No será un aniversario más. Combinará felicitación y reivindicación, blindaje y protección ante las voces que lo cuestionan desde hace meses con dureza. Hoy el Concierto Económico vasco cumple 140 años y el Gobierno de Euskadi y las tres diputaciones forales vascas lo celebrarán con todos los honores. Para ello se ha previsto un solemne acto institucional esta tarde en el Teatro Arriaga de Bilbao en el que además del estreno del documental “Por derecho propio. El Concierto económico” está prevista la intervención del lehendakari Iñigo Urkullu.
El aniversario llega después de la actualización y renovación del Concierto y Cupo vascos firmadas el año pasado y que reabrieron las voces críticas desde algunos sectores y comunidades autónomas contra su pervivencia. El Concierto Económico vasco se ha convertido en el País Vasco en la piedra angular sobre la que pivota no sólo su economía sino toda su estructura institucional y su discurso en clave identitaria y de “singularidad histórica”. Hoy todas las formaciones con presencia institucional en Euskadi lo reivindicarán. Ninguno de los partidos con presencia en el Parlamento Vasco cuestiona en absoluto su existencia ni esgrime argumentos como “insolidario”, “privilegio” o “cuponazo”, como se escucha lejos del País Vasco para ponerlo en cuestión.
Hoy se recordará que su nacimiento formal se remonta al 28 de febrero de 1878. Sus más acérrimos defensores lo sitúan en realidad en la noche de los tiempos, en el origen de los fueros vascos. Sin embargo, fue el último día de febrero de hace catorce décadas cuando el Rey Alfonso XII rubricó el Real Decreto que le planteó el entonces presidente Antonio Cánovas del Castillo. Había que eliminar la “situación diferencial” que fijaban los fueros vascos que regían el pago de tributos de las provincias vascongadas. El citado decreto arbitraría un nuevo sistema acordado, dentro de una “unidad constitucional” y sobre la que a partir de entonces se debería regir las relaciones tributarias y financieras de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava con el Estado.
Una "imposición", no una "conquista"
Desde el nacionalismo siempre se ha recordado que en contra de lo que en muchos casos se asegura, el Concierto Económico no fue “ninguna conquista” de los vascos sino una “imposición” del Gobierno de España y de la Monarquía de la época tras la eliminación de los fueros tras la tercera guerra carlista.
Aquel Real Decreto de 1878 que dio a luz el primer Concierto Económico se topó con una dificultad; el Estado de la época carecía de aparato administrativo eficaz en las provincias vascas para regir los tributos, además de un profundo desconocimiento de la realidad industrial, comercial del País Vasco. Por ello se estableció que la batuta la tuvieran las tres diputaciones forales. El acuerdo con las provincias vascogandas nació con el propósito de ser provisional hasta que el Estado se pusiera al día. Se fijó un periodo de 7 años de vigencia. Sin embargo, transcurrido el periodo, en 1885 las cosas apenas habían mejorado y el peso efectivo real del Estado en las tres provincias continuaba siendo débil, por lo que se acordó prorrogarlo un año más este régimen excepcional.
Un año que sería clave para el devenir del Concierto Económico que hoy cumple 140 años. Aquel 1886 jugó un papel determinante la entonces reina regente María Cristina, amante de la costa vasca y a la que a menudo se le veía pasar veranos en San Sebastián. Se atribuye a su mediación que finalmente tanto las autoridades de las provincias vascas como las del Estado consensuaran que quizá lo mejor era convertir en definitivo aquel régimen establecido tras la guerra. En 1887 Vizcaya, Guipúzcoa y Álava suscribían el que es considerado el segundo Concierto Económico para regular las relaciones tributarias y financieras. No fue el único, luego vendrían hasta siete conciertos económicos, renovados en 1894, 1906, 1925, 1952, 1976, 1981 y 2002. Este último año se estableció que tendría vigencia indefinida y que sólo sería actualizado puntualmente.
En sus 140 años de aplicación esta norma ha pervivido con mayor o menor vitalidad con regímenes monárquicos liberales, con dictaduras como la de Primo Riveras, en periodos como al II República e incluso, aunque sólo en Álava, durante la dictadura de Franco al considerar a Guipúzcoa y Vizcaya provincias traidoras al no haberle apoyado en su alzamiento militar. Tras la recuperación de la democracia, en 1981 se retomó su aplicación a las tres provincias vascas.
1980, recuperación en Vizcaya y Guipúzcoa
Aquella recuperación del Concierto Económico en las tres provincias vascas se rubricó la noche del 29 de diciembre de 1980. Tras reuniones maratonianas mantenidas durante días, la delegación liderada en el caso del Gobierno vasco por el entonces consejero de economía vasco, Pedro Luis Uriarte, estrechaba la mano de los representantes del Gobierno de Adolfo Suárez; el Concierto Económico vasco retornaba a Guipúzcoa y Vizcaya 44 años después.
El pasado mes de mayo se cerró la última modificación de este Ley. El acuerdo por el que se liquidaban las desavenencias acumuladas desde 2007 en el pago del Cupo y se fijaba una nueva Ley Quinquenal para su pago fue acompañada de una nueva modificación del a Ley del Concierto Económico, en este caso de una veintena de artículos.
Actualmente, tanto el Concierto Económico –la ley que define el marco de relaciones tributarias y financieras entre el Estado y el País Vasco- como el Cupo –la cuantía y fórmula para el cálculo del pago que corresponde a Euskadi por las competencias del Estado no transferidas- gozan de buena salud en el País Vasco. Fuera de él, formaciones como Ciudadanos y determinadas comunidades autónomas han intensificado las voces críticas contra su pervivencia. Las críticas se ciernen más sobre el Cupo y su cálculo que sobre la constitucionalidad o no del Concierto Económico.
Uno de los principales valedores de ambas leyes es quien las negoció durante la Transición. Pedro Luis Uriarte es hoy el ‘guru’ y principal teórico y defensor de su vigencia. A sus 75 años, este ex vicepresidente del BBV dedica gran parte de su tiempo a dar conferencias en su defensa. Ha editado tres libros en los que documenta la historia y evolución del Concierto y Cupo vasco, libros que regala de modo gratuito en un intento por terminar con el gran desconocimiento que insiste aún pervive en España.
En una de sus publicaciones Uriarte afirma que en los últimos años el balance para las finanzas del País Vasco no es tan positivo como se cree. Según sus estimaciones, en los periodos 1993-1996 y 2001-2016 el Estado salió beneficiado, las haciendas vascas pagaron más de lo que recibieron por el Estado y sólo en los periodos 1981-1992 y 1997-2000 Euskadi recibió más de lo que pagó por los servicios del Estado. Señala que entre 2001 y 2013 la administración del Estado pagó 15.026 millones de euros menos de lo que recibió por los tributos recaudados por las tres haciendas vascas.
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