La decisión está tomada y comunicada pero aún no es firme hasta que la rubrique el EBB. La oficializará este jueves el PNV en la reunión extraordinaria de su Ejecutiva en su sede de Bilbao tras escuchar a Pedro Sánchez presentar el programa de Gobierno que aplicaría si es elegido. Hasta entonces, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no pierde la esperanza de lograr que los nacionalistas vascos reviertan la decisión que le trasladaron el miércoles y que pasa por votar a favor de la moción de censura. Fuentes de La Moncloa aseguran que a última hora de ayer Rajoy intensificó las llamadas dirigidas a altos cargos del PNV y del Gobierno vasco en un intento a la desesperada por lograr que la formación cambie el sentido del voto de los cinco diputados del PNV en la Cámara Baja. El presidente del Gobierno ha mantenido contactos con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, con quien ayer conversó en varias ocasiones.
El nerviosismo y los contactos se incrementaron anoche y durante toda la tarde en la confianza de que aún exista margen para cambiar el sí de la formación de Ortuzar a la moción. El pesimismo se instaló ayer en La Moncloa tras conocer que todo apuntaba a que Rajoy no contaría con los respaldos necesarios para impedir que prosperase la moción. Menos aún después de que incluso el parlamentario del PP Teófilo de Luis anunciara que abandonaba su escaño, a dos días de la votación, agravando así aún más la debilidad del PP en la Cámara. Fuentes conocedoras del proceso consultadas por El Independiente aseguraban a última hora de ayer que el desenlace de la moción pintaba "muy feo al 95%". Es precisamente a esa última esperanza a la que aún se aferran los populares y que han exprimido en sus contactos de las últimas horas.
Formalmente, aún restaría tiempo hasta que el viernes se proceda a la votación para intentar que los nacionalistas vuelvan a salvar a Rajoy tras el apoyo dado hace apenas una semana para sacar adelante los presupuestos. Sin embargo, de mantenerse la posición favorable a la moción, el escenario abocaría a la opción que el PP ha planteado tanto a Ciudadanos como al PNV y que pasaría por una salida de Rajoy y activar un Gobierno en funciones hasta la designación, tras la pertinente ronda de contactos del Rey, de una nueva candidatura al frente del Gobierno que tendría por objetivo prioritario la celebración de elecciones en octubre.
Más "concreciones"
La decisión de las formaciones nacionalistas catalanas de decantarse por el sí a la moción de Sánchez complicó sobre manera la posición del PNV. El partido de Andoni Ortuzar ya sufrió un ligero desgaste por su apoyo a las cuentas de 2018 y ahora, volver a respaldar a Rajoy con todas las formaciones en contra y convirtiéndose en el único aliado de peso del PP, se antoja difícil. El secretismo ha marcado la actuación del PNV en todo momento que ha guardado silencio absoluto sobre los pasos dados. Los nacionalistas vascos se han limitado a asegurar su decisión estaría condicionada por las "concreciones" de Pedro Sánchez en torno a cuestiones esenciales como el modelo territorial, las soluciones a la crisis en Cataluña, el futuro del acuerdo presupuestario alcanzado con el PP o el periodo y apoyos con los que espera gobernar hasta unas próximas elecciones el secretario general del PSOE en caso de prosperar la moción.
Pese a que por la mañana el presidente del Gobierno defendió en el Congreso su intención de agotar la legislatura, una de las opciones que se contemplan en Moncloa es que Rajoy finalmente de un paso atrás y se favorezca la elección de Soraya Sáenz de Santamaría para ponerse al frente de un Gobierno de transición que llevaría a España hacia las elecciones de otoño. Sáenz de Santamaría mantiene una buena relación con altos cargos del PNV y del Gobierno vasco desde hace años. Es con ella con quien desde el Ejecutivo de Urkullu se han alcanzado diversos acuerdos y existe un compromiso para avanzar en el cumplimiento del Estatuto de Gernika, si bien por el momento apenas ha habido avances.
Fuentes del PP afirman que la posición que les habría trasladado el PNV pasarían por la necesidad de relevar a Rajoy del Gobierno y evitar de este modo la irrupción de la opción débil que aspira a liderar Sánchez. A ello se sumaría el compromiso de convocar elecciones en otoño. De este modo, de llevarse a cabo este acuerdo los nacionalistas podrían justificar desmarcarse de la moción de censura aduciendo haber precipitado la caída del presidente del Gobierno y la convocatoria electoral. Es precisamente esta última cuestión la condición que desde Ciudadanos se habría impuesto al PP para dar por válida la opción de un gobierno popular de transición en los últimos meses.
Si finalmente los intentos a la desesperada de Rajoy de las últimas horas no prosperasen, hasta última hora de ayer no se descartaba que pudiera dimitir y con ello impedir incluso la celebración del debate, que en ese escenario no podría celebrarse al no existir presidente al que censurar. El tiempo para esta posibilidad se agotaría a las 9.00 horas de esta mañana, para cuando está previsto que dé comienzo el debate.
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