Pese al enrocamiento en torno a la figura de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya y ERC contemplan una amplia baraja de candidatos alternativos al ex presidente de la Generalitat. Seis nombres han sonado ya sobre el resto para ocupar este puesto si la investidura efectiva del fugado en Waterloo no sale adelante, más allá de posibles reconocimientos simbólicos. Entre las opciones las hay mediáticas, conocidas, de consenso y otras más tapadas. Estas son.
Elsa Artadi
La portavoz parlamentaria de Junts per Catalunya ha sido el nombre que con más fuerza ha sonado para asumir la presidencia de la Generalitat, hasta el punto de que esta misma semana prácticamente se dio el acuerdo por cerrado. Posteriormente, ella misma ha tratado de enfriar su candidatura.
Artadi era un nombre prácticamente desconocido para el público hasta el inicio de la campaña del 21-D, en la que actuó como coordinadora de Junts per Catalunya. Sin embargo, tenía poder en la política catalana desde mucho antes. Licenciada en Economía y doctora en Harvard, entró en el equipo de Artur Mas en 2010 de la mano del entonces consejero de Economía, Andreu Mas-Colell. Artadi ha crecido a su sombra, hasta convertirse en la mano derecha de Carles Puigdemont en las profundidades de la Generalitat.
En la pasada legislatura, Puigdemont nombró a Artadi coordinadora interdepartamental, un cargo desconocido pero con una influencia decisiva. Le permitía estar en contacto con todas las consejerías, granjearse amistades dentro del Govern y conocer todos los detalles de los planes del gobierno regional en su hoja de ruta hacia el referéndum del 1-O.
Es una de las pocas personas que mantiene contacto cercano con Puigdemont, al que visita habitualmente y con el que se coordina día a día. También una de las voces de JxCat que mantiene un discurso más firme sobre la legitimidad del ex presidente y sobre la necesidad de perpetuar la estrategia de "tensión" con el Estado para hacer avanzar el proceso independentista.
Jordi Turull
Diputado en el Parlament desde 2006, fue el portavoz del Govern y consejero de Presidencia de la Generalitat durante la pasada legislatura. También es uno de los políticos más cercanos al ex presidente, con el que permencía en contacto a través de la aplicación Signal durante la sesión de constitución del Parlament. Si Puigdemont tuviera que aceptar que un ex miembro del Govern tuviera que asumir la presidencia, Turull sería su opción preferida, por delante de otros nombres como el del ex consejero de Territorio Josep Rull, al que se trata de promocionar desde el PDeCat.
Turull, además, encaja en el esquema de la doble presidencia que algunos sectores del independentismo tratan de promover, y que consistiría en una presidencia efectiva sobre el terreno que, en la práctica, obedezca órdenes de Puigdemont desde Bélgica. Tanto por su fidelidad como por su experiencia como consejero de Presidencia, donde ya desempeñó un rol similar, su figura gana enteros.
En su contra, las cargas judiciales que arrastra por su responsabilidad en el 1-O y las acciones derivadas del referéndum ilegal. Turull, como el resto de miembros del último Ejecutivo catalán, podría quedar inhabilitado en los próximos días si sigue adelante el proceso por rebelión.
Jordi Sànchez
De todos los nombres manejados hasta ahora, el de Jordi Sànchez es el que más consenso genera entre las fuerzas independentistas. El ex presidente de la ANC, que concurrió el 21-D como número dos de Junts per Catalunya en Barcelona, tiene un importante peso simbólico. Permanece en régimen de prisión preventiva en Soto del Real desde hace prácticamente cuatro meses, y ha sido el responsable directo de las masivas movilizaciones de las Diadas de los últimos años, así como de las concentraciones contra la actuación de la Guardia Civil los pasados días 20 y 21 de septiembre.
Sànchez, como el resto de procesados, podría quedar inhabilitado pronto. Y cuenta con el condicionante de su permanencia en prisión, pese a que el juez Llarena le ha autorizado a delegar el voto y su ausencia en el Parlament no altera el resultado de las votaciones. El magistrado del Supremo, sin embargo, también le ha negado el permiso tanto para acudir al pleno de constitución como al de investidura, finalmente aplazado. A su favor, cuenta con el procedente del preso de ETA Juan Carlos Yoldi, candidato a la investidura por Herri Batasuna, y al que la Audiencia Nacional sí permitió acudir al Parlamento para pronunciar su discurso de investidura.
Como la de Puigdemont desde Bruselas, la de Sànchez en Soto del Real sería una presidencia más simbólica que efectiva. Y posiblemente breve. El ex presidente de la ANC también se ganó algunos enemigos en el independentismo el pasado 30 de enero, durante la jornada de la sesión de investidura aplazada, en la que la ANC llamó a desmovilizar a los concentrados frente al Parlament.
Sin embargo éstos, siguiendo la coordinación de los Comités de Defensa de la República (CDR), consiguieron asaltar el Parque de la Ciudadela y protagonizar escenas de tensión y enfrentamiento con los Mossos d'Esquadra. Sànchez, desde prisión, censuró estas actitudes, lo que le granjeó una reacción dura por parte de los sectores soberanistas más radicales, que le acusan de priorizar su estrategia de defensa sobre el objetivo general de la independencia.
Eduard Pujol
Es una de las últimas adquisiciones del independentismo. Periodista de carrera, fue el director de Rac1 -la emisora del Grupo Godó- entre abril de 2012 y el 17 de noviembre de 2017. Ex periodista deportivo y director de contenidos del departamento de prensa del Fútbol Club Barcelona, subraya siempre que le preguntan que le bastaron las imágenes de las cargas del 1-O y un par de llamadas de Puigdemont para dejar su puesto en el panorama mediático catalán y acudir a las elecciones como número 8 por Barcelona.
Pujol comparte con Artadi la portavocía de Junts per Catalunya en el Parlament. Y se ha convertido en uno de los portavoces mediáticos más potentes del independentismo, ahora ya pública y reconocidamente, y no sólo desde la dirección de uno de los medios más influyentes del panorama mediático catalán.
En contra de Pujol juega su absoluta falta de experiencia política. A su favor, el dominio de los medios, los mensajes y las estrategias de comunicación, uno de los pilares fundamentales sobre los que se ha cimentado todo el procés.
Los tapados: Marc Solsona y Albert Batet
La opción de que la presidencia de la Generalitat la asume un alcalde independentista gusta mucho a Puigdemont, que fue regidor de Gerona antes de llegar al Palau. Y entre estos candidatos tapados suena con fuerza el nombre de Marc Solsona, alcalde de Mollerusa, parlamentario por Lleida y ex diputado en el Congreso en representación de Convergència.
Solsona, de 41 años, fue el primer alcalde independentista en declarar ante la Fiscalía por su apoyo al referéndum ilegal del 1-O y contaría con importante apoyo municipal e incluso orgánico, por parte del PDeCat. En esta misma línea, otro de los nombres que más habitualmente han emergido es el de Albert Batet, alcalde de Valls y con buena sintonía con el ex presidente, al que ha visitado en Bélgica en varias ocasiones. Su figura enarbola también cierto simbolismo, por la defensa que hizo en su día del semanario local El Vallenç, uno de los primeros lugares registrados por la Guardia Civil en busca de las papeletas del 1-O.
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