Política

Testimonio de un juez exiliado de Cataluña

"Me dijeron que si no me convertía al independentismo mejor me fuera de aquí"

Pasó más de diez años en Cataluña ejerciendo como juez pero el 'procés' ha hecho que la situación sea insostenible y haya tenido que marcharse.

Concentración ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. | EP

Ha pasado más de una década ejerciendo como juez en Cataluña y ahora ha tenido que emigrar con su familia porque la situación política que se atraviesa en dicha autonomía ha hecho que su día a día como togado sea allí insostenible. Este magistrado, cuyo testimonio ha sido recabado por El Independiente, prefiere que su destino y jurisdicción permanezcan bajo el anonimato porque no quiere "tener más problemas de los que ya ha tenido”.

Este juez explica que decidió irse a trabajar allí hace más de una década “con el ánimo de superar los prejuicios existentes sobre Cataluña. Aprendí catalán y emprendí mi vida profesional lejos de mi tierra con el ánimo de superar los prejuicios existentes sobre Cataluña. Francamente la acogida fue excepcionalmente buena y no puedo tener queja ninguna de las amistades que he hecho en esa tierra”.

Sin embargo, "todo se torció” a partir de 2012. “En un primer momento la Judicatura parecía quedar al margen de la actuación independentista. Sus planteamientos implicaban en teoría que, como juez español, me vería abocado a ser expulsado de Cataluña. Pero nunca se materializó en nada concreto. El trato con el resto de profesionales relacionados con la justicia era correcto, fuera cual fuera su ideología, y todo hacía pensar que nunca veríamos comprometida nuestra jurisdicción. Mi opinión del cuerpo de Mossos d´Esquadra es francamente buena. Por mi experiencia siempre se han comportado con la máxima corrección y profesionalidad en todos los casos que he podido coincidir con ellos y en más de una ocasión se han jugado el tipo de una manera encomiable”, relata este juez.

Sin embargo, el “punto de inflexión” fue la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República que votaron los partidos independentistas en el pasado mes de septiembre. “Era la primera vez que el independentismo formalizaba oficialmente sus planes respecto de los jueces destinados en Cataluña. El régimen disciplinario de los jueces sería ejercido por una comisión mixta compuesta por miembros nombrados directamente por el Parlamento de Cataluña y la Generalidad de Cataluña, lo que suponía en la práctica un sometimiento pleno a los mandatos políticos del independentismo catalán. Nos estaban obligando a elegir entre el exilio o la traición a nuestro juramento de obediencia a la Constitución”, relata este miembro de la Carrera Judicial cuyas iniciales son R. M.

"No querían jueces españoles"

“En los meses de septiembre y octubre de 2017 sentí un cambio de actitud de algunas amistades hasta el punto de llegar a decirme que si no me convertía al independentismo, mejor que me fuera, porque no querían jueces españoles en Cataluña", revela este juez.

“En estos últimos meses he sido testigo de un proceso de limpieza ideológica. La proliferación de los lazos amarillos es un ejemplo de ello. La apariencia de libertad en exhibir el lazo amarillo esconde una sutil manera de identificar al enemigo español que, por supuesto, no lo lleva puesto. He escuchado casos de juicios a los que los abogados acuden exhibiendo el lazo amarillo. Se trata de un acto de ostentación política que no está permitido. Pero el objetivo es provocar una reacción para identificar al juez que llama la atención por dicha conducta y señalarlo como juez fascista opresor. Se da, incluso, la paradójica circunstancia de algunos funcionarios de juzgados trabajando con el lazo amarillo puesto. Imagínese la situación de un juez dando órdenes a un funcionario con semejante adorno”, explica este miembro de la Magistratura.

De la misma forma, en conversación con este periódico, dicho magistrado explica cómo el día a día “se hace difícil por la propaganda constante en contra de los jueces españoles y su labor. Nos vemos obligados a leer a diario las consignas de odio hacia la justicia española que se exhiben en lugares públicos y visibles: Fuera de Cataluña la INjusticia Española, 1-O, ni olvido ni perdón”, "Jueces y Fiscales, mañana vosotros seréis los juzgados", "Capital de Turquía, Madrid". "El lema es identificar a los jueces que ejercemos en Cataluña como el enemigo del pueblo”. añade.

Asimismo, este togado pone de relieve que tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución él continuó ejerciendo su cargo con aparente normalidad. “Todo parecía seguir igual, pero había situaciones anómalas y paradójicas. Cada cierto tiempo se producía alguna manifestación en la puerta de mi juzgado en favor de la independencia y en contra de la prisión de los cargos políticos independentistas. Lo curioso del caso es que los que se manifestaban eran funcionarios, o empleados públicos con los que me relaciono profesionalmente con asiduidad”, explica este juez que ante dicha situación ha decidido abandonar Cataluña rumbo a otro punto de España donde no se sufra el independentismo.

No es el único. Los datos hablan por sí solos. En los últimos cinco concursos convocados por el CGPJ -desde noviembre hasta ahora- doce magistrados han pedido abandonar Cataluña mientras que tan sólo uno ha solicitado volver a dicha autonomía. El exilio judicial es ya una realidad.

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