El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha tirado de humildad este martes en su comparecencia parlamentaria para explicar el colapso de la autopista de peaje AP-6 el día de Reyes Magos. Ha pedido perdón "sinceramente" a los afectados por el atasco, ya que su situación "era responsabilidad del Gobierno sean cuales sean las circunstancias", aunque ha mantenido intacta su defensa de la actuación de la Dirección General de Tráfico los días previos y la jornada de la nevada.
"En ningún caso se ha responsabilizado a los conductores que se quedaron atrapados. Hemos realizado una reflexión de por qué no les llegaron los avisos a algunos y por qué no otros no hicieron caso de esos avisos. Queremos hacer una autocrítica para mejorar esos canales", ha explicado.
Tras disculparse y agradecer su esfuerzo al personal de los dispositivos de emeregencias, Zoido ha insistido en señalar a la responsabilidad de la concesionaria por no restringir el tráfico como sí hizo el Ministerio en el caso de la carretera A-1, que en la mayoría de su trazado discurre de forma paralela. "En esa carretera se decretó el nivel rojo, y no el amarillo como en la AP-6, a las 15 horas, limitando el tráfico a los que llevaban cadenas y neumáticos de invierno. En dos vías paralelas la situación fue radicalmente distinta. En una se tomaron decisiones correctas y en la otra no. En una hubo retenciones y en la otra colapso total", ha explicado.
"Hubo previsión, planificación y coordinación para estar preparados para las posibles incidencias", ha asegurado el ministro, tras relatar las reuniones y dispositivos puestos en marcha en Tráfico a partir del 4 de enero cuando se conocieron las previsiones meteorológicas adversas del fin de semana. "Por parte de la concesionaria se tomaron decisiones que no fueron las correctas", insistió Zoido, en la línea de las explicaciones ofrecidas el lunes por el director general de Tráfico, Gregorio Serrano.
A reproches de la oposición, Zoido ha explicado que su relación personal con Serrano no evitaría que lo destituyera si fuera necesario, que no es el caso. "Es una persona que tiene una vocación de servicio muy elevada, es un gran trabajador y conoce palmo a palmo todas las jefaturas de tráfico de España, y conoce por sus nombres y apellidos no sólo a los jefes de tráfico, sino a muchos otros de sus servidores públicos", ha defendido.
Según el ministro, el director general de Tráfico "ha podido tener algún fallo y ha pedido disculpas por aquel tuit y dijo que se comía sus propias palabras". "Si algún día tengo que tomar una medida la tomaré con independencia de la relación personal de que nos conocemos de hace tiempo. Creo que sí está capacitado para gestionar situaciones difíciles y complicadas", ha asegurado.
"Nada hubiese cambiado si el director general de Tráfico hubiese estado en Madrid esa noche", ha sentenciado, asegurando que ni Serrano ni él mismo han tenido responsabilidades políticas por lo ocurrido.
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