Tres horas de reunión en el Parlament han servido para que los negociadores de JxCat y ERC aseguren esta noche que el acuerdo avanza y cada vez quedan menos "flecos" por cerrar. El acuerdo parece ya cerrado en lo que respecta a la estructura del gobierno, es decir, el reparto de áreas de poder entre republicanos y neoconvergentes: por el momento, el preso Jordi Sánchez se perfila como nuevo presidente y los republicanos se quedan con el control de los medios públicos. Pero sigue sin cerrarse el plan de gobierno, esa hoja de ruta en la que también participa la CUP -sus cuatro escaños son indispensables para la investidura- y en la que los antisistema quieren ver recogido un proceso constituyente que culmine en la elaboración de una Constitución de la futura Cataluña independiente.
JxCat y ERC han intercambiado propuestas esta tarde sobre esa hoja de ruta, que según El Nacional ha culminado con un acuerdo sobre el reparto de los medios de comunicación, uno de los principales ejes de discusión entre ambos partidos. Así, ERC asumiría la presidencia de la Corporación de Medios de la Generalitat (CCMA) hasta ahora en manos de Brauli Duart, elegido por Convergencia, mientras JxCat conserva la portavocía del gobierno dentro de la Conselleria de Presidencia, que podría ocupar Jordi Turull. Esquerra renuncia además a concentrar en sus manos las secretarías de Difusión y Medios de Comunicación, las que concentran todas las ayudas a medios, que seguirán repartidas como hasta ahora.
Sánchez al frente del gobierno 'operativo'
Lo que sigue sin quedar claro es cómo se hará efectiva la voluntad de Carles Puigdemont de mantener el control sobre el futuro gobierno de la Generalitat. En teoría hay acuerdo sobre la constitución de un "gobierno operativo" en Cataluña, el Gobierno de la Generalitat, presidido por Jordi Sánchez y un "consejo de la república" en Bélgica integrado por Puigdemont y los consellers fugados que permita legitimar la presencia del ex president en Bruselas.
Esa es la fórmula que está dispuesta a aceptar Esquerra y que implica en la práctica un gobierno autonómico que ejerza sus competencias dentro del marco actual, con una representación exterior liderada por Puigdemont. Pero el president no parece haber aceptado ese papel, eminentemente simbólico, y prueba de ello son los problemas que tienen ambos partidos para hablar abiertamente de un candidato alternativo a la investidura. El portavoz de ERC, Sergi Sabrià, ha llegado a decir hoy ante la prensa que el nombre de Sánchez "no está sobre la mesa" para evitar oficializar que Puigdemont ha sido descartado.
ERC y la CUP coinciden en que el debate sobre el 'proceso constituyente' debe dirigirse desde Cataluña y no quedar en manos de Puigdemont en Bruselas
La última propuesta de JxCat sería que Puigdemont dirija desde Bruselas ese "proceso constituyente" con el que se han comprometido todos sin definir muy bien a qué se refieren. Los republicanos no ven con buenos ojos que ese debate, destinado teóricamente a definir la futura república, sea pilotado desde Bruselas, donde permanece el líder de JxCat. Consideran que los debates sobre el modelo educativo, el sistema de salud o la seguridad deben hacerse desde Cataluña, entre instituciones, ciudadanía y sociedad civil organizada.
En este punto Esquerra cuenta con el apoyo de la CUP, que también considera que el proceso constituyente debe materializarse en Cataluña si se desea que sea "participativo" y que en él intervengan las entidades y los agentes sociales.
En cuanto a la propuesta de resolución parlamentaria presentada en solitario por JxCat a fin de reconocer la legitimidad de Puigdemont, los tres grupos discuten la fórmula para un redactado asumible por todos, para que pueda aprobarse en el pleno del Parlament de este próximo jueves. El texto de la propuesta de resolución de JxCat ha sido negociado con ERC pero no con la CUP, que aún puede presentar enmiendas, ya que el plazo hábil para hacerlo finaliza mañana por la mañana.
Según fuentes de los tres grupos, la CUP se ha incorporado a la última fase de la negociación porque lo que está ahora encima de la mesa es el plan de gobierno y la hoja de ruta para los próximos años, que es algo que la formación anticapitalista sí desea acordar. Los "cuperos", en cambio, no negocian la estructura del Govern ni las consellerías ni la fórmula para compatibilizar una presidencia "legítima" en Bruselas, para Puigdemont, con otra "efectiva" desde el Palau de la Generalitat.
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