Lasaña vegetal, salmón en salsa, lentejas con oreja, filete de ternera, rollitos de primavera, cocido completo o bacalao rebozado. Éstos son algunos de los platos que se sirvieron en los comedores de la prisión madrileña de Estremera durante la estancia de los ex consellers Josep Rull, Jordi Turull, Raül Romeva y Carles Mundó por su presunta responsabilidad en el proceso secesionista que desembocó el pasado 27 de octubre en la declaración unilateral de independencia.
Dos días después de su salida de la cárcel, tras depositar una fianza de 50.000 euros, Rull cuestionó abiertamente la calidad y presentación de los alimentos que se ofrecen a los reclusos internados en la cárcel madrileña más moderna. "La comida me ha hecho sufrir mucho: salí con toda la boca llena de llagas. El comer era un comer muy flatulento, para entendernos, un cocido de aquellos intensos. Recuerdo que el primer día nos dieron unas hamburguesas que estaban tan quemadas que se me rompió el tenedor", contó el ex titular de Territorio y Sostenibilidad en los micrófonos de Catalunya Ràdio.
A través del Portal de la Transparencia, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha detallado a El Independiente la composición de los menús servidos en Estremera entre el 2 de noviembre y el 4 de diciembre, el periodo en el que estuvieron privados de libertad los antiguos miembros del Gobierno de Carles Puigdemont. Lejos de lo que pudiera pensarse por las declaraciones de Rull, las comidas estuvieron integradas por platos variados y no todos se antojan contundentes.
La noche que ingresaron en prisión, la cena constó de sopa de picadillo y bacalao rebozado, según se precisa en el listado facilitado por el Ministerio del Interior. No fue hasta la tercera noche cuando les sirvieron por primera vez hamburguesas, acompañadas de patatas fritas o cocidas. La última comida del día siempre se remata con un lácteo de postre.
Recetario clásico español
Entre los platos con legumbres como principal alimento, además del cocido al que se refería Josep Rull, también figuran garbanzos con espinacas, alubias con verduras, judías pintas con arroz y lentejas con oreja. Las patatas (con verdura, en ajada o en tortilla, entre otras presentaciones) también se sirvieron varias veces durante aquel mes.
Hubo otros guisos habituales, como paella, albóndigas en salsa, menestra con añojo, judías verdes con patatas y guisantes con huevo cocido, así como sopas del recetario clásico español: castellana, picadillo y de tomate. No faltaron las ensaladas mixta o campera. Tampoco los huevos fritos con chorizo ni diversos tipos de pasta.
En cuanto a la carne, Estremera ofreció a los reclusos en el referido periodo ragut de ternera, pollo asado, magreta adobada, cinta de lomo, filete de ternera, chuleta de cerdo y pechuga y alitas de pollo. Como pescados, el menú incluyó salmón en salsa y bacalao rebozado, al igual que distintos tipos de precocinados o fritos como flamenquines, palitos de merluza y san jacobos.
Cuando trascendieron las palabras de Josep Rull, el principal sindicato en el ámbito de Prisiones -la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip)- salió en defensa de la comida que se ofrece a los reclusos españoles y censuró las manifestaciones del ex conseller.
Un diestista-nutricionista echa en falta en los menús más pescado y más frutas y hortalizas para alcanzar las raciones que suelen recomendarse
"Este señor estaría acostumbrado a comer de restaurante", replicó el portavoz de Acaip, Nacho Gutiérrez. "Seguramente quisieran comer en los servicios públicos de Cataluña como se come en las cárceles españolas", añadió el representante sindical, que recordó que todos los cocineros penitenciarios son titulados y deben tener formación profesional especializada para poder ejercer en los fogones.
Atendiendo a las recomendaciones que formulan los expertos en nutrición y dietética, los menús podrían ser mejorables. Especialmente el desayuno, que consta generalmente de café con leche, una barrita de pan, porciones de mermelada y mantequilla y paquete de galletas.
A consultas de este diario, el dietista-nutricionista y profesor universitario Juan Revenga llamó la atención sobre la "escasísima presencia de alimentos vegetales frescos" que contenían las comidas servidas entre el 2 de noviembre y el 4 de diciembre. El especialista también echa en falta más raciones de frutas y hortalizas, ya que ni de lejos se alcanzan las cinco recomendadas al día. Como mucho, dos.
Revenga advierte de la escasa presencia de pescado y reconoce la "contundencia" de muchos de los primeros platos, basados en legumbres, arroces y pasta. "Quedaría por conocer las cantidades servidas, pero podría ser excesivo en calorías, grasas y proteínas", observa el experto, que juzga también elevada la proporción de posibles platos precocinados y fritos.
En opinión de este especialista, las comidas servidas en los centros penitenciarios "no desentonan" y, "lamentablemente", siguen las pautas observadas en otros "comedores colectivos o institucionalizados".
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