Política

Preocupación en el Gobierno y la cúpula del PP por las grabaciones de la maleta del comisario Villarejo

El comisario ya retirado José Manuel Villarejo, meses antes de su detención en una entrevista concedida a 'El Independiente'. | G.M. PIANTADOSI

No se oculta. En el Gobierno y en la cúpula del PP existe una palpable preocupación por las grabaciones que la Policía encontró en el interior de una maleta durante el registro practicado en una de las viviendas del comisario ya retirado José Manuel Villarejo, en prisión preventiva desde principios del pasado mes de noviembre por la posible comisión de delitos de cohecho y blanqueo de capitales. Como desveló El Independiente, la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional halló en uno de los dormitorios del chalé que Villarejo tiene en la localidad madrileña de Boadilla del Monte una maleta bajo una cama con decenas de grabaciones y documentos. Los investigadores lo califican de "material sensible".

Los efectos se custodian celosamente en el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, que en coordinación con la Fiscalía Anticorrupción dirigió la operación -bautizada como 'Tándem'- saldada con la detención de Villarejo, el comisario principal Carlos Salamanca y otras cuatro personas más. Las pesquisas, bajo secreto de sumario, tratan de determinar si se valieron de sus cargos policiales para prestar "servicios de inteligencia" y facilitar la "entrada ilegal de ciudadanos no comunitarios" en España a cambio de "elevadas sumas de dinero y regalos suntuarios diversos".

Pepe grababa las conversaciones con todo Cristo, luego les ponía la fecha y las archivaba. Así durante 20 o 25 años porque pensaba que se protegía", revela un veterano comisario

Miembros del PP y del Ejecutivo de Rajoy transmiten en privado su preocupación ante la eventual filtración que pudiera hacerse de esas grabaciones, dada la situación comprometida en que podrían quedar personas de relevancia pública.  De hecho, más de un alto cargo político da por supuesto que ha sido grabado por el polémico comisario y que sus conversaciones con el agente encubierto pueden encontrase en dicha maleta. De ahí que, ante el gran número de personalidades que han podido ser 'espiados' por el policía, los investigadores estén extremando el celo para evitar que salga a la luz el contenido de esas cintas.

Así las cosas, el juez no ha dado acceso a las mismas ni siquiera a la Policía, en el convencimiento de que gran parte de ese material no guardaría relación con los hechos por los que Villarejo se encuentra preventivamente en la prisión madrileña de Estremera y los daños colaterales que su difusión podría provocar a terceros. Además, hay orden de Anticorrupción de destruir todo aquel material que no esté relacionado con los hechos que investiga el magistrado Diego de Egea. De esta forma, la Justicia quiere dejar 'desarmado' a José Villarejo.

"Grababa a todo Cristo"

"Grababa las conversaciones con todo Cristo, ya fuera un médico, un periodista o un portero. Luego les ponía la fecha y las archivaba. Fue su forma de actuar durante 20 o 25 años porque pensaba que así se protegía", comenta a este diario un veterano mando policial. Algunas fuentes calculan en dos terabytes el espacio que ocupan las grabaciones intervenidas por la Policía en la casa del comisario ya retirado.

Con carné profesional 14.773, José Manuel Villarejo ingresó en la Escuela de Policía en 1972 y tuvo la Comisaría provincial de San Sebastián como primer destino. Su hoja de servicios, que abarca 30 años de trayectoria policial, incluye numerosas misiones en materia de lucha contra el terrorismo y la ejecución de tareas de naturaleza reservada tanto por encargo de la Secretaría de Estado de Seguridad como de la extinta Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional. Se jubiló en agosto de 2016 tras cumplir los 65 años.

