José Rosiñol (Ripollet, Barcelona, 1970) tomó las riendas de Sociedad Civil Catalana en noviembre de 2017. Fue el primer presidente de la organización cuando se fundó en 2014 y ha vuelto a ocupar la presidencia cuando las aguas en Cataluña estaban más revueltas que nunca. Consciente de ello, saltó y se puso a nadar. Es en estos últimos meses cuando el nombre de la organización ha sonado más fuerte por el éxito de la manifestación que tuvo lugar el 29 de octubre en contra de la DUI y a favor del unionismo. Consiguió reunir a esa llamada "mayoría silenciosa", más de un millón de personas, según la entidad, y juntar a los líderes de PP, PSOE y Ciudadanos mostrando una pluralidad que refleja, según él, "la Cataluña real que tanto molesta" al independentismo.
Pese al éxito de la convocatoria, Sociedad Civil Catalana no es partidaria de las manifestaciones para no "añadir tensión a la sociedad". No obstante, si Carles Puigdemont es investido presidente de la Generalitat, avanza, "saldremos a la calle a reclamar cosas tan básicas como que se respete la ley". La solución a la crisis catalana pasa, a su juicio, por que los independentistas "recuperen el sentido común" y eso no incluye un candidato fugado de la Justicia.
P.- ¿Qué supone presidir una asociación contra el independentismo en una Cataluña tan dividida?
R.- Somos una asociación a favor del Estado de Derecho, de la democracia y de la Constitución. A partir de aquí creemos que se puede defender todo siempre que sea democrático, pero siguiendo los cauces legales. Muchas personas se sorprenden cuando escuchan que nosotros no nos quejamos del qué sino del cómo. Nos da igual que una persona sea independentista, republicano, centralista, confederalista o lo que quiera, no nos metemos en ello. Lo que nos preocupa es que para llegar a esos objetivos políticos se salten los cauces legales y los derechos de los catalanes.
P.- ¿El procès ha ayudado al crecimiento de Sociedad Civil Catalana?
Se ha tensionado tanto a la sociedad catalana por el proceso independentista que se nos ha visto como lo que somos, la asociación del sentido común"
R.- Sin el procès Societat Civil Catalana no existiría. A veces, en plan jocoso, decimos que nuestro principal objetivo es desaparecer porque no sea necesario defender cosas tan revolucionarias como el Estado de Derecho y la Constitución. Pero como tenemos una situación tan anómala estaremos aquí hasta que se cumplan los objetivos y la normalización política, institucional y democrática y, sobre todo, se cierren las heridas que ha generado el independentismo.
P.- Ha sido en estos últimos meses cuando más nombre ha cogido SCC, sobre todo desde las marchas del mes de octubre.
R.- Sí, a nivel de impacto mediático y social ha sido nuestra cresta en ese aspecto. Pero es cierto que llevamos cuatro años trabajando en esta dirección. Al final cuando se ha tensionado tanto a la sociedad catalana por el proceso independentista que se nos ha visto como lo que somos, la asociación del sentido común, del seny y de la convivencia e incluso de la reconciliación.
P.- ¿Qué significó para usted la gran movilización del pasado 29 de octubre a favor de la unidad de España?
R.- Primero, como análisis político, fue un punto de inflexión del unionismo. Parecía que el sentimiento independentista era unívoco y que todos los catalanes éramos independentistas y se vio que no. En segundo lugar, a nivel emocional de la organización lo vimos como una recompensa por el trabajo que hemos hecho durante tantos años después de más de una penuria y de algún problema con la Generalitat. Y tercero, se ha visualizado lo que nosotros siempre hemos defendido y es que en Cataluña hay una mayoría social que apuesta por la pluralidad y que se siente cómoda con la bandera española, con la bandera catalana y con la europea y cada uno en su grado oportuno. Esa visualización de la pluralidad catalana fue algo que nos satisfizo porque esa es la Cataluña real que tanto molesta y tanto teme el independentismo.
P.- ¿Por qué no se tradujo en votos el 21 de diciembre?
R.- Es una consecuencia del sistema electoral que tenemos en Cataluña. No lo critico porque son las normas del juego y nosotros siempre respetamos las normas vigentes. Cataluña es la única comunidad autónoma que no tiene ley electoral propia y sigue siendo la provisional desde 1978, la LOREG, y eso hace que 2,02 millones de votos tengan mayoría en Parlament frente a a 2,3 millones de votos constitucionalistas. Una mayoría exigua, porque para cambiar la ley electoral en Cataluña hacen falta 90 diputados; para cambiar al defensor del pueblo catalán hacen falta 90 diputados y con 70 se quiere romper un país…
P.- Pero todo el mundo esperaba que si se cumplían las cifras de participación y superaban el 80 u 85% cambiarían las cosas y al final no ha sido así.
