Pese al ofrecimiento de Pedro Sánchez, el Aquarius y los 629 inmigrantes que permanecen a bordo del barco de salvamento de SOS Mediterráneo y Médicos sin Fronteras permanecen navegando sin rumbo, en aguas internacionales, a 30 millas de las costas de Malta y de Sicilia, en Italia. El buque no ha recibido la orden oficial de poner rumbo a Valencia, que corresponde a los Centros de Coordinación de Roma y Madrid. Y los responsables del operativo consideran "inseguro" que la nave viaje con exceso de capacidad durante más de tres días, el tiempo que tardaría en alcanzar la Comunidad Valenciana desde su ubicación actual a velocidad de crucero.
Desde el Aquarius, el coordinador de MsF Aloys Vimard describe una situación que se complica por momentos. "Acabamos de actualizar la información en el barco. Un hombre ha amenazado con saltar por la borda; decía que está asustado de que le devolvamos a Libia, y que ha perdido la confianza en nosotros. La gente se está empezando a desesperar", narra el francés.
Los responsables de la ONG no ven viable que el barco viaje durante casi cuatro días en la situación actual de los 629 inmigrantes a bordo
"Hay gente muy vulnerable a bordo y muchos de ellos están exhaustos", explica, y confirma el recuento hecho público en las últimas horas. Hay 629 inmigrantes en el barco, recogidos frente a las costas de Libia. Entre ellos, 11 bebés, 123 menores sin acompañar, más de 80 mujeres y siete de ellas embarazadas: "La situación médica es actualmente estable, pero algunos pacientes pueden deteriorarse sin tratamiento médico avanzado".
Los casos más graves de los que se están tratando a bordo corresponden con los rescatados de las pateras que se habían roto en el mar Mediterráneo. "Los que tragaron agua pueden desarrollar problemas de pulmón rápidamente. Esta gente debería ser llevada a un puerto seguro inmediatamente", explica Vimard.
Los que tragaron agua pueden desarrollar problemas de pulmón rápidamente. Esta gente debería ser llevada a un puerto seguro inmediatamente', subraya Médicos sin Fronteras
Numerosos ayuntamientos italianos, incluidos los de Palermo, Messina, Taranto, Reggio Calabria y Nápoles, se han ofrecido a abrir sus puertos para recibir al buque, pero las corporaciones locales italianas no tienen competencia en esta materia. Deben obedecer al orden dada por el ministro del Interior, el líder de la Liga Norte Matteo Salvini, que ha ordenado cerrar todos los puertos del país para este barco y otros que puedan llegar en la misma situación en las próximas horas.
Italia trató de derivar el barco a Malta, que se negó aduciendo a las leyes internacionales. Actualmente, Italia gestiona su zona SAR y también las de Malta y Libia, que no cuenta con puertos de seguridad. Médicos sin Fronteras descarta absolutamente que los inmigrantes puedan ser devueltos a la costa africana: "Estamos siendo muy transparentes con todo el mundo. Es importante que entiendan lo que está pasando. Les hemos dicho que somos una organización humanitaria, que no les devolveremos a Libia bajo ninguna circunstancia, y que serán llevados a un puerto de seguridad".
En cualquier caso, la manera en la que se está alargando la resolución del caso preocupa tanto a los responsables de las ONG's como a los propios inmigrantes, que comienzan a preguntarse por qué el barco no se mueve de su punto durante casi un día entero: "Estamos viendo que se están volviendo más ansiosos porque no nos hemos movido en más de 12 horas. Nos preguntan por qué y qué está pasando".
Más barcos en las próximas horas
La ONG señala a la descoordinación de las autoridades europeas como responsable de la situación actual, y alerta que con la llegada del verano la cantidad de intentos de cruzar el mar se incrementará sustancialmente. Más de 3.700 personas fallecieron en el Mediterráneo en el año 2017.
Italia ya ha amenazado a otro barco, el Sea Watch 3, con no dejarle atracar en sus puertos en los próximos días
"Tan pronto como mejore el tiempo, empezaremos a ver más botes saliendo desde Libia. Esto ya está sucediendo: rescatamos a 600 personas en una sola noche y ayer escuchamos que hay muchos más botes en situación complicada en aguas internacionales", se extiende Vimard sobre esta cuestión. El propio gobierno italiano ha puesto el foco sobre el barco Sea Watch 3, de bandera holandesa, que actualmente patrulla en misión de rescate frente a las costas de Trípoli.
Ni a este barco ni a ningún otro, según ha explicitado Salvini, se le permitirá atracar en puertos italianos. El líder del Movimiento Cinco Estrellas, su socio de gobierno, también ha explicado que Italia ha decidido decir "basta" a la situación actual, y renunciar a gestionar en solitario el flujo migratorio. Luigi di Maio ha agradecido el gesto de Pedro Sánchez y ha llamado a tomar conciencia del problema común para Europa, aunque ha asegurado que el barco "no es una patera" y "no hay ninguna situación de emergencia a bordo".
Actualmente trabajan en el Aquarius cinco médicos, tres enfermeras, un doctor y una partera. Existía temor a que el barco se quedase sin alimentos durante esta noche, aunque la marina de Malta ha enviado un cargamento de ayudas con cerca de mil botellas de agua y unas 850 raciones de fideos instantáneos y refrigerios.
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