Ha sido un emotivo recuerdo. También un incómodo reencuentro. Emoción y silencios con los valores como telón de fondo en el 23 aniversario de su asesinato a sólo unas calles de allí. Muchos de los que como Gregorio Ordóñez padecieron y lucharon contra ETA han asistido al acto de reconocimiento al galardonado, el ex primer ministro francés, Manuel Valls celebrado en San Sebastián.
La Fundación Gregorio Ordóñez ha entregado su premio anual al político galo en una cita que ha supuesto el reencuentro de la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, y el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, cuya relación, casi inexistente y fría, ha sido evidente.
Apenas dos besos de cortesía como único acercamiento en una cita en la que también han participado otros dos ministros del Ejecutivo de Rajoy, el de Interior, Juan Ignacio Zoido, y la titular de Defensa, Dolores de Cospedal, así como el ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. También han acudido al homenaje de recuerdo a Ordóñez el diputado de Ciudadanos Juan Carlos Girauta, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, y representantes del PSE y UPyD, así como del ámbito de la judicatura y el empresariado vasco.
Reproches al Gobierno
No ha sido una cita cómoda para Saénz de Santamaría, sentada a sólo a tres asientos de Aznar, junto a Ana Botella -con quien sí ha conversado-. La vicepresidenta del Ejecutivo ha tenido que escuchar duros reproches por parte de la viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iribar, por el modo en el que su Gobierno está gestionando no sólo el final de ETA sino también la crisis en Cataluña.
Iribar ha iniciado su intervención agradeciendo a José María Aznar el “decidido apoyo que nos brindó y que nos regala aún hoy” en la batalla contra el terrorismo de ETA y del que ha destacado la “legislación que promovió, su lealtad constitucional sin las que nada sería hoy igual”. Ha reclamado a la vicepresidenta y su Gobierno “más tensión democrática, eso es lo que necesita este país para enfrentarse a los nacionalismos”, los que alimentaron el terror de ETA y los que ahora impulsan la crisis soberanista en Cataluña.
Ha dirigido una pregunta directa a Saénz de Santamaría y el resto de formaciones en las que les cuestionaba si creían que la política que se tuvo que hacer en Euskadi bajo la amenaza de ETA “era más fácil de lo que es ahora”: “¿No creen que va siendo hora de hacer política con una nueva pulsión que empiece por dejar claro cuáles son los intereses de España y sacudir prejuicios? ¿No creen que va siendo hora de poner en su sitio a los nacionalismos?”.
Nacionalismos "mimados"
Iribar ha afirmado que la reivindicación de libertad que durante décadas se promovió desde el constituicionalismo en el País Vasco hoy también debe ser reclamada, “y debe ser más exigente que nunca, más activa que nunca”: “Allí donde el nacionalismo consentido y mimado de este país utiliza las instituciones del Estado para reivindicar su fantasía y poner la casa patas arriba”.
Ha denunciado que el nacionalismo “sólo provoca exaltación” cuando no tiene "contrapunto”. Por ello ha instado al Gobierno a liderar junto a las formaciones políticas la defensa de “la concordia frente a nacionalismos y rupturas, sin concesiones ni complejos”.
Tras ella ha intervenido el galardonado, Manuel Valls, quien ha destacado el discurso “tenso” de su predecesora “con palabras muy fuertes”. Valls ha reclamado la necesidad de recordar y no olvidar la memoria de las víctimas en la sociedad “que olvida rápido, estamos en la sociedad del tuit, por eso es importante recordar a Gregorio Ordóñez, hacerlo es recordar a todos los políticos que cayeron bajo las balas de la banda etarra”.
Valls: "Hasta la derrota final de ETA"
Valls ha subrayado que la colaboración de Francia en este final de ETA “no cambiará". “La cooperación entre España y Francia debe ir hasta el final, hasta la derrota final de ETA”. Ha apuntado que a los etarras aún les resta “pedir perdón” a la sociedad española y reconocer que se han equivocado. Para el ex ministro de Interior galo la “reconciliación” no la debe promover una democracia, “un pueblo” con una banda terrorista, “aquí no hubo una guerra civil sino un terrorismo que luchó contra nuestros valores, nuestra civilización.