Cuando hablan del mandato democrático del pueblo de Cataluña parece que excluyen a esos 2,3 millones de personas como si no existiéramos"
R.- No ha sido así porque si miras el peso de esa participación por circunscripciones, ese reparto d'Hont benefició al independentismo. Es verdad que hay dos millones de personas que han votado opciones independentista, pero son el 47%. No se puede jugar a hacer trampas al solitario. Primero porque no hay una mayoría social. Segundo, sus postulados son ilegales y antidemocráticos y tercero, con 70 diputados si no puedes cambiar la ley electoral tampoco puedes pretender hacer una república. Ellos cuando hablan de que es un mandato democrático del pueblo de Cataluña parece que excluyen a esos 2,3 millones de personas como si fuéramos catalanes de segunda o directamente no existiéramos. Eso es parte de ese hartazgo de la población que vimos en las manifestaciones.
P.- Las urnas dejaron un mapa político muy complicado de solucionar y más con el empeño de que Puigdemont sea el candidato ¿Qué cree que va a pasar ahora? ¿Hay solución a corto plazo?
R.- Yo la única solución que veo a corto plazo es que el independentismo recupere el sentido común y reconozca las cosas. En 2015, en las autonómicas, que hubo un resultado a nivel porcentual muy parecido, 47,5% de votos al independentismo, me parece, sólo un diputado independentista reconoció la legalidad, que fue el señor Antonio Baños, de la CUP. Decían que era un plebiscito y él dijo: ‘Hemos perdido’. Y fue el único que lo reconoció. Si el separatismo reconoce que no es un movimiento legal y que en democracia se puede discutir de todo dentro de la ley, esto se empezará a solucionar. Y eso pasa por no poner un candidato como el señor Puigdemont, que es uno de los artífices en profundizar aún más la división social en Cataluña y destrozar la economía catalana.
P.- ¿Cree que habrá segundas elecciones?
R.- Es uno de los escenarios probables y que conseguiría alargar el clima de incertidumbre y de estabilidad que impacta directamente en la economía catalana de la población, sobre todo en la clase trabajadora. Eso nos preocupa enormemente, que estén pensando en su pensamiento mágico de volver con un presidente telemático o un presidente simbólico y no se preocupen por el bien común de los catalanes.
P.- ¿Qué cree que es más problable, la repetición de elecciones, un nuevo candidato o Puigdemont investido telemáticamente?
Si con 70 diputados no puedes cambiar la ley electoral, tampoco puedes pretender hacer una república"
R.- No lo sé. Hay una variable importante que es la CUP, que hay que recordar que fue precisamente quien obligó a dimitir a Artur Mas. Ese movimiento se hizo además a las 23.55 horas de la noche cuando acababa el plazo máximo para hacerlo. Por tanto, podemos esperar cualquier cosa. El nivel de absurdidad que hemos alcanzado por no tener principio de realidad nos puede llevar a cualquier cosa.
P.- ¿Si Puigdemot es investido president saldrán a la calle como anunció SCC en un comunicado?
R.- Sí, sí. Cuando convocamos manifestaciones lo hacemos a pesar que no nos gusta porque creemos que una de las obligaciones de la sociedad civil en general es ayudar a rebajar la tensión social. Ahora bien, si cualquier acción por parte del gobierno de la Generalitat comienza a parecerse al 6 y 7 de septiembre, si se empiezan a pisar los derechos de los ciudadanos y a ignorar a la mayoría social, saldremos a la calle a reclamar cosas tan básicas como que se respete la ley y que se respete el derecho de todos los catalanes, incluidos los independentistas.
P.- ¿Ya tienen algo preparado en este sentido?
R.- Sí. Nuestra dinámica interna es parecida a una empresa y trabajamos con proyectos. Tenemos un botón rojo y un botón verde para activar o desactivar la movilización. Está todo preparado.
P.- ¿Desde Sociedad Civil Catalana mantiene contacto con las formaciones independentistas?
Tenemos un botón rojo y un botón verde para activar o desactivar la movilización. Está todo preparado"
R.- En cuanto se constituya el gobierno de la Generalitat solicitaremos reuniones con todos los partidos políticos del arco parlamentario catalán. Con todos ellos. No queremos hacerlo todavía porque no queremos inmiscuirnos en el debate de investidura. Pero en cuanto se constituya pediremos una reunión con el president y con el resto de partidos.
P.- Fuera de Cataluña ya tiene prevista una reunión con el PSOE, con Susana Díaz.
