El PSOE descarta la última propuesta de Pablo Iglesias para gobernar Cataluña tras el 21-D: un gobierno de izquierdas formado por ERC y Catalunya En Comú-Podem que pudiera contar con apoyos parlamentarios del PSC. Con esta propuesta, los comunes pretenden erigir una tercera vía alejada de los dos bloques -independentistas y constitucionalistas- que amenazan con impedir la investidura de un nuevo presidente de la Generalitat.
“Tenemos la clave para desbloquear la situación, la clave que puede abrir un nuevo tiempo de soluciones, la clave que puede volver a poner a la gente en el centro, recoser Catalunya”, aseguró ayer el candidato de Podemos, Xavier Doménech, en Hospitalet de Llobregat. "El proceso catalán se ha acabado y ahora comienza un nuevo ciclo que supere la política de bloques", añadió la alcaldesa de Barcelona, Ada Coalu, en el arranque de la campaña.
En la misma tesis se pronunció un día antes Pablo Iglesias, que sitúa a Doménech como candidato que puede superar los vetos cruzados hasta ahora por los distintos partidos, después de que las encuestas sitúen a Catalunya En Comú-Podem como llave de la gobernabilidad en Cataluña.
Pablo Iglesias sitúa a Doménech como el candidato que puede superar los vetos cruzados
Su portavoz parlamentaria, Irene Montero, ha insistido este lunes en que su partido no va a apoyar la formación de un Gobierno liderado por el PSC si éste se basa en un acuerdo con Ciudadanos, ni tampoco uno encabezado por ERC si el pacto incluye al PDeCAT. En rueda de prensa en el Congreso, Montero ha dejado claro que su formación no va permitir que se conforme un Ejecutivo en el que puedan tener influencia, y aplicar sus política, los partidos "corruptos", tanto españoles como catalanes (PP y PDeCAT), ni la "extrema derecha" que, a su juicio, representa Ciudadanos.
"Aunque presida el PSOE, entiendo que los señores de Ciudadanos no traicionarían su programa porque el presidente no sea de su partido. Si se hace un pacto con una formación, sería para desarrollar políticas parecidas a las que Ciudadanos quiere aplicar. Como no quiero para mi país las políticas que propone Ciudadanos, no, no creo ni que Ciudadanos deba presidir un Gobierno ni que sea posible alcanzar un acuerdo de Gobierno con Ciudadanos", ha explicado.
De este modo, el único escenario que contemplan es llegar a acuerdos con ERC y el PSC para construir un Gobierno que impulse políticas progresistas, siempre que los primeros renuncien a la unilateralidad y a pactar con el PDeCAT, y los segundos se distancien del bloque "represivo" del 155, como han explicado en numerosas ocasiones. Ese Govern podría ser liderado por el candidato de los comunes, según Podemos.
"Es el único capaz de tender puentes para el diálogo", frente a los dirigentes del bloque independentistas (ERC) y los del 155 (PSC), que olvidan a la "otra mitad de Cataluña", según Montero. "Domènech es el candidato más clave, no sólo para ganar estas elecciones, sino porque es el único capaz de tender puentes entre los bloques en Cataluña y entre Cataluña y España", ha insistido.
Fuentes de la dirección del PSOE rechazan de plano esa opción y mantienen que sólo Miquel Iceta es capaz de liderar un gobierno que supere la política de bloques y facilite la reconciliación social. Los socialistas son conscientes de que el PP facilitaría la investidura de Iceta antes que la de Inés Arrimadas para combatir el crecimiento electoral a su costa de Ciudadanos en toda España. Con esos apoyos, el PSOE espera que los comunes no dificulten un gobierno socialista en solitario que aspira a la transversalidad y la reconciliación.
Como ya publicó El Independiente, el Gobierno ERC-comunes pasaría "por un acuerdo parlamentario de diez puntos que recogiera la posibilidad de un referéndum de independencia pactado, a la largo plazo, en un horizonte de diez años y en eso está ahora ERC”. De hecho, el portavoz del partido republicano, Sergi Sabrià, ha reconocido que el Govern no estaba preparado para implementar la independencia, aunque negara que no se trabajara en ello y responsabilizara del engaño a la “violencia” del Estado.
El pacto entre ERC y la filial de Podemos en Cataluña no es una idea nueva. El 14 de junio, durante la moción de censura planteada por Pablo Iglesias a Mariano Rajoy, ya la lanzó el hoy candidato de los comunes. Durante su intervención en el Congreso, Doménech explicó su proyecto para Cataluña, que incluye un proceso constituyente que rompa con el régimen del 78, una de las principales apuestas de Podemos. Con ese objetivo, el diputado de En Comú tendía la mano a ERC y le ofrecía un pacto de gobierno en Cataluña para que rompiera con "los corruptos" de la antigua Convergencia.
"Ya hay la posibilidad de una mayoría para construir una Catalunya más justa, más libre y más limpia (...) Y esa mayoría la podemos construir más allá de las hojas de ruta; la podemos construir a partir de procesos constituyentes", instó Domènech a los republicanos, que tras reticencias iniciales apoyaron la moción de censura junto a Bildu y Compromís. Previamente, el diputado catalán de Podemos se había reunido con los portavoces parlamentarios de ERC Gabriel Rufián y Joan Tardá para convencerles de que respaldaran la moción.
Ese acercamiento continuó en agosto con una cena entre dirigentes de ambos partidos en casa del empresario catalán Jaume Roures. Tras la manifestación de repulsa de los atentados de Barcelona, Pablo Iglesias, Doménech, Oriol Junqueras, Marta Rovira y Oriol Soler celebraron ese encuentro informal para confrontar proyectos y estrechar sus lazos. Esa cita generó un gran malestar en el PDeCAT, que ya advirtió entonces: "Huele a tripartito de izquierdas".
Iglesias y Junqueras cenaron juntos el verano pasado en casa de Jaume Roures
La sintonía entre ERC y Podemos también se hizo patente la semana pasada, cuando Iglesias anunció un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la aplicación del artículo 155 en Cataluña, horas después de que Gabriel Rufián le instara a facilitar la firma de los 50 diputados necesarios para registrarlo. En ese documento, Podemos pide anular tanto los comicios como el cese de los miembros del Govern, al considerar anticonstitucional esta aplicación de la Carta Magna. Todas las medidas que, de salir adelante el recurso, quedarían en suspenso fueron acordadas entre PP, PSOE y Ciudadanos y aprobadas en el Senado.
El deterioro electoral de Podemos y el desgaste de su máximo responsable -el peor valorado de los líderes nacionales- ha llevado a la formación a replantearse su política de pactos. Conscientes de la dificultad de alcanzar el poder por sí mismos y tras el error de negar la investidura de Pedro Sánchez, Podemos cambió de estrategia en el mes de julio, cuando entró por primera vez en un gobierno bicolor, el de Castilla-La Mancha.
El presidente de la comunidad, el socialista Emiliano García-Page, había amenazado con convocar elecciones autonómicas si no conseguía desbloquear los presupuestos. Los socialistas cuentan con 15 diputados frente a los 16 del PP y los dos obtenidos por Podemos en las elecciones autonómicas de mayo de 2015. Dentro de Podemos en la comunidad existían serias dudas sobre la conveniencia de entrar en el gobierno autonómico.
Tanto Iglesias como el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, dieron su visto bueno al pacto, y advirtieron de que era “un acuerdo que marca el camino de lo que podría (y debería) suceder en España”.
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