La orden del Ministerio de Cultura de devolución de los bienes del monasterio de Sijena (Huesca) que forman parte de la exposición permanente del Museo de Lérida, no sólo ha constituido el primer golpe de efecto de la intervención del Gobierno de la Generalitat, sino también una maniobra para adelantarse a la estrategia de Ciudadanos. Y es que desde el Gobierno temían que Albert Rivera se hiciera también con esta bandera después de ser el líder nacional que mejor está rentabilizando la aplicación del 155.
Es por ello, que el departamento de Educación y Cultura decidió adelantarse, por un lado, al riesgo de una moción parlamentaria de la formación naranja exigiendo que se diera trámite al requerimiento judicial sobre Sijena y, por otro, permitir que se visualice de alguna manera "cuál está siendo la labor de la administración central en Cataluña", más allá de la anodina y poco vendible gestión de los asuntos ordinarios, según han admitido fuentes del Gobierno. La oferta de empleo público para 2.000 maestros de infantil también responde a esta estrategia de "vender" gestión catalana, de la que hará balance el próximo lunes en el Senado el secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro.
Pero el "número tres" de Génova, Fernando Martínez-Maillo, ha desvinculado, en declaraciones realizadas desde Lérida, que la decisión sobre los bienes del monasterio de Sijena y el 155 estén vinculados. "Convertir esto en un debate político casi independentista es volver a un concepto de victimización que no es positivo", ha dicho el vicesecretario de Organización, para agregar que "si alguien tiene algo que decir en este asunto que lo haga en el ámbito judicial", informa Efe. En este sentido, ha subrayado que el ministro de Cultura "tiene la obligación de cumplir las resoluciones judiciales", sin querer dar trascendencia a una decisión que es munición para el independentismo aunque el ex conseller Santi Vila, ya entregó en su momento a Sijena otro lote de bienes del monasterio.
El conflicto que enfrenta a Cataluña y Aragón tiene más de 20 años de recorrido y ha vivido toda suerte de peripecias judiciales. También Méndez de Vigo podría haber jugado a la dilación y retrasado quince días su respuesta al requerimiento judicial. No lo hizo. El Gobierno ha decidido ir adelante en plena precampaña de las catalanas confiando, además, en que la devolución puede hacerse efectiva antes de la formación del nuevo gobierno de la Generalitat.
Un sector del PP catalán critica una medida impopular en mitad de la precampaña del 21-D
Sin embargo, la decisión ha caído mal en un sector del PP catalán, que cree que les perjudica de cara a la campaña electoral de los comicios del 21-D. En una lucha denonadada por torcer el pulso a unos sondeos sobre intención de voto poco favorables para Xavier García Albiol, Sijena puede convertirse en una china en el zapato para el candidato popular en un tema que tiene poco de identitario pero que exige dar cumplimiento a una decisión judicial. Cabe reseñar que Cataluña compró las obras religiosas del Monasterio, aunque se ha cuestionado aquella venta por no cumplir las formalidades que exige este tipo de transacciones.
El PP catalán votó contra la devolución
De hecho los populares catalanes votaron en el Parlament en julio del año pasado contra de la devolución de los bienes del monasterio oscense. Sumaron sus votos al del conjunto de la Cámara regional. Ciudadanos acusó al PP de tener un discurso en Cataluña y otro en Aragón. La portavoz popular de aquel debate, Marisa Xandri, alegó que la resolución del Parlament, "es una declaración de intenciones pero nosotros cumpliremos las sentencias. No se trata de ir en contra de nadie, sino de estar a favor de un patrimonio que se ha preservado de la mejor forma posible”.
Todos los sondeos apuntan a un fuerte crecimiento de Ciudadanos, tanto en Cataluña como en el conjunto de España, en buena medida sobre los hombros del Gobierno. Y es que a pesar de sus titubeos iniciales sobre la intervención de la Generalitat, que el PP no se cansa de recordar, la percepción es que ha sido la insistencia de Rivera y su apoyo sin fisuras al Ejecutivo, la que terminó de abrir la puerta al 155.
Con el mismo malestar han visto el posicionamiento de Rivera con respecto a la renovación del cupo vasco. Aunque ahora se cuidan muy mucho en Ciudadanos de pedir su futura derogación en caso de una reforma constitucional, votaron recientemente en contra del acuerdo alcanzado entre Moncloa y la Lendakaritza, el mismo que garantiza dos años de legislatura a Mariano Rajoy. En definitiva, la imagen de dureza cotiza en el mercado de Ciudadanos y Gobierno y PP no quieren perder ese pulso.
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