R.- Sí, hemos sido nosotros los que hemos solicitado la reunión a Susana Díaz. Hemos pedido también reuniones con otros presidentes autonómicos que consideramos que tienen bastante relevancia política o por su peso en población como es Andalucía en Cataluña.
P.- ¿Con qué presidentes autonómicos?
R.- Me permitirá que no se lo diga hasta que no estén cerradas. Yo creo que alguno puede dar una sorpresa.
P.- Entiendo entonces que no será solo con presidentes socialistas…
R.- No, hablamos con todos los partidos. Cuando hablamos con Susana Díaz lo hacemos por su cargo institucional, como presidenta de Andalucía. Y si fuera de otro partido el presidente de Andalucía, del PP o de Ciudadanos, lo haríamos de igual forma.
P.- ¿Cuál es el objetivo de estas reuniones?
En cuanto se constituya el nuevo gobierno de la Generalitat pediremos una reunión con el president y con el resto de partidos"
R.- La clave es que no es un problema catalán, sino español. Entonces queremos dar nuestro parecer al resto de España porque muchas veces se ha comprado únicamente el relato nacionalista. Hasta hace poco se hablaba con Convergencia, cuando existía, y se hablaba directamente con el ‘grupo catalán’, y no era así, era el grupo nacionalista catalán. Nosotros queremos hacer pedagogía para visualizar esa mayoría que ha salido en votos y manifestaciones, que hay una Cataluña que no es independentista y que hay un relato distinto del que se ha comprado.
P.- ¿También se reúnen con empresarios?
R.- No necesariamente, pero hablamos con todo el que quiera escucharnos.
Posicionamiento del FC Barcelona
P.- Hay empresas que han tomado partido en la crisis catalana, incluso clubes de fútbol como el FC Barcelona. ¿Cómo valora que una entidad deportiva con tantos seguidores en todo el país y fuera se posicione al respecto?
R.- Nosotros nos reunimos con quien nos quiera recibir. Por ejemplo a una de las manifestaciones asistió el señor Bonet, presidente de Freixenet, y el señor Revuelta, de Naturhouse. Nosotros hablamos, nos apoyamos y a la hora de recibir este tipo de apoyo lo agradecemos, pero no somos una entidad de mediación.
P.- ¿Cómo valora que las asociaciones independentistas pidieran dinero al FC Barcelona para pagar la fianza de Artur Mas? ¿Ahí no entra SCC?
R.- Es una perversión es que se pida dinero a un club que es casi ecuménico para la fianza de una persona y que se exija como valor patriótico como se hizo. Me parece que marca mucho el marco mental por el que se ha movido el independentismo, que creía que había organizaciones que realmente eran suyas. A mí me sorprendió mucho. Al final el FC Barcelona no pagó nada, que es lo razonable. Es como si yo le pidiera dinero al Real Madrid.
P.- ¿Teme que se les echen encima por la movilización que tienen preparada si Puigdemont es investido?
Sabemos que cualquier acción que hagamos defendiendo la pluralidad va a tener consecuencias y presiones
R.- Ya sabemos que cualquier acción que hagamos defendiendo la pluralidad va a tener consecuencias y presiones. A final de 2014 el Parlamento Europeo nos concedió el premio Ciudadano Europeo y el Parlament de Catalunya, creo que fue ERC, CiU y la CUP hicieron una proclamación exigiendo al Parlamento Europeo que nos quitaran el premio. Yo tuve reuniones con esos partidos y les dije que no creía oportuno que ciudadanos públicos señalaran de esa forma a ciudadanos del ámbito privado por el hecho de recibir un premio a la convivencia. Creemos que el bien común está por encima de esos riesgos.
P.- ¿Desde el referéndum del 1-O o desde las movilizaciones masivas de octubre han notado más presiones?
R.- Lo notamos mucho en las redes sociales. Atacaron nuestra web de forma intensa. En una hora recibimos ocho millones de visitas para hacer un ataque de denegación de servicios. Según refleja un medio, una unidad de los Mossos d’Esquadra nos había seguido para investigar nuestras vidas por el mero hecho de disentir. Por lo tanto, estaos más que vacunados. La perversión de la democracia es algo habitual. Nosotros nos mantendremos igual aunque haya presiones porque creemos que estamos haciendo un bien superior a lo que pueda ser el daño.
P.- Volvió a coger el cargo en los meses más tensos del procès.
R.- Sí, la verdad es que me decidí a volver a la organización de forma más intensa porque veía que se ponía la cosa difícil y yo, personalmente, soy de las personas que le gusta nadar contracorriente, así que me lancé al río y empecé a nadar.
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