El PSOE no consigue romper sus muros. Nueve meses después de la victoria de Pedro Sánchez en las primarias, los socialistas siguen inmersos en debates internos desconectados de los nuevos movimientos sociales. Los intentos de marcar la agenda política con iniciativas sobre problemas ciudadanos como las pensiones o la brecha salarial se quedan en el consumo interno y no consiguen liderar las movilizaciones que se están produciendo. ¿Qué le pasa al PSOE?
"Es la primera vez que las mujeres del PSOE no están liderando la revolución feminista que estamos viviendo", lamenta un dirigente socialista. "¿Por qué no estamos en las manifestaciones de los mayores?", se pregunta otro. "Llegamos tarde con la ley LGTBI", reprocha un diputado. Y no es porque el PSOE no aborde estas cuestiones dentro de su propuesta de "diez acuerdos de país". De hecho, Pedro Sánchez lleva dos meses recorriendo España para debatir sobre pensiones con... militantes socialistas.
En este sentido, el pasado del partido es un lastre. La Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones que el jueves sacó a decenas de miles de pensionistas a las calles se autodefine así en su página web: "Esta Coordinadora de ámbito estatal, formada por diferentes colectivos sociales, fue creada con el objetivo de defender uno de nuestros derechos históricos más sensibles y necesarios para las familias trabajadoras, tanto por cuenta ajena como autónomos: el actual Sistema Público de Pensiones, brutalmente atacado por las sucesivas reformas legislativas llevadas a cabo por los gobiernos del PSOE y del PP para beneficio de la gran banca y aseguradoras".
Algo similar le ocurre al PSOE con el feminismo. Miles de mujeres en toda España se están organizando a través de asambleas para celebrar una gran huelga feminista el 8 de marzo que abarque el empleo, los estudios, los cuidados y el consumo. Como el de los pensionistas, estos movimientos asamblearios -que se están comparando con el 15-M- no están liderados por ningún partido político o sindicato, aunque algunos de ellos se impliquen en mayor o menor medida.
Mientras las mujeres se organizan entre ellas, el PSOE presentó en rueda de prensa el lunes una iniciativa legislativa para acabar con la brecha salarial. La propuesta se registró el mismo día que el Congreso de los Diputados debatía la la toma en consideración de la ley de igualdad retributiva entre hombres y mujeres de Unidos Podemos. "Llegamos tarde", se lamentaban diputados socialistas.
A nivel político, el PSOE también está ausente por incomparecencia de otro de los grandes debates del país: la gobernabilidad en Cataluña y la conveniencia de garantizar la enseñanza en castellano en la comunidad. La Ejecutiva socialista ha intentado por todos los medios silenciar el debate sobre el catalán después de que varios barones hayan salido en su defensa. "No creemos problemas", les respondió Pedro Sánchez.
La misma táctica de rehuir un debate que no le beneficia usó el secretario general el sábado pasado sobre la gobernabilidad de Cataluña. En su intervención ante el Comité Federal del partido apenas hizo alusiones a la crisis catalana. Y cuando lo hizo fue para seguir defendiendo la posición del PSOE a favor de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. "Si entendemos la Constitución como norma de convivencia, su ataque nada tiene que ver con la ideología, es un asunto prepolítico, que debe encontrar el rechazo de todas aquellas formaciones políticas que aspiramos a convivir en este proyecto común que se llama España", aseguró.
"Pero, incluso, si entráramos en el territorio de las ideas, el secesionismo nada tiene que ver con la izquierda, al menos con la izquierda que nosotros representamos. La izquierda que somos es la izquierda modernizadora, europeísta y solidaria. Todo lo contrario al secesionismo que representa aislamiento, insolidaridad y regresión", reiteró.
Desde la creación de Podemos, sus dirigentes siempre han realizado mucho énfasis en distinguir los mensajes hacia dentro de la organización, "a la interna", o hacia la sociedad, "a la externa". Históricamente, el PSOE ha estado volcado hacia esa externa, es decir, se ha esforzado por hablar a los ciudadanos en general, no sólo a los militantes. No obstante, desde las primarias en las que los afiliados devolvieron el poder a Pedro Sánchez, el PSOE sigue ensimismado en debates de autoconsumo interno.
Al reglamento de 151 páginas aprobado el pasado sábado se sumó la última entrevista televisiva de Pedro Sánchez el pasado martes. El único titular que dejó el líder de la oposición también se refería a la vida interna del PSOE: la reconciliación con la vieja guardia del partido. "Te estoy dando una exclusiva", anunció a Susanna Griso, consciente de que serían las palabras de mayor interés.
Pero ese anuncio contrastaba con la brecha interna que se producía por la negativa de Ferraz de respaldar una virtual candidatura de Elena Valenciano como presidenta del Grupo Socialista Europeo. Y a continuación se agravaba con el desmentido por parte de referentes como Alfredo Pérez Rubalcaba y barones como Susana Díaz, que negaban el mensaje de Sánchez sobre la reconciliación interna.
El líder socialista tiene el obstáculo de no tener escaño en el Congreso, lo que le priva de una plataforma pública de gran relevancia y del control del grupo socialista, que sigue dividido y descoordinado. Prueba de ello fue la votación que perdió el PSOE el viernes para desbloquear la iniciativa legislativa popular presentada por los sindicatos y avalada por 700.000 firmas para la creación de una renta mínima.
Semana tras semana, las preguntas del PSOE al Gobierno durante la sesión de control no versan sobre asuntos de actualidad, como las del resto de grupos, sino sobre la agenda interna del partido. Si la semana pasada Pedro Sánchez se reunía con científicos en Ferraz, el miércoles casi todas las preguntas de la bancada socialista eran sobre ciencia.
Mientras el resto de partidos preguntaban por la sustitución del ministro de Economía; la falta de Presupuestos; el uso del castellano en la escuela catalana; sobre la reforma de la ley electoral o sobre la financiación ilegal del PP, los diputados socialistas hicieron cinco preguntas sobre ciencia. "¿Qué valoración hace el Presidente del Gobierno de la situación de la ciencia y la investigación en nuestro país?", inquirió la portavoz socialista, Margarita Robles. "¿Cómo piensa el Gobierno cumplir los objetivos europeos en Investigación y Desarrollo?", preguntó la número 2 del partido, Adriana Lastra.
Precisamente la vicesecretaria general del PSOE ofreció una de las muestras más evidentes de la desconexión del partido con los debates sociales en su rueda de prensa del viernes. Pasadas las 13 horas y preguntada por los periodistas sobre qué medidas tomar para garantizar la seguridad en los campos de fútbol, Lastra admitió que desconocía la muerte de un ertzaina en Bilbao la noche anterior durante el operativo de vigilancia por la batalla campal producida entre seguidores del el Athletic Club y el Spartak de Moscú. "No conocía la noticia, la verdad. Porque ayer tuve muchas reuniones", se justificó.
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