Política

María Jesús Montero, nueva ministra de Hacienda

Sánchez atiende a la petición de Susana Díez y 'ficha' a una buena conocedora de la financiación autonómica

María Jesús Montero.

María Jesús Montero será ministra de Hacienda en el gobierno de Pedro Sánchez. La andaluza, hasta ahora consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, será así la segunda en ocupar un cargo en el nuevo Ejecutivo, después de que se haya conocido que Carmen Calvo será la vicepresidenta única y ministra de Igualdad.

Montero, la consejera que más tiempo lleva en el gobierno andaluz, es una persona de máxima confianza en el PSOE que dirige Susana Díaz. De esta forma, Sánchez realiza una doble maniobra. De un lado, de esta forma entierra entierra de alguna manera el hacha de guerra con Díaz y da comienzo a una nueva etapa dentro del PSOE.

Pero también, tal y como adelantó El Independiente, su nombramiento al frente de Hacienda demuestra el compromiso de Pedro Sánchez con la búsqueda de un nuevo modelo de financiación autonómica y con la comunidad más poblada de España en plena precampaña de las autonómicas.

Bicefalia en el área económica

Queda por saber ahora cómo se completa el organigrama del área económica del Gobierno. Es de esperar que el portavoz económico del PSOE en el Congreso de los Diputados, Pedro Saura, ocupe una secretaría de Estado en el Ministerio de Hacienda.

Además, se confirmaría de esta forma que Sánchez apuesta, como hizo Mariano Rajoy, por una bicefalia y una separación del Ministerio de Economía, para el que sigue sonando con fuerza el nombre de Manu Escudero.

Una vez completada el área económica, Sánchez tendrá ya el equipo titular que se encargará de rematar la consolidación fiscal, la reducción del déficit público y de la deuda dentro de los parámetros comprometidos con Bruselas, y también que deberá encargar de perfilar los nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019.

Sin embargo, como consejera de Hacienda de Andalucía, ha defendido introducir mayor justicia en el reparto de los objetivos de déficit entre las diferentes administraciones, así como cambios metodológicos en la regla de gasto.

Además ha abanderado una progresiva salida de los mecanismos de financiación del Estado, como el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), toda vez que desde la consejería ha logrado que Andalucía cumpla en los últimos años todos los compromisos de déficit, deuda y regla de gasto.

La financiación autonómica de Montero

En lo que se refiere al proyecto más complejo al que se enfrenta la nueva ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la reforma de la financiación autonómica, sus posiciones, al menos desde la óptica de Andalucía, son claras: hay que garantizar los recursos suficientes para las competencias transferidas, simplificar el modelo, velar por la igualdad en el acceso a los servicios públicos, y asegurar una mayor lealtad institucional, así como una corresponsabilidad fiscal real.

Más en detalle, María Jesús Montero ha venido defendiendo que las comunidades autónomas acumulan una infrafinanciación de unos 16.000 millones de euros desde 2014 y que, solo en el caso de Andalucía, harían falta 4.000 millones adicionales.

De acuerdo con la propuesta andaluza, la reforma del sistema de financiación autonómica debe partir de la estimación adecuada de las necesidades reales de gasto de cada comunidad autónoma, para después precisar los recursos necesarios. En este sentido, Montero ha defendido que no se recurra a los copagos ni tampoco a mayores potestades normativas sobre tributos cedidos, para no ahondar en las desigualdades entre territorios.

Desde Andalucía ha batallado también por que en el nuevo modelo la población la variable decisiva sea la distribución de recursos, una población ajustada que debe aproximarse a la población de derecho, con una ponderación que recoja variables como la insularidad y la dispersión geográfica pero que no penalice a la población real como ocurre en la actualidad.

 

 

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