Don Juan Carlos ha cumplido ochenta años muy lejos de los fastos que jalonaron su entrada en la anterior década. Entonces reunió a 500 personas en torno suyo, pero era Rey ejerciente, sin ese apelativo que tanto le molesta de "Emérito". Este viernes fueron cincuenta allegados entre familiares y amigos íntimos los que se dieron cita en Zarzuela para celebrar su efeméride, aunque la voluntad de la Casa Real es impulsar una serie actos conmemorativos a lo largo de todo 2018 "con distintos sectores sociales" para poner en valor a la que ha sido una de las figuras más determinantes de la Transición española.
Por lo pronto, y después de tres años de ausencia, Don Juan Carlos y Doña Sofía asistirán este sábado a la tradicional Pascua Militar. Su presencia se encuadra en el marco de las actividades que se realizarán en 2018 no sólo con motivo del 80 aniversario del Emérito, sino también de Doña Sofía, que cumple esa misma edad el próximo 2 de noviembre.
Las Cortes y Zarzuela programarán este año distintos actos conmemorativos en los que tendrá protagonismo el Rey Emérito
Será, en definitiva, tiempo para el desagravio, para la reparación tras su inexplicable ausencia de la celebración del cuarenta aniversario de las primeras elecciones democráticas, en junio del año pasado, con discurso solemne de Felipe VI ante las Cortes. Al Congreso acudieron todos los altos representantes del Estado, diputados y senadores, presidentes autonómicos, los padres de la Constitución vivos y parlamentarios de las Cortes constituyentes, incluso, en su lugar, hasta familiares de los fallecidos. Estaban todos, menos el padre del actual Rey, que se declaró "dolido" por un olvido incomprensible, aunque desde Zarzuela aseguran que las relaciones padre-hijo "han sido siempre y son magníficas" y redujeron aquella controvertida decisión a una mera cuestión de formato.
Pero no solo Zarzuela quiere que este sea el año de Don Juan Carlos. En 2018 hay otro aniversario fundamental para la historia reciente de nuestro país: los cuarenta años de la aprobación en referéndum de la Constitución, el próximo 6 de diciembre. Aunque se antoje una fecha aún lejana en el calendario, el Congreso de los Diputados constituyó en noviembre un Consejo Asesor de la Conmemoración destinado a diseñar distintas actividades en las que prevén se impliquen miembros de la Familia Real y, por supuesto, el Rey Emérito.
El Congreso no descarta que Don Juan Carlos asista en diciembre al 40 aniversario de la Constitución
Desde la Cámara Baja señalan a El Independiente que "entendemos que va a haber un cambio de criterio y voluntad para que Don Juan Carlos participe en función del tipo de actos que se celebren", aún por determinar, y aunque no se atreven a adelantar si estará presente en el Congreso el 6-D -"eso depende de Zarzuela", aducen- aunque no descartan su presencia en una celebración que se quiere "coral y especial".
Lo que tiene de positivo "es que va a haber un ramillete de proyectos que pueden darle mucho juego" a la Familia Real, además de la agenda propia que Zarzuela vaya revelando a lo largo del año. Una de las decisiones ya tomadas es realizar una gran exposición conmemorativa de los 40 años de la Constitución en el Museo Reina Sofía. Bajo el lema "Cuarenta años de la Constitución, cuarenta años de España", la intención de las Cortes es "repasar la historia de estas cuatro décadas para aquellos que no han vivido la Transición y vean la transformación de España".
Reunión del Consejo asesor
Las Cortes han comunicado a Zarzuela la iniciativa "desde el principio", pero todavía "no se les ha invitado a nada porque no hay nada concreto". Lo previsible es que se vaya avanzado este martes 9, día en que volverá a reunirse el Consejo Asesor con propuestas en firme. Del mismo forman parte, además de los presidentes del Congreso y Senado, Ana Pastor y Pío García Escudero, respectivamente, ponentes constitucionales, parlamentarios, catedráticos, académicos y representantes de instituciones culturales, como el director del Museo Reina Sofía, y también de las Reales Academias.
El objetivo de la Cámaras es contrarrestar también esa nueva corriente revisionista que habla del "régimen del 78" como continuadora del franquismo, denigra el papel de Don Juan Carlos y reescribe la historia de la Transición como la de la rendición de toda la sociedad española, al tiempo que se anuncian nuevos periodos constituyentes. No es menos cierto que la recta final del reinado de Don Juan Carlos estuvo jalonado de acontecimientos que minaron el prestigio de la institución, tanto que la única manera de salvarla fue proceder a su abdicación y abrir la puerta al reinado de Don Felipe.
La infanta Cristina y sus hijos no estuvieron presentes en el almuerzo familiar en Zarzuela
Son muchas las heridas aún por cerrar, una de ellas, la que afecta a la Infanta Cristina, la gran ausente este viernes del almuerzo de cumpleaños a pesar de que se había especulado con su presencia y la de sus hijos, no así la de su esposo, Iñaqui Urdangarin. En Zarzuela recuerdan que la segunda hija de Don Juan Carlos "no ha estado presente en las fiestas familiares de los últimos tiempos" y un oportuno viaje navideño a Roma parece ser la excusa para tan llamativa ausencia. La foto de familia que se colgó este viernes en la página web de la Casa de Su Majestad el Rey con el pie de foto "almuerzo familiar" hacía indisimulable dicho alejamiento. El juicio y condena a Urdangarin por el caso Noos, la decisión de Don Felipe de revocar el título de Duques de Palma al matrimonio, unida a la negativa reiterada de Doña Cristina a renunciar a sus derechos dinásticos, ha abierto una brecha con los Reyes imposible de superar.
A los errores ajenos, hay que sumar los propios hasta el punto de convertirse en noticia, por ejemplo, que coincida con su esposa, Doña Sofía, en algún acto público, la última vez el pasado 12 de diciembre en Bucarest en el funeral por Miguel I de Rumanía. La cacería de elefantes de Botsuana en abril de 2012, donde resultó accidentado en mitad de una despiadada crisis económica que sangraba al país, y la revelación de sus relaciones con Corinna zu Sayn-Wittgenstein terminaron por poner los clavos a su ataúd como jefe de Estado. Aquel contrito "lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir" marcó una trayectoria histórica que muchos quieren reivindicar, olvidando las sombras a favor de las luces, que fueron muchas.
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