Máxim Huerta, recién elegido ministro de Cultura y Deporte para sorpresa de todo el mundo, defraudó a Hacienda cuando trabajaba de presentador en El Programa de Ana Rosa de Telecinco. Así lo dictan dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid publicadas en mayo de 2017.
Tal y como publica El Confidencial, Huerta no cumplió con sus obligaciones con el fisco en los ejercicios de 2006, 2007 y 2008, cuando trabajaba en la cadena de Mediaset y dentro del programa que presenta y dirige Ana Rosa Quintana.
En total, y durante esos tres años, el titular de la cartera de Cultura y Deporte habría ingresado 798.521 euros a través de la sociedad Almaximo Profesionales de la Imagen SL, de la que era único accionista y administración desde enero del año 2006. Una década después la firma quedó liquidada, tras haber facturado 207.920 euros en 2006, 287.095 en 2007 y otros 303.506 en el ejercicio correspondiente a 2008.
Una inspección realizada por Hacienda en el año 2012 descubrió que el entonces presentador se dedujo como gastos por actividad artística injustificada hasta 148.702 euros, por lo que tuvo que pagar 365.938 euros por los tres años antes mencionados, ya que había que sumar un 50% de multa y los intereses por la demora. El fraude, tal y como publica el diario digital, fue de 218.322 euros, una cantidad a la que también habría que añadirle las costas derivadas de los dos juicios en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que totalizaban 4.840 euros más.
"No puede apreciarse buena fe"
El TSJM explica que Huerta se dedujo por dichas actividades artísticas 43.770 euros en 2006, 80.481 en 2007 y hasta 24.451 euros en 2008, habiendo declarado por cada uno de estos años 44.400, 43.065 y 60.000 euros respectivamente, en concepto de servicios profesionales o rendimientos del trabajo. Así, del total de ingresos de los tres ejercicios, 798.520 euros, apenas tributó por IRPF 21.860 euros.
Estar al día con Hacienda ya no se lleva.
— màximhuerta (@maximhuerta) 6 de febrero de 2015
Según las explicaciones del tribunal, "la conducta del infractor es culpable y que la buena fe o inexistencia de culpa, presumida por la ley, queda destruida por la prueba de que ha actuado, cuando menos, negligentemente, con el resultado de eludir el cumplimiento de sus obligaciones fiscales tributarias en perjuicio del erario público".
"Se estima que la conducta del obligado tributario -Màxim Huerta- no puede ser calificada sino de voluntaria y culpable, en el sentido que se entiende que le era exigible otra conducta distinta, no pudiéndose apreciar buena fe en su actuación en orden al cumplimiento de sus obligaciones fiscales".
Las sanciones impuestas por Hacienda fueron recurridas por Huerta y su equipo legal, pero la Sección Quinta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJM terminó por rechazar el recurso. El ahora ministro se ha defendido alegando que está "al corriente de todas mis obligaciones tributarias desde hace ya unos cuantos años" y que la "regularización fiscal a la que hace referencia el artículo se refiere a los ejercicios 2006, 2007 y 2008", tal y como publica El Confidencial.
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