Valls apela a la necesidad de reforzar la democracia en Europa, los valores y la libertad y el respeto al otro: “Para eso hacen falta valores. No se puede salir de una Constitución, del marco que fija el Estado de derecho sin pagar las consecuencias. Una sociedad sin autoridad no funciona”.
En su intervención también se ha referido a la crisis catalana, al “regionalismo absurdo” que prolifera en Europa, “un separatismo obsesionado con el repliegue sobre sí mismo olvidando el interés general. Ha defendido que la verdadera fuerza identitaria está en poder afirmar que uno es “catalán, español y europeo, esa es la verdadera fuerza, compartir las tres fuerzas de identidad, si se deja caer una de ellas el proyecto completo se cae. La idea del separatismo está fracasado”.
Manuel Valls ha recibido el reconocimiento de la Fundación Gregorio Ordóñez por su defensa del "patriotismo frente a los nacionalismos" y su reivindicación de una visión "más histórica de Europa". La presidenta de la Fundación, Ana Iribar, lo definió al anunciar su galardón como “un ciudadano francés de raíces españolas, orgulloso de su origen y su bagaje cultural español, catalán y francés y que declara sentirse abiertamente comprometido en la defensa de la Constitución, las instituciones y la unidad de España”.
Además, el reconocimiento también subraya su aportación en la lucha contra ETA que hizo durante sus años como ministro del Interior en Francia, cuando "defendió y auspicio la cooperación francesa con los organismos españoles en la lucha contra el terrorismo de ETA”. Una colaboración que ya le fue reconocida en 2012 con la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil.
Valls (Barcelona, 13 de agosto de 1962) fue Primer Ministro de Francia desde el 31 de marzo de 2014 y hasta el 6 de diciembre de 2016. Su ascenso de la mano de Francois Hollande venía precedido de su función como ministro del interior desde abril de 2012, seis meses después de que ETA anunciará el cese de su actividad armada.
Aznar, Botella y Saénz de Santamaría
En el acto han coincidido la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría y el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, quien ha estado acompañado de su esposa, Ana Botella. La relación entre ambos es distante desde hace tiempo y la frialdad ha quedado patente esta mañana en San Sebastián. Este pasado viernes el ex presidente manifestó que su presencia en el acto de la Fundación Gregorio Ordóñez responde a un reconocimiento a los que "murieron por la Constitución y por España", en referencia a las víctimas de ETA y a las que "no se debe olvidar jamás".
Aznar también justificó su participación en el acto celebrado hoy en la capital guipuzcoana como un modo de reconocer la labor no sólo de figuras como Ordóñez, sino también de su viuda, Ana Iribar, un referente de "exigencia moral y política", dijo: "Me siento orgullosos del PP que tuve el honor de presidir y conmovido por el sacrificio de tantos", aseguró ayer.
Las diferencias entre Aznar y Saénz de Santamaría han aflorado de modo constante en los últimos años. El último reproche entre ellos llegó desde la Fundación FAES que preside el ex presidente del Ejecutivo español. Tras las elecciones catalanas del pasado 21 de diciembre la fundación de Aznar emitió un análisis en el que concluía que a la vista de los resultados en Cataluña era evidente que el independentismo no había sido "descabezado", como semanas atrás había augurado la vicepresidenta.
FAES recordó que ya desde 2015 venía alertando de que Ciudadanos se había convertido en la opción favorita para muchos constitucionalistas, lo que en su opinión quedaría corroborado tras el 21-D como una constatación de que en ningún caso se puede achacar a la "casualidad" o a elementos "coyunturales". El diagnostico, muy crítico con el PP de Mariano Rajoy y la estrategia llevada a cabo en Cataluña y que se asigna a Saénz de Santamaría, concluye afirmando que será despachado en las filas populares desde "el desdén, la humorada o el habitual reproche de inoportunidad o deslealtad".
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