El presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, ha acudido este viernes al Senado para pedir el apoyo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, por el que se intervendrá la autonomía de Cataluña y se cesará al Govern una vez que la medida se apruebe a lo largo de hoy en la Cámara Alta. El presidente ha intervenido en primer lugar en el debate, donde ha hecho un repaso de los últimos acontecimientos desde el 6 y 7 de septiembre, cuando se aprobaron la Ley del Referéndum y de Transitoriedad Jurídica, para concluir que "en mi opinión, no hay alternativa". Los últimos puentes con el president de la Generalitat han quedado rotos en las últimas horas, después de que Carles Puigdemont renunciara a la posibilidad de convocar elecciones autonómicas y frenar esta medida excepcional. "Fué él quien eligió que el 155 continuara adelante. Él y solo él"
El líder del Ejecutivo ha dedicado los primeros minutos de su intervención para justificar esta medida, haciendo referencia a Puigdemont como "el presidente de la Generalitat", y sin mencionarlo en ningún momento por su nombre. "Es la primera vez en democracia que se aplique pero se adopta porque la situación es excepcional", ha comenzado, antes de hacer un repaso por el último mes y medio en Cataluña, acusando a la Generalitat de cometer "un conjunto de actuaciones ilegales y antidemocráticas, que liquidan la convivencia, fracturan la sociedad y perjudican gravemente la economía y el bienestar de los ciudadanos".
No aplicamos el 155 entonces porque nos pareció que aún estábamos a tiempo"
"No hay alternativa", ha concluido Rajoy. "Las medidas excepcionales deben adoptarse cuando no hay otro remedio posible", se ha justificado, agarrándose también a todas las presiones internas recibidas desde su entorno para poner en marcha este artículo. "Pudimos poner en marcha esta iniciativa antes, cuando no lo hicimos, y nos criticaron por no hacerlo: cuando se aprobó la Ley del Referéndum, cuando se firmó el decreto de convocatoria del Referéndum, cuando se ignoró al Tribunal Constitucional..No lo hicimos entonces, nos pareció que aún estábamos a tiempo para que las cosas volvieran a su cauces normales, pero no fue así".
El presidente de Gobierno ha fijado como punto de no retorno la comparecencia del president el día 10 de octubre, en la que dio validez a los resultados del referéndum suspendido por el TC: "Fue la gota que colmó el vaso". "Hay temas con los que no se puede jugar ni confundir, y un Gobierno no puede asistir impertérrito, como si aquí no hubiera pasado nada, a un acontecimiento como este", ha argumentado Rajoy, antes de reprochar a Puigdemont su ausencia de contestación al requerimiento sobre si había o no declarado la independencia de Cataluña, "no lo hizo a pesar de que tuvo oportunidad de hacerlo". "Eso es lo que obligó al Gobierno a continuar en este proceso que ahora estamos. Bastaba con la renuncia explícita. Bastaba con mantener los comportamientos propios de cualquier democracia, pero el presidente de la Generalitat no quiso. Fue él quien eligió que el 155 continuara adelante. Él y solo él".
El presidente de Gobierno ha ido endureciendo el tono a lo largo de su intervención, y del relato de los hechos ha pasado a cargar duramente contra el gobierno de la Generalitat: "Se ha pisoteado la Ley, el Estado de Derecho y a las minorías. Es la mayor burla a la democracia", ha determinado. "Esto es lo que ha sucedido. Exactamente esto. Y tiene consecuencias". Mariano Rajoy ha destacado, como ya hizo este jueves la vicepresidenta del Gobeirno Soraya Sáenz de Sanamaría, que desde el Consejo de Ministros en el que se puso en marcha el 155 "nada sustancial ha ocurrido que justifique un cambio". "Lo que hemos vivido estos días, especialmente en el día de ayer, no puede ser siquiera ser tomado en cuenta sin caer en la impiedad".
El líder del Ejecutivo ha dibujado esta medida constitucional como un camino inexorable, y el único "para restaurar la ley y la democracia en Cataluña". "Lo que amenaza Cataluña no es el 155 sino la actitud del gobierno de la Generalitat", ha criticado, antes de tildar la situación de "un desafío de dimensiones inéditas en nuestra historia reciente". Además, ha tratado de rebatir el principal argumento del independentismo contra el Gobierno central: la falta de diálogo. Rajoy se ha volcado en reseñar las invitaciones a Puigdemont para que acudiera al Congreso primero, y al Senado después. "La única conversación al que se me invitó a mí como presidente de Gobierno fue para acordar los plazos y los términos de la independencia de Cataluña".
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