Las grabaciones que los investigadores de la Policía hallaron en una maleta durante el registro de una de las viviendas de Villarejo ocupan más de dos terabytes

Intervino en diversas operaciones sensibles como 'agente encubierto'. Fue el comisario que, haciéndose pasar por periodista, convenció a la ex novia de Jordi Pujol Ferrusola (Victoria Álvarez) para que denunciara a la familia del ex president por la fortuna que escondían en Andorra. Álvarez le hizo caso y terminó confesando ante la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional, lo que dio origen a la causa que dirige el Juzgado Central de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional y que motivó la estancia en prisión preventiva del primogénito de los Pujol durante casi nueve meses. Esa misión policial se enmarca en la Operación Cataluña que el Ministerio del Interior impulsó durante la etapa de Jorge Fernández Díaz como titular del departamento.

"Más que el patrimonio oculto de la familia Pujol, lo que investigamos es cómo obtuvo ese patrimonio. A principios de 2012, coincidiendo con la mayoría absoluta que había obtenido el PP, una serie de empresarios decide denunciar que todo el clan Pujol había pasado de pedir el 3 al 8%. Eso lo ponen en nuestro conocimiento y a partir de ese momento se elaboran notas de trabajo internas. Mi labor de Inteligencia, cuando obtenía una información que podía ser de interés policial o judicial, consistía en elaborar una nota interna que se le pasaba tanto al DAO [Director Adjunto Operativo, entonces Eugenio Pino] como al responsable político [Ignacio Cosidó, ex director general de la Policía]. A la vista de que había indicios, durante más de un año se estableció un dispositivo policial en Cataluña para investigar las irregularidades", mantiene.

Villarejo también conoce de primera mano el episodio de la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, amenazada -según declaró en una entrevista concedida a El Independiente el pasado mes de junio- por el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán. "Este señor se cree como Hoover el del FBI, que hasta que no se muera no se va a ir. Tiene atemorizado a todo el mundo. Yo no creo que el CNI, como institución del Estado, haya amenazado. Este señor, interpretando lo que podría pensar el hoy Rey emérito, entendió que la princesa Corinna tendría que recibir de alguna manera una amenaza o un rapapolvo para que o volviera con él o no revelara no sé qué historias. Lo cierto es que la amenazó de muerte, a ella y a sus hijos personalmente en una entrevista en Londres", reveló.

Junto con el ex responsable de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional Marcelino Martín-Blas, Villarejo mantiene una vieja enemistad con el general Sanz Roldán, al que denomina 'El Generalísimo' y al que denunció sin éxito en los tribunales bajo la acusación de haber filtrado a un medio de comunicación una fotografía suya en una operación contra el terrorismo yihadista en la que participó como agente encubierto.

Otras causas abiertas

Además de en el caso Tándem, el comisario retirado actualmente en prisión se encuentra también imputado en una de las piezas de la causa del Pequeño Nicolás -concretamente en la que se investiga la grabación y posterior filtración de la reunión que mantuvieron policías con agentes del CNI en octubre de 2014- y en el procedimiento que instruye un juzgado de Madrid por el presunto apuñalamiento de la conocida dermatóloga madrileña Elisa Pinto, después de que ésta lo identificara en una rueda de reconocimiento como la persona que le agredió.

Este miércoles, Villarejo está citado a declarar como investigado por videoconferencia desde prisión tras haber sido denunciado por Marcelino Martín-Blas por la redacción de unas notas informativas en las que le acusaba de despreciar relevantes líneas de investigación sobre el patrimonio de la familia Pujol. Esas notas han sido aportadas al procedimiento que se instruye en Andorra contra el responsable de Asuntos Internos de la Policía y otro funcionario policial español en Andorra por parte de los antiguos dueños de Banca Privada de Andorra (BPA), los hermanos Cierco.

Mientras avanza la instrucción de estas causas, Villarejo lleva ya dos meses y medio privado de libertad en el módulo específico que el centro penitenciario de Estremera (Madrid) tiene para los integrantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Su única prioridad en estos momentos es salir de la cárcel y preparar su defensa, lo que explica su decisión de adoptar un perfil bajo y no lanzar recados desde prisión.

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