No pensaron los magistrados de la Audiencia Nacional Ángel Hurtado, Julio de Diego y José Ricardo de Prada cuando se notificó el pasado 24 de mayo la sentencia de la Época I de la trama Gürtel que con ella se haría caer al Gobierno de Mariano Rajoy.
Sin embargo, en ocasiones la realidad supera a cualquier pronóstico y lo cierto es que dicha resolución judicial ha sido el detonante de que el Partido Socialista presentara una moción de censura en el Congreso de los Diputados, que gracias al apoyo de los nacionalistas del PNV, ha valido para sacar a Rajoy del Palacio de la Moncloa.
Sin lugar a dudas, la condena como partícipe a título lucrativo del Partido Popular, pero sobre todo la dureza con la que la Sala describió la existencia de una Caja B en la formación de Rajoy, han sido el detonante de ese cambio de Gobierno en España. Las tensas deliberaciones secretas en torno a dicha sentencia saltaron por los aires en abril e hicieron que el propio ponente de la misma, el juez Hurtado, acabara emitiendo un voto particular contra la sentencia de más de 1.500 folios que él mismo redactó. Éste juez era partidario de no condenar a los populares.
Entonces, ¿quién fue el autor de las duras palabras contra el partido del Gobierno? Según ha podido saber El Independiente de fuentes de toda solvencia, estas rotundas expresiones fueron redactadas por el juez progresista De Prada, el promotor de que se citara como testigo a Rajoy en el juicio y a quien el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) impidió in extremis formar parte del tribunal que debía decidir sobre las prisiones preventivas de casi una veintena de condenados.
Un tribunal dividido
Lo cierto es que la división entre los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia ha sido latente a lo largo de toda la vista oral: discreparon sobre la citación de los ex secretarios generales del PP, sobre la testifical del ex presidente del Gobierno y, como era de esperar, sobre el fallo.
El juez Hurtado era partidario de absolver al partido de Rajoy mientras De Prada y De Diego siempre entendieron que procedía condenarlo por la vía civil a devolver los 245.000 euros que obtuvieron de fondos ilícitos a través de los Ayuntamientos madrileños de Pozuelo de Alarcón y Majadahonda.
Sin embargo, en un primer momento, las discrepancias en el seno del tribunal no fueron a más; de forma que, tras las deliberaciones iniciales, el presidente del tribunal y ponente comenzó a redactar una sentencia que se presumía tan extensa como complicada. Seis meses estuvo dedicado casi en exclusividad Ángel Hurtado a la redacción del texto, aseguran fuentes de la Audiencia Nacional.
Los problemas surgieron cuando pasó a sus compañeros la ponencia y éstos le pidieron una condena enérgica para el PP y que, algunos de los procesados que iban a ser absueltos en un primer momento, fueran ahora condenados. Al principio, el magistrado conservador aceptó algunas de esas exigencias hasta que el pasado 20 de abril, tras varias deliberaciones donde cada vez se hicieron más férreas las discrepancias jurídicas, decidió que emitir un voto particular contra su propia ponencia. Un hecho de todo punto inusual.
Condenas de última hora
Así las cosas, al haber quedado en minoría, los otros dos magistrados dieron el toque final a un texto que inicialmente había redactado él. Las distintas fuentes jurídicas consultadas explican que el magistrado Julio de Diego fue el encargado de redactar las condenas acordadas en el último momento mientras De Prada redactó todos los párrafos referentes a la financiación irregular del Gobierno de la nación.
Durante años en el PP operó un “eficaz sistema de corrupción institucional” mediante la manipulación de los precios de adjudicación de contratos públicos
En la sentencia de la Primera Época de Gürtel, se puso por ejemplo en cuestión “la credibilidad” de Rajoy y el resto de testigos que declararon sobre los papeles de Bárcenas, ya que su testimonio “no aparece como suficiente verosímil para rebatir la contundente prueba existente sobre la caja B del partido”. Además, se añadió que durante años en el PP operó un “eficaz sistema de corrupción institucional” mediante la manipulación de los precios de adjudicación de contratos públicos licitados por administraciones gobernadas por los populares. Esos importes se inflaban, según la resolución, para generar comisiones que tenían varios destinatarios: los integrantes de la red corrupta, el extesorero Luis Bárcenas y el PP.
“Otras cantidades sirvieron para directamente pagar gastos electorales o similares del Partido Popular, o fueron a parar como donaciones finalistas a la llamada Caja B del partido, consistente en una estructura financiera y contable paralela a la oficial, existente al menos desde el año 1989, cuyas partidas se anotaban informalmente, en ocasiones en simples hojas manuscritas como las correspondientes al acusado [Luis] Bárcenas, en las que se hacían constar ingresos y gastos del partido o en otros casos cantidades entregadas a personas miembros relevantes del partido, si bien estos últimos aspectos que se describen lo son únicamente para precisar el contexto en el que se imbrican los hechos objeto de este enjuiciamiento”, recogió la sentencia.
El gran disgusto de Hurtado
Además, en el texto se incluyó que “existían unas anotaciones de Bárcenas en las que se reflejaban unos ingresos en determinadas fechas, y esos mismos ingresos aparecían en las mismas fechas y mismos importes en la cuenta de donativos del PP, como ingresados en esa cuenta. Y aparece también reflejada en la cuenta de donativos que presentó en la contabilidad el PP ante el Tribunal de Cuentas. Lo que implica que queda plenamente acreditada esta contabilidad B, incluido el traspaso de los fondos de los papeles B a la contabilidad A del partido”.
En su voto particular, el presidente del tribunal dejó claro que no estaba de acuerdo con las expresiones y valoraciones realizadas por sus compañeros de Sala sobre esta cuestión ya que eran “impertinentes” en el caso de una condena civil como partícipe a título lucrativo ya que se olvidaba el “total desconocimiento de los hechos delictivos” por parte de la formación de Rajoy.
Las fuentes consultadas explican el “gran disgusto” y “malestar” que estas ‘pinceladas’ de sus compañeros causaron el Ángel Hurtado que vio cómo su sentencia, a la que dedicó medio año de redacción, acabó convirtiéndose en un texto especialmente duro contra los populares.
Igualmente, fuentes próximas a este magistrado explican que en su voto particular reflejó tan solo “algunas de las manifestaciones con las que estaban en desacuerdo aunque eran muchas más las que causaron rechazo” en el presidente del tribunal de Gürtel. Sin duda, esas férreas afirmaciones sobre la Caja B del PP fueron el primer paso para hacer caer al Gobierno del ya expresidente Mariano Rajoy.
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