La alcaldesa de Barcelona ha sido otra de las grandes perdedoras de las elecciones catalanas del 21-D. Ada Colau, talismán para Podemos y emblema de los "ayuntamientos del cambio", eligió la fórmula utilizada para presentar candidatura, escogió al cabeza de cartel y asumió más protagonismo que líderes nacionales del partido como Pablo Iglesias.
Su peso en la configuración de Catalunya En Comú-Podem no le ha valido ni la victoria en su ciudad, donde la formación ha quedado en quinto puesto con sólo un 9% de los votos. Este revés se suma a la factura que le ha pasado a nivel nacional la crisis catalana, en la que su indefinición y ambigüedad ha sido socialmente interpretada como filosoberanismo.
Esa simpatía por el bloque independentista le ha cerrado puertas a la política nacional. La alcaldesa se contemplaba como recambio de Pablo Iglesias en las próximas generales, dado el desgaste del perfil del secretario general de Podemos, que es el líder nacional peor valorado según nel CIS. La estrella fugaz de Ada Colau se asemeja al ascenso y declive vivido por Susana Díaz en el seno del PSOE. Igual que a la presidenta andaluza, las dudas a la hora de postularse y la indefinición pueden acabar pasándole factura e impidiendo que coja el AVE a Madrid. Estos son algunos paralelismos entre ellas:
Uso de su vida personal en campaña
Ada Colau sorprendió a propios extraños acudiendo al plató del programa Sálvame, donde habló de su vida privada. Se mostró como una persona normal, alejada de los cánones de lo políticamente correcto que presiden la política, para explicar que había sufrido intentos de agresiones sexuales, como gran parte de la población femenina.
En esa identificación con el pueblo facilitó la normalización de opciones como la bisexualidad y buscó la complicidad de los jóvenes narrando sus aventuras como estudiante de la beca Erasmus. La atrevida maniobra electoral de Colau se producía en el ecuador de la campaña, cuando las encuestas mostraban modestos resultados para su partido que dispararon la preocupación interna después de que Podemos hubiera sido la fuerza más votada en Cataluña en las elecciones generales.
En la única campaña electoral a la que se ha presentado como cabeza de cartel, Susana Díaz también utilizó su vida privada. "Quiero mirar a los ojos a mi hijo y decirle que hemos dejado una Andalucía mejor que la que nos dejaron nuestros padres", aseguró en el mitin inaugural de las autonómicas de 2015. Precisamente su embarazo se convirtió en el protagonista de la campaña, ya que la presidenta y candidata recibió regalos para su hijo por todos los rincones de Andalucía.
Influyente y temida en el partido
Cuando Susana Díaz heredó las riendas del PSOE andaluz, el entonces secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, se plegaba a sus exigencias. Tras reclamar su dimisión por los resultados de las elecciones europeas de 2014, Rubalcaba sólo puso una condición: su sucesor sería elegido por primarias. Cerraba así las puertas a una Díaz incapaz de competir con otros candidatos, que se vengó aupando a la secretaría general a Pedro Sánchez para descabalgar al hombre de Rubalcaba, Eduardo Madina. Hasta poco antes de su defenestración, Sánchez también atendía las reclamaciones de Díaz, temeroso de que su poder interno tambalease su liderazgo.
Algo parecido ocurre en el seno de Podemos. En la crisis interna de la formación previa a las elecciones catalanas, Pablo Iglesias no dudó en disolver la Ejecutiva de Podem y entregar su espacio político al nuevo partido de Ada Colau, Catalunya en Comú. Tras las dos victorias electorales de En Comú Podem de las elecciones generales y su llegada a la Alcaldía de Barcelona, Colau tiene una poderosa influencia sobre la Ejecutiva de Iglesias que marca el camino de Podemos en Cataluña.
Aspiraciones en la política nacional
Díaz deshojó la margarita desde 2014 hasta 2017 antes de lanzarse a competir por el liderazgo nacional. Esa tardanza le pasó factura y contribuyó a consolidar a un entonces bisoño Pedro Sánchez. El secretario general se vio beneficiado por la imagen de conspiradora que se forjó la presidenta andaluza en su cruzada contra el dirigente socialista. Ada Colau todavía no ha mostrado esas intenciones, aunque dentro de Podemos las dan por seguras.
El mismo calor ciudadano que percibía Susana Díaz en Andalucía rodea a Colau en Barcelona. Mientras el Rey y el Gobierno eran silbados por la multitud en la manifestación tras los atentados yihadistas del verano, la alcaldesa recibía el cariño del pueblo. Sus gestos y su satisfacción no pasaron desapercibidas por dirigentes nacionales de distintos partidos, que advirtieron en la regidora una figura en auge dentro del populismo.
En este sentido, su paso por Sálvame para mejorar su imagen tras la crisis catalana se vio precedido por episodios como su encuentro con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que sigue manteniendo intacto su capital político.
Ambas regidoras compartieron reflexiones el 18 de noviembre en el Festival de Tecnologías de la Participación ‘Ciudades Democráticas’. “Es una alegría venir a Madrid, más en estos tiempos tan difíciles para nosotros”. “Madrid y Barcelona se quieren más que nunca”, aseguró Colau, en el ojo del huracán en el ámbito municipalista por la ruptura de su pacto de gobierno con el PSC por el apoyo de los socialistas a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.
Su visita a la capital se producía después de las críticas del PSC por satisfacer a los independentistas. “Ada Colau ha tomado una posición equivocada, apoyar a los independentistas y seguir esa hoja de ruta”, le reprocha Pedro Sánchez. “Entre Barcelona e independencia, escoge independencia”, denunciaba Miquel Iceta.
Pierden apoyos
A pesar de su tirón popular, las dos pierden apoyos electorales. Tras ganar las autonómicas de 2015 con los peores resultados históricos del PSOE andaluz, Susana Díaz vio como el PP ganaba las generales del 26-J de 2016 en su comunidad autónoma. El desgaste de su partido tras casi 40 años de gobierno y el de su persona tras su derrota en las primarias han provocado que las encuestas del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (
Por su parte, Colau ha sufrido un duro revés en las catalanas del 21-D. Su partido ha quedado como quinta fuerza en su ciudad y en la comunidad. En la capital ha logrado un 9,33% de los votos, sólo por delante de la CUP y del PP. Cuando llegó a la Alcaldía, Colau logró un 25,21% de los sufragios. Inés Arrimadas ha logrado ahora 218.746 votos, un 23,94% de los apoyos. Catalunya en Comú Podem ha perdido tres escaños y 40.000 votos respecto a las autonómicas de 2015.
Mujeres jóvenes con proyección
Ambas nacieron en 1974 y son madres. Su juventud y sus perfiles tienen las características favorables para contar con proyección de futuro. Aunque sus experiencias de gestión son recientes, las trayectorias municipales y autonómicas ofrecen una visión política territorial y social convenientes antes de entrar en la política nacional. El conocimiento atesorado en esas etapas son muy útiles a la hora de dar el salto, como señala el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que en los mítines recuerda que comenzó como concejal y presidente de la Diputación de Pontevedra.
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