Junts per Catalunya (JxCat) y ERC mantienen discrepancias "relevantes" que siguen bloqueando el acuerdo de legislatura en Cataluña, según han explicado fuentes de la negociación. Pese a que JxCat y la CUP han trasladado ya a la CUP un preacuerdo sobre la nueva estructura institucional que pretende encabezar Carles Puigdemont desde Bruselas, en paralelo a un Govern presidido por Jordi Sànchez en Cataluña, siguen sin conseguir cerrar numerosos flecos en torno a cuestiones relacionadas con la hoja de ruta y el plan de gobierno de esta legislatura.
En el documento interno que la CUP ha distribuido a sus bases para resumirles la propuesta de acuerdo de JxCat y ERC, la parte del plan de gobierno solamente está esbozada en cinco puntos sin mayor concreción: "cohesión y progreso para un contrato social", "prosperidad y nuevo modelo productivo: políticas redistributivas", "fortalecimiento democrático: derechos y libertades", "Cataluña en el mundo" y "gobernanza compartida: espacios de soberanía".
Este sábado se reunirá el consejo político de la CUP para valorar los escenarios"
Fuentes de JxCat reconocen que el debate interno de la CUP puede "ralentizar" los tempos del desbloqueo de la legislatura, ya que pueden condicionar su apoyo a la investidura del nuevo president a los acuerdos programáticos que puedan alcanzarse. Este sábado se reunirá el consejo político de la CUP para valorar los escenarios, sobre los que también deben pronunciarse las asambleas territoriales de la formación.
Las bases de la CUP deberán escoger entre tres opciones: apoyar el acuerdo que alcancen JxCat y ERC sin condiciones, apoyarlo siempre y cuando se acepten puntos programáticos para "materializar la república" catalana o rechazarlo por su carácter "autonomista". Pero más allá del posicionamiento que adopte la CUP, de momento ni tan solo puede darse por cerrado el acuerdo entre JxCat y ERC.
Fuentes republicanas admiten "discrepancias muy relevantes", por ejemplo en la pretensión de JxCat de que el "proceso constituyente" sea pilotado desde Bruselas por la nueva estructura que prevé liderar Puigdemont, puesto que para ERC "no tiene ningún sentido" que este "gran debate ciudadano" sobre la Cataluña del futuro sea teledirigido "desde 2.500 kilómetros de distancia".
Ambas formaciones también mantienen un pulso en torno a la idea de maximizar la recaudación a través del impuesto de patrimonio. Los republicanos se quejan de que JxCat no quiere concretar la reducción del IRPF a las rentas medias y bajas, esquivan la puesta en práctica del modelo territorial de las vegueries, impulsan alguna carretera "controvertida" en el Berguedà, rehuyen un Pacto Nacional por la Educación y evitan concretar cuestiones "clave" de la ley de territorio.
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