Una legislatura corta, lastrada por las exigencias incompatibles de los socios de moción. Ese es el escenario en que confían los populares para afrontar un periodo de interinidad que les devuelva al Gobierno. La gran pregunta, de las muchas que se llevan haciendo en dos días frenéticos, es cuánto durará un gobierno sostenido con 84 diputados, necesitado de 92 más para cuadrar mayorías absolutas y con intereses tan contrapuestos. Después de la unidad conseguida en la moción de censura en torno al objetivo común de echar a Mariano Rajoy de Moncloa "no va a ser tan fácil el día a día. Nosotros, con 137, contando a UPN y Foro, hemos tenido infinidad de dificultades".
Porque una cosa es que crean que Pedro Sánchez va a intentar apurar los dos años que restan de legislatura, hasta junio de 2020, aunque no parece que esa sea su intención, y otra que el experimento aguante, aunque tiene la oportunidad de prorrogar los presupuestos de este año en 2019 para llegar a 2020 gobernando. Es cierto que el golpe para los populares ha sido inenarrable, aunque este viernes muchos de los diputados intentaban recomponer el ánimo con un "pues ahora a hacer oposición que también sabemos". El trago es menos amargo en la medida en que no son cuatro los años que quedan por delante, sino los restos de otra que ya arrancó con enormes dificultades hasta el punto de exigir la abstención del PSOE en un proceso que le costó la cabeza al hoy presidente.
Lo más perentorio es resolver el reparto de papeles en el Grupo Parlamentario Popular
Por eso, porque piensan que hay que estar preparados para poco tiempo de gestión de Pedro Sánchez, tampoco hay que tardar mucho, dicen, en tomar decisiones internas de mucho, mucho, calado. Lo más perentorio es resolver el reparto de papeles en el Grupo Parlamentario, aunque de aquí a las vacaciones de verano sólo queden tres plenos. No es descartable que el nuevo Gobierno pida habilitar el mes de julio para dar sensación de febril actividad.
Rajoy es el presidente del Grupo Popular y puede pasar a ocupar en el Congreso el despacho que dejó vacío Sánchez cuando dimitió. Está en su mano mantener a Rafa Hernando o rescatar a Soraya Sáenz de Santamaría, quien salvo por su escaño de diputada, no tiene, de momento, ninguna otra responsabilidad. También pude haber cierta conmoción en las comisiones parlamentarias, donde encajar a algún ex ministro. Asimismo Sánchez deberá tirar de algunos de los suyos de las actuales comisiones para completar el Gobierno, por lo que lo previsible es que los grupos pacten los cambios de composición sin grandes dificultades.
Rajoy tiene mayoría en la Mesa del Congreso además de la presidencia de la misma en manos de Pastor
El ex presidente tiene además a favor una Mesa de la Cámara Baja donde conserva la mayoría absoluta con el concurso de Ciudadanos, por lo que puede retrasar o bloquear muchas de las iniciativas del nuevo gobierno. Es la primera vez, salvo el periodo comprendido entre las elecciones del 20-D y las del 26-J en que presidía la Cámara el socialista Patxi López con un gobierno en funciones de Rajoy, que un presidente del Congreso es de signo político contrario al del partido en el Gobierno.
En el Senado, donde tiene una cómoda mayoría absoluta, no están previstos grandes cambios. Los problemas vienen más de la mano de los asesores, colaboradores, prensa... en fin, de los cargos de libre designación que, de la noche a la mañana, se han visto desalojados del poder. No son muchos los reductos en los que Rajoy puede ir recolocando a cientos de personas. "Los Grupos está al límite. A Génova van a tener que volver muchos pero tampoco da especialmente de sí, no hay demasiado espacio para tanta gente", admite uno de los afectados por el giro súbito de los acontecimientos.
Un alto dirigente de Génova asegura que "no hemos hablado todavía de nada"
Un alto dirigente de Génova asegura que "no hemos hablado todavía de nada" y emplazan al martes. Es de esperar que Rajoy tome ese día en comité ejecutivo de su partido algunas decisiones reales y la cita no sirva tan solo para lamerse mutuamente las heridas. Como con la dimisión, que había opiniones encontradas sobre la necesidad de haberla presentado para desactivar la moción, los hay quienes creen que hay que ir a un proceso ordenado, a medio plazo, para que el partido no implosione y los que piensan que julio podría ser un buen mes para celebrar un congreso extraordinario que abra la puerta a la sucesión de Rajoy, un debate que éste quería posponer pero que se antoja imposible.
Mientras tanto, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se ha convertido en el nombre más citado por sus compañeros de partido y el más perseguido por la prensa. Afirma sobre su futuro que le quedan "dos años de mandato" y que su "compromiso es cumplir" con sus "obligaciones como presidente de la Xunta de Galicia que, por cierto, es ser también el representante del Estado en la comunidad autónoma".
"Yo estoy a disposición de Galicia y del partido, pero de Galicia", manifestó este viernes en declaraciones a la prensa para asegurar que espera y desea "cumplir mi mandato y cumplir mis compromisos". Ha emplazado a la reunión de la dirección popular de este martes donde "el presidente del partido hablará, nos explicará la situación y cuál es su punto de vista. Dirá lo que cree que es mejor para reconstruir una oposición leal, efectiva y que vuelva a ganar las próximas elecciones. Vamos a escucharlo y a conocer cuál es su opinión, que me parece determinante".
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