca precisamente por no dañar al partido. También porque es mi secretario general, y lo respeto porque fue la persona elegida. En Podemos por su forma hay tres cabezas: secretario general a nivel estatal, presidente de Comisión de Garantías, y secretario de Organización; Lo normal es que hubiera habido una interlocución. Yo nunca he podido hablar con el señor Pablo Iglesias. Ha sido absolutamente imposible. Cuando ocurrió todo esto le escribí a Pablo. “Vamos a hablar, vamos a parar esto, porque las consecuencias que preveo son perjudiciales, vamos a ver el asunto de los estatutos…”. No obtuve ninguna respuesta.
Iglesias siempre habla de mediación y cuando su presidenta de Garantías le avisa, le ofrece, le dice, ni siquiera hay respuesta
Cuando me empezaron a llamar medios, le escribí para informarle y decirle que no quería hablar con la prensa porque es algo que había que solucionar en el partido. No me contestó tampoco. Ya a la semana le dije ‘mira Pablo, no sé por qué no me contestas. No sé por qué no quieres hablar conmigo, pero no creo que te vaya a molestar más”. Y esa ha sido toda mi conversación con Pablo Iglesias. Lo cuento porque creo que no es normal. Siempre habla de mediación y negociación y sin embargo cuando su presidenta de Garantías votada por la gente le avisa, le ofrece, le dice, y ni siquiera obtengo una respuesta. Y eso hablo de principios de agosto. Estamos en octubre y ya ni se le espera.
P.-¿Cree que ha habido demasiado silencio cómplice dentro de Podemos?
R.-Unos dijeron abiertamente que no les gustaba lo que estaba pasando, otros por omisión no lo dijeron porque les convenía y otra corriente que no ha dicho nada ni se le espera. Cada uno tiene que ser consecuente porque en este momento había que haber dado un paso adelante y haber defendido la independencia de la Comisión de Garantías. Pero no por la Comisión en sí, sino de forma egoísta. Porque una vez que desaparezcamos nosotros yo no sé qué va a pasar ahí. No te puedes amparar en que “a ver sin vamos a entrar en una guerra”. Da igual. Entra, como han entrado otras muchas personas y se han jugado la cara, la primera yo. ¿Por qué? Porque están defendiendo el partido. Cuando nosotros desaparezcamos se cae el último bastión al que te puedes agarrar en un momento de injusticias. Los militantes se quedan indefensos ante la arbitrariedad.
P.-¿Cree que Podemos se ha vuelto demasiado personalista?
R.-Creo que se lo han quitado a la gente, directamente. El tema de partido asambleario, pues no. Se ha metido una serie de gente que son profesionales de la política. Podemos era “gente corriente haciendo cosas extraordinarias”, que es una frase que me encanta y que además dijo Pablo Iglesias. Esa gente corriente sigue estando en los círculos pero la gente profesional de la política se ha ido acomodando porque saben cómo hacerlo. De lo que se trata es de recuperar ese Podemos de la gente. Yo lo voy a seguir intentando y voy a seguir luchando por recuperar el Podemos original, el de la gente, y no el de cuatro.
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