Se han confirmado los peores temores de Moncloa y del PP. La tormenta perfecta. El independentismo no sólo ha revalidado su mayoría absoluta sino que, además, se han hundido los populares, que no consiguen ni grupo parlamentario propio en la cámara autonómica. Este viernes se reúne la ejecutiva popular y resultará muy difícil ocultar el estrepitoso fracaso del 21-D.
Pero, por lo pronto, el análisis de Moncloa y del "núcleo duro" del PP dirige el dedo acusador hacia Albert Rivera, a quien atribuyen el error "de querer ganar sólo al independentismo" aunque en ese camino haya limitado las posibilidades de crecimiento del PSC y del PP. "Ciudadanos se ha equivocado con el voto útil. Se ha comido a los socialistas y a nosotros diciendo que la papeleta con nuestras siglas era una basura", y si bien eso les ha permitido ganar las elecciones, el constitucionalismo ha quedado lejos, muy lejos, de poder acariciar si quiera, la idea de gobernar.
El cabeza de lista del PP, Xavier García Albiol, se ha hecho eco, desde Barcelona, de la que va a ser excusa de tan mal resultado. El primero de su partido en comparecer desde la sede del PP catalán al lado de una afectada Andrea Levy, ha felicitado a Ciudadanos por su victoria y, sin matices, admite un "muy mal resultado del que no nos podemos sentir orgullosos. Hoy es un día malo para el PP de Cataluña y, sobre todo, es malo por el futuro de Cataluña".
"Algunos estarán satisfechos"
Pero lo más llamativo de su intervención sin preguntas es cómo ha apostillado que "han fracasado los que estaban apelando al voto útil y algunos estarán satisfechos porque han ganado las elecciones pero ellos, y nosotros, estaremos en la oposición durante algunos meses", espacio temporal que puede hacer pensar en un abandono que, de momento, no se producirá. Y ha añadido que "no se trataba tanto de quien ganaba las elecciones sino de si éramos capaces de sumar una mayoría", aunque haya quien lo va a celebrar "cinco minutos", otra vez en alusión a Ciudadanos.
Mariano Rajoy, que se implicó en primera persona en la campaña, no tendrá apenas hoy credenciales que presentar a los suyos en la reunión de la ejecutriva popular, a la que acudirá también Albiol. A lo sumo puede hacer un llamamiento al diálogo dentro de la ley, advertir que si aplicó un 155 puede poner en marcha otro en caso de insumisión y sentarse a esperar que el rampante independentismo se vuelva a poner de acuerdo, que a pesar de los odios mutuos no tiene argumentos para no volver a unir su destino, de eso se encargarán además la ANC y Òmniun Cultural.
En estos asuntos ha puesto el acento el portavoz del PP, Pablo Casado, recordando que "se va a seguir defendiendo la unidad y la soberanía nacional" y que sea, cual sea, el Parlament y el futuro Gobierno "ya se saben las consecuencias de incumplir la ley". Lejos de asumir los resultados como un fracaso y de apelar al acierto de celebrar tan pronto los comicios, ha sembrado dudas sobre la capacidad del soberanismo para ponerse de acuerdo, recordando que los inicios de legislatura catalana "han sido bastante complejos".
La estrategia del Gobierno no ha funcionado. Ni la "operación Cataluña" ni el 155 ni la convocatoria inmediata de elecciones. En un partido poco dado a la asunción de responsabilidades políticas va a resultar muy difícil poner la maquinaria en marcha a la vuelta de vacaciones de Navidad. Bien es cierto que, como recuerdan fuentes gubernamentales ,"nosotros no necesitamos a Cataluña para ganar las generales", pero hay quien comenzará a buscar culpables y el eslabón más débil es, sin duda, el cabeza de lista popular, Xavier García Albiol, que ha cosechado el peor resultado de toda su historia.
El desastre puede tener consecuencias para la legislatura en lo que supone de debilidad de Rajoy
Además, que este desastre puede tener consecuencias para la legislatura en lo que supone de debilidad de la posición de Rajoy es una evidencia. No sólo tendrá que volver a manejar la mayor crisis institucional de la democracia sino, incluso, lidiar con un socio parlamentario, Ciudadanos, que eleve el listón de sus exigencias. Albert Rivera está en la cresta de la ola, por lo que puede tener tentaciones de acortar la legislatura, cosa que está en su mano, por ejemplo, negándose a aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2018. Definitivamente, "Ciudadanos nos ha quitado la bandera del patriotismo constitucional", admiten fuentes populares.
También deberá Rajoy dar respuesta a la siempre despreciada propuesta de reforma constitucional, aunque quizá, vistos los resultados, llega tarde, muy tarde para intentar enmendar nada. Pero lo peor para el presidente del gobierno será la cara que tenga que poner a los socios europeos para explicar cómo el prófugo Carles Puigdemont ha salido victorioso de entre los independentistas y que reclamará ser restituído como el legítimo president.
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