El nuevo acuerdo trasladado por JxCat y ERC a la CUP no convence a la formación anticapitalista. La CUP mantiene su negativa al acuerdo, que derivará en su abstención en la investidura de Jordi Sánchez, si ésta se llega a celebrar después del rechazo del juez Pablo Llarena a permitir la salida de prisión del ex presidente de la ANC. Sin los cuatro votos de la CUP, ninguna investidura tiene visos de salir adelante. En cualquier votación, los independentistas perderían por 65 a 64, siempre y cuando Carles Puigdemont y Toni Comín, huídos en Bélgica, no renuncien a sus escaños.
La formación que lidera Carles Riera asegura que en el nuevo acuerdo de JxCat y ERC "no hay diferencias de fondo respecto a la propuesta que nuestro Consejo Político y el Grupo de Acción Parlamentaria rechazaron el pasado 3 de marzo". Siguen exigiendo un proceso constituyente realizado en Cataluña y en el Parlament, efectivo, y que lleve al despliegue e implementación total de la República de Cataluña, que consideran declarada a todos los efectos desde el pasado 27 de octubre.
La abstención de la CUP aboca al independentismo a una investidura fallida y al inicio de la cuenta atrás hacia las elecciones
"La propuesta continúa teniendo debilidades importantes y decisivas en el ámbito de la construcción y la materialización republicana", avanza la formación antisistema, que critica también la falta de medidas comprometidas a desarrollar políticas sociales y económicas destinadas a "acabar con los privilegios de los sectores sociales que los mantienen". Todo pese a que en el último texto trasladado a la CUP, JxCat y ERC ya incluían un multi-referéndum con el que culminar el llamado 'proceso constituyente', a realizar en instituciones paralelas al Parlament, y medidas ideológicas como la retirada de subvenciones a las escuelas que diferencien a sus alumnos por sexos. Para la CUP, sigue siendo un proyecto poco ambicioso y "autonomista".
Además, el partido critica que las dos grandes formaciones del independentismo quieran imponer sus plazos y obligar a la CUP a reconsiderar su posición antes del lunes. Los antisistema no lo harán, y subrayan que no volverán a reunirse, y por tanto a votar sobre la necesidad de cambiar su postura o no, hasta el próximo sábado 17 de marzo. Seguirán bloqueando la posible investidura, de Sánchez o de cualquier otro candidato, por lo menos durante otra semana más.
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