El 'nuevo PSOE' ha logrado su primer objetivo desde que Pedro Sánchez volvió a tomar el timón del partido: recuperar la hegemonía de la izquierda. El hundimiento de Podemos que señalan todas las encuestas y su errática labor de oposición ha tranquilizado a los socialistas, que consideran liquidada la amenaza que un día supuso el partido de Pablo Iglesias.
Superado ese obstáculo, el PSOE se encuentra con un imprevisto: el desafío llega ahora por el centro. Tras su victoria en las elecciones catalanas del 21-D, Ciudadanos disfruta de un auge electoral y una consolidación como oposición al Gobierno de Mariano Rajoy a pesar de ser su aliado parlamentario. Desde ese apoyo a la defensa del Estado y a la estabilidad institucional, el partido de Albert Rivera se empieza a percibir socialmente como alternativa al PP, según los sondeos.
Esta reconfiguración del tablero político ha vuelto a desplazar a los socialistas, que siguen buscando su lugar entre grandes discrepancias internas. Mientras la Ejecutiva federal sigue apostando por recuperar el espacio de la izquierda, barones como Susana Díaz advierten de que las victorias suficientes para gobernar se obtienen por el centro.
“El giro a la izquierda le ha dejado todo el hueco del centro a Ciudadanos. Hay que situarse en el centro político para crecer a costa del PP, que está muy desgastado, ya que los votantes que está perdiendo Podemos se están marchando a la abstención”, explican en el PSOE andaluz, que intentó "centrar" al PSOE cuando tomó el control del partido a través de una Gestora. Su objetivo era situar al PSOE en lo que las encuestas cuantifican como el 4 ideológico, el centro-izquierda, donde se sitúan ocho millones de votantes. “Hay que situar el partido donde se ganan las elecciones”, aseguraban entonces.
El protagonismo de Ciudadanos en la crisis catalana y el hecho de que soporte gobiernos autonómicos tanto del PP (Madrid) como del PSOE (Andalucía) consolida al partido de Albert Rivera en el 5 ideológico de las encuestas, donde se sitúa una mayoría ciudadana. "Me veo gobernando tanto con el PP como con el PSOE", ha asegurado el líder de Cs.
Para fomentar esa imagen de alternativa, Ciudadanos está endureciendo sus condiciones para seguir apoyando al Gobierno de Rajoy. Reivindicaciones fiscales, de regeneración democrática como la dimisión de una senadora del PP implicada en el caso Púnica y laborales como la equiparación salarial de policías nacionales y guardias civiles con los cuerpos autonómicos ponen en riesgo la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.
"Ante un mismo trabajo, un mismo sueldo. Da igual que lleves uniforme de color verde, de color negro, de color azul o con una bandera autonómica o nacional", señaló Rivera este viernes, antes de acusar al Gobierno de "marear la perdiz" para no cumplir con esos compromisos.
Esa línea de oposición activa se refuerza con su oferta a Unidos Podemos de colaborar en el Congreso para sacar adelante la reforma de la Ley Electoral. El reencuentro de los nuevos partidos lanzan la imagen de Ciudadanos como referente de la "nueva política" frente al bloque bipartidista que se ha reeditado con motivo de la aplicación del artículo 155 en Cataluña.
Este escenario no inquieta al PSOE, que insiste en que faltan dos años para las elecciones generales. En esa nueva partida, los socialistas parten con mejores cartas que en las elecciones de 2015 y 2016. Podemos se desinfla día a día mientras que el PP se ve debilitado por el auge de C's. "La derecha está dividida en una lucha de poder", insiste Pedro Sánchez, para situar a Ciudadanos al mismo nivel ideológico que el partido de Rajoy. Esa división de la derecha resulta inédita en la historia reciente del país, brindando una "oportunidad de oro" para que los socialistas alcancen el Gobierno. Así al menos lo entiende el 'nuevo PSOE'.
En un país que "sociológicamente no es de derechas", Sánchez sigue determinado en marcar diferencias en materia económico-social con Ciudadanos para abrir brecha también por el centro. "No soy un analista político, sino el líder de la oposición. Todas las encuestas dicen que hay una izquierda que puede ganar a una derecha bicéfala, que es el PSOE. La izquierda tiene una oportunidad de oro de ganar las elecciones y de ser la primera fuerza política de este país. Hay que aglutinar el voto en torno al único partido con esa posibilidad: hay que movilizar a los electores de izquierda”, mantiene.
“La clave es que se impongan unos debates y unas materias en las que está el PSOE y que afectan al corazón de la clase media trabajadora: apelar a su movilización para recuperar ese patrimonio desmantelado durante años por el Gobierno del PP”, concluye.
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