La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, comparecerá el día 14 de diciembre en la comisión de gastos reservados, para dar cuenta de la injerencia de hackers rusos en el proceso independentista catalán divulgando, preferentemente, noticias falsas y dañinas contra España y si hay peligro de que puedan interferir en el proceso electoral del próximo 21-D en Cataluña, que constituye uno de los principales temores del Ejecutivo.
Fue el Grupo socialista quien reclamó su presencia en la popularmente conocida comisión de secretos oficiales, lo que provocó no poco malestar en el Gobierno, que lo considera una petición innecesaria y extemporánea. Por eso ha agotado el plazo posible eligiendo el 14 de diciembre, fecha límite a partir de la cual ya debía retrasarse la presencia de la "número dos" del Ejecutivo a los meses de enero, si se habilitaba para tal efecto, o febrero.
Congreso y Moncloa han venido culpabilizándose respecto a la ausencia de fecha para la comparecencia
Lo previsible es que a partir del viernes 15 de diciembre, justo una semana antes de la celebración de las elecciones autonómicas catalanas, ya no haya actividad parlamentaria hasta después de las fiestas navideñas. En este tiempo, Congreso y Moncloa se han ido echando la pelota uno encima de otro respecto a quién correspondía la iniciativa de convocar a esta comisión.
Porque si bien es cierto que es la única que dirige la presidenta del Congreso, Ana Pastor, desde la Cámara Baja insistían en que era a vicepresidencia a la que le correspondía hacer una propuesta de fecha en función de la agenda de Sáenz de Santamaría, y se temían que ésta quisiera retrasarla o dificultarla lo más posible para dejar patente el malestar gubernamental.
Contra lo previsto, no se hará coincidir la presencia de la vicepresidenta con la de Sanz Roldán
Finalmente será el 14 de diciembre en una sesión, además, monográfica, dado que, en principio, no se va a hacer coincidir con la del director del CNI, Félix Sanz Roldán, que ha pedido comparecer para explicar la relación del centro de inteligencia con el cerebro de los atentados de Cataluña de este verano, el imán de Ripoll, hoy fallecido, que fue confidente de los servicios de seguridad españoles. Quizá tuviera muchas más interés esta comparecencia tras las acusaciones lanzadas por el ex presidente de la Generalitat, culpando poco menos al CNI de no haber evitado muertos en Cataluña en una clara utilización de las víctimas con fines electorales.
Además, el Gobierno ha advertido que no está dispuesto a ofrecer toda la información de que disponen sobre la injerencia rusa, tal y como adelantó El Independiente. Y no están dispuestos, dicen, porque la presencia en dicha comisión de los portavoces de ERC y del PDCat, Joan Tarda y Jordi Xucla, respectivamente, les disuade de ir más allá de los estrictamente necesario al considerarlos parte interesada de este proceso.
Este lunes, durante una entrevista concedida a Telecinco, Mariano Rajoy no quiso ahondar en la posible implicación del Gobierno Putin, aunque sí admitir que muchos de esos ataques por las redes sociales han tenido origen en Rusia y en Venezuela.
Moncloa cree que lo único que puede hacer esta comparecencia es enfangar las relaciones con Moscú, por lo que Sáenz de Santamaría será especialmente prudente, y enturbiar la campaña catalana, aunque, en principio, si alguien puede salir malparado es el bloque independentista, que se ha servido en buena medida de las falsedades que se transmitían a través de la red.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Muface: las novedades del contrato que ultima el Gobierno
- 2 Comprobar Lotería de Navidad 2024 - El Independiente
- 3 Imane Khelif contra el odio: “Represento a las mujeres del mundo”
- 4 Las revelaciones sobre el Fiscal General revolucionan a Ayuso
- 5 El teniente Lacalle salvó a 500 personas de la DANA en Chiva
- 6 Perdóname, Pedro, por haber desconfiado del fiscal y de tu palabra
- 7 Los claroscuros de la duquesa roja: lesbiana y cercana a ETA
- 8 La historia detrás del 'segundo Gordo' que se ha cantado por error
- 9 El extraño caso del teléfono vacío