Es el pequeño ‘mausoleo’ en recuerdo a su fundador, al referente del nacionalismo vasco más tradicional: Sabino Arana Goiri. Idolatrado en el PNV, odiado y controvertido en muchos ámbitos no nacionalistas, el centenario legado de Arana Goiri vuelve a ser enarbolado estos días por el PNV como la esencia de “nuestros valores”. Lo hace convirtiendo en algo así como un lugar de peregrinación el espacio donde un día estuvo ubicada la casa natal de Sabino Arana y que hoy acoge su flamante sede central, en pleno corazón de Bilbao. Coincidiendo con el 25 aniversario de la construcción de su sede, la formación de Andoni Ortuzar ha citado a sus nostálgicos y veteranos y a las nuevas generaciones, incluidas las más jóvenes, a descubrir la simbología que encierra un lugar así, ‘Sabin Etxea’ (Casa Sabino) desde la que hoy se dirige el rumbo del PNV.
A escasos metros de ella el PNV acordó levantar una estatua de Sabino Arana y ante la que todos los años le honra. Hoy la que fue su casa ya no existe. Sobre su solar, que el PNV compró en 1979, se levanta imponente un edificio de cinco alturas en el que trabaja la dirección del partido y en el que no faltan recuerdos y reliquias de la familia Arana.
Una obra de teatro infantil repasará el "pasado, presente y futuro" de la "cuna del nacionalismo vasco", la casa natal de Sabino Arana
El inmueble con mayor carga simbólica del nacionalismo abrirá sus puertas al público los próximos 1 y 2 de diciembre. Lo hará con dos jornadas en las que no ha descuidado a nadie; ni a sus históricos votantes ni a las futuras generaciones. A todas ellas se ha propuesto transmitir los “valores” que impregnan la que definen como la “cuna del nacionalismo vasco”, a unos para rememorarlos y a otros para descubrirlos. En el programa de eventos ha programado incluso un espectáculo teatral infantil creado para la ocasión en la que a los niños se les mostrará “el pasado, presente y futuro” de la sede en la que un día nació el nacionalismo en Euskadi.
Las "vicisitudes" de Sabino y el PNV
En el exterior del edificio, sobre la fachada en la que el PNV acostumbra a desplegar gigantescos paneles electorales, está prevista la proyección de un espectáculo visual con la técnica del ‘mapping’. A través de imágenes y música impactante se expondrá un desarrollo emotivo por la historia del edificio, y con él, de algunos de los hitos del partido a lo largo de sus 122 años de existencia. A los visitantes se les recibirá también en el interior de Sabin Etxea para mostrarles algunos de los elementos que con devoción se conservan del fundador. Sus muebles del despacho, algunos objetos personales o incluso, cascotes de la vieja casa en la que nació y que fueron recuperadas tras ser derruida por las tropas franquistas.
El PNV defenderá el legado de Sabino Arana en el mismo lugar en el que nació en 1865 y en el que con apenas treinta años fundó, junto a su hermano Luis, el PNV. El partido centenario que ahora preside Andoni Ortuzar subrayará las “mil y una vicisitudes” que atravesó el hogar familiar en el que se sentaron “las bases ideológicas de lo que hoy es el nacionalismo vasco”. Se hará referencia a que aquel hogar se convirtió en la primera sede del PNV y el lugar desde el que un día partió el ‘batallón Arana Goiri’ en la Guerra civil española.
El PNV programa dos jornadas de puertas abiertas a su sede, levantada en el mismo solar en el que se ubicó la casa de Sabino Arana
Sin duda, donde más incidirá el PNV será en los agravios padecidos a lo largo del último siglo, y en los que aquel emblemático lugar se convirtió en el foco de todas las iras. Como el apedreamiento que sufrió la vivienda en 1898 “en una manifestación españolista en protesta por la Guerra de Cuba” o el bombardeo que sufrió durante la guerra española. La casa de Sabino Arana fue incautada por las tropas franquistas para convertirla en sede de la Falange y del Auxilio Social de la Sección Femenina “sustituyendo la ikurriña por el yugo y las flechas para mayor escarnio de los nacionalistas vascos”, recordará el PNV a quienes acudan a las jornadas de ‘puertas abiertas’.
Un proyecto de Arzalluz
Agravios que culminaron, continúa el relato oficial del PNV, con la demolición del inmueble en diciembre de 1960, y que la Falange habría pretendido que fuera “ejemplarizante” arrojando los escombros al mar. Restos que sin embargo fueron recuperados parcialmente por algunos militantes del PNV, entre ellos un balcón que aún hoy se pude observar en el hall del edificio.
Quienes estos días visiten la casa de Sabino Arana, en realidad acudirán a un moderno edificio cuya construcción poco o nada tiene que ver con la que Santiago Arana Ansotegi, padre de Sabino, construyó como vivienda familiar. Las cinco plantas y el diseño moderno que ideó el arquitecto Koldo Eguren más de un siglo después -y presidida siempre por una ikurriña de grandes dimensiones- ocupan aquel solar. La iniciativa de situar la nueva sede del PNV en el mismo lugar en el que nació Arana se impulsó en tiempos de Xabier Arzallus y con aportaciones de simpatizantes y cargos del partido. En la épica histórica de la que gusta el PNV, el relato se completa recordando que “muchas familias entregaron un sueldo entero para financiar parte del coste de las obra”. La primera piedra de la nueva Sabin Etxea se colocó el 13 de marzo de 1991 en un acto cargado de simbología y añoranza. Apenas un año y medio después, en el otoño de 1992 la nueva casa de Sabino Arana, la nueva sede del PNV abrió sus puertas.
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