Silencio total. Pablo Iglesias es el único líder de un partido nacional que no tiene previsto hacer declaraciones tras los resultados de las elecciones catalanas. El candidato de Podemos en Cataluña, Xavier Domènech, protagonizó una de las decepciones de la noche. Perdió tres escaños -más de lo que predecían las encuestas- y se quedó con 8 asientos en el Parlament que no le sirven para cumplir ninguno de sus principales objetivos: ser determinantes a la hora de formar Gobierno y, a ser posible, hacer a Domènech presidente de la Generalitat. Ambas opciones parecen ahora descartadas.
Si bien es cierto que el batacazo ha sido mucho mayor en el PP, que ha perdido 8 escaños y pasará al Grupo Mixto con tres diputados, el PP ya ha asumido responsabilidades con dimisiones y su líder, Mariano Rajoy, sí tiene previsto comparecer para dar cuenta de los hechos. Los resultados del PSC tampoco cumplieron las expectativas, pero también el secretario general socialista, Pedro Sánchez, ya ha hablado sobre ello, mientras que Albert Rivera, de Ciudadanos, ya hizo declaraciones en la misma noche electoral, después de conocer los resultados. Iglesias, evitó seguir el escrutinio desde la sede del partido, se refugia un día después en el silencio para evitar valoraciones incómodas.
En 2015, cuando se hicieron con 11 diputados en el Parlament, Pablo Iglesias ya calificó sus resultados como "altamente decepcionantes". Ahora, dos años después y tres diputados menos, el líder de Podemos opta por no comparecer públicamente y evita la autocrítica. En el único mensaje difundido por Iglesias no sólo no cuestionaba su estrategia sino que no dudaba en reafirmarla.
Con DUI y 155 ganan la derecha y el bloqueo. Liderazgo de derechas en el procesismo y liderazgo de la derecha reaccionaria en los monárquicos. Orgulloso de @XavierDomenechs y @CatEnComu_Podem por defender los derechos sociales, el diálogo y la democracia. Somos oposición y futuro pic.twitter.com/kJdlK3iy86
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) December 21, 2017
La posición del partido no se ha entendido en el ámbito nacional ni ha sido respaldada en las urnas en el catalán. Aun así, el dirigente insistía a última hora de la noche en su apuesta de "ni DUI ni 155". "Con DUI y 155 ganan la derecha y el bloqueo. Liderazgo de derechas en el procesismo y liderazgo de la derecha reaccionaria en los monárquicos. Orgulloso de Xavier Domènech y Catalunya en Comú-Podem por defender los derechos sociales, el diálogo y la democracia. Somos oposición y futuro", señaló Pablo Iglesias en su cuenta de Twitter.
La mayoría absoluta del bloque independentista hace irrelevante el papel de los comunes y las malas cifras afectan directamente a los dos liderazgos del partido: tanto a Iglesias en su apuesta decidida por una estrategia dudosa; como a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que hasta ahora era uno de los emblemas morados y que ha perdido el control de la Ciudad Condal, que ha pasado a manos de Ciudadanos.
La ambigüedad de Podemos entre el bloque unionista y el independentista les ha restado apoyos a ambos lados. Esta estrategia, por la que criticaban con más fervor al Gobierno de Rajoy que al de Carles Puigdemont, les sumió en la mayor crisis de su historia, con la ruptura de Podem Catalunya y las críticas dentro y fuera del partido. Una de sus fundadoras, Carolina Bescansa, cuestionó el acercamiento al soberanismo, y esto le valió una purga en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, Podemos sí intentó rectificar la estrategia, y destituyó a la dirección de Podem Cataunya para dar muestra de su dureza con el acercamiento a las tesis soberanistas.
Podemos optó entonces por rechazar ambos bloques, pero decidió eximir a ERC de su responsabilidad en el 'procés' y ofrecerle un acuerdo para formar Gobierno. Esta opción podría darse en caso de que los comunes fueran la "llave" para la gobernabilidad, algo que no ha sido así. El argumento del partido a la hora de justificar los resultados no es, ni mucho menos, cuestionar su estrategia, sino volver a culpar a los dos bloques, y la promesa que lanzó Domènech en la noche electoral fue la de "acabar con el Gobierno del 155". Un compromiso que se vuelve a acercarse de nuevo a la postura de Esquerra y PdeCat y se separa de otras fuerzas unionistas como el PSC. Con todo, el candidato de los comunes sí reconoció que "no es el resultado que esperábamos ni queríamos". Unas palabras que Iglesias ha evitado pronunciar